Se ha vuelto omnipresente en saraos y actos oficiales. Una imprescindible de la vida cortesana madrileña. Karima Benyaich Millán, la embajadora que Marruecos retiró en 2021 en el cenit de la mayor crisis diplomática con España y que regresó con todas las bendiciones tras el giro del Gobierno español en el contencioso del Sáhara Occidental, ha multiplicado sus apariciones públicas en los últimos meses.
De madre granadina y padre marroquí, Benyaich protagoniza uno de los vídeos que Moncloa ha difundido para agradecer a los países vecinos que han proporcionado ayuda tras los estragos de la DANA en Valencia, de cuyas riadas se cumple un mes esta semana. El vídeo, de tres minutos de duración, muestra al contingente marroquí que ha participado en las tareas de limpieza y saneamiento de las localidades valencianas afectadas por la Dana junto a Benyaich. La cámara la acompaña desde su llegada en coche.
De "actos con consecuencias" a "la hermandad hispano-marroquí"
La jefa de la legación diplomática de Marruecos en Madrid presidió la semana pasada un acto de homenaje en el hospital psiquiátrico de Bétera ante el personal marroquí desplazado. En las imágenes, Benyaich comparte besos y abrazos con la delegada del Gobierno en Valencia, la socialista Pilar Bernabé, y la subsecretaria de Interior Susana Crisóstomo, entre otros dirigentes. "Muy agradecida a las autoridades españolas por este recibimiento y por todo el soporte que conceden al contingente de más de 130 personas y unos 50 camiones que han llegado especializados", relata la embajadora en unas declaraciones recogidas también por la agencia estatal marroquí Map. "Su majestad Mohamed VI desde el primer día manifestó el interés de venir a apoyar y colaborar con nuestros hermanos españoles", señala su emisaria.
La embajadora se desplazó a Valencia con un retrato del monarca alauí y se fotografió en la calle junto a representantes de la comunidad marroquí en Valencia entre cánticos patrióticos. "Es un deber y un placer entre pueblos hermanos compartir estos momentos tan duros como hizo España con nosotros", declara Benyaich en un vídeo preparado para su publicación en la cuenta de X de la embajada marroquí en España. El vídeo editado por el ministerio de Política Territorial incluye declaraciones de autoridades españolas que celebran esa hermandad.
Las manifestaciones y el tono cercano de Benyaich contrasta con la frase belicosa y amenazante que pronunció en mayo de 2021, en plena llegada masiva a nado a Ceuta de miles de marroquíes y que la persigue desde entonces. "Hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir", deslizó vinculando el uso de la migración como respuesta a la acogida temporal en España para asistirle por enfermedad al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Benyaich fue llamada a consultas el 18 de mayo y regresó a Madrid tras el giro copernicano de Pedro Sánchez en el litigio del Sáhara Occidental en marzo de 2022.
"Está en todas partes"
Muchos no entendieron entonces que cosechara sin dificultad alguna el plácet del Gobierno español a pesar de unas declaraciones incendiarias que hubieran aconsejado buscar una alternativa entre la carrera diplomática del régimen alauí. Ahora fuentes diplomáticas tampoco entienden esa presencia ubicua de Benyaich. "Está en todas partes y tiene acceso a todos", desliza consternado un diplomático extranjero en Madrid.
La fototeca levanta acta de esa actividad frenética desplegada por la embajadora, que crió en la corte alauí tras la muerte de su padre Fadel, médico de Hasán II en uno de los intentos de golpe de estado contra el monarca. Hace una semana Benyaich fue una de las contadas embajadoras que asistió al acto con el que la agencia Efe celebró su 85 cumpleaños en el madrileño Espacio Larra. Estuvo acompañada por el director general de la agencia estatal marroquí Map. Un asiento más allá, se encontraba la directora de Casa Árabe y biógrafa de Sánchez, Irene Lozano, con la que Benyaich ha trabado amistad pública.
Durante el último año su presencia no ha pasado desapercibida. Las instantáneas la captaron conversando animadamente con el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortíz, hoy en el centro de la polémica, durante la toma de posesión de Carmen Calvo como presidenta del Consejo de Estado o dirigiéndose en julio a sus invitados a la fiesta nacional, entre ellos, los ministros Fernando Grande-Marlaska y Luis Planas. Éste último fue embajador de España en Marruecos y en Rabat es considerado un gran amigo.
De José Blanco a sus "fiestas deslumbrantes"
De la oficina de Benyaich partió la contratación de Acento Public Affairs, la consultora del exministro y exsecretario de organización del PSOE José Blanco, para representar los intereses de los agricultores marroquíes ante la Unión Europea en una coyuntura marcada por la anulación del acuerdo agrícola suscrito entre Bruselas y Rabat tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE y la batalla del Frente Polisario.
En tiempo récord y al abrigo del nuevo idilio de las relaciones entre Rabat y Madrid, Benyaich ha recuperado la "belle époque" que precedió a la crisis de 2021. En su libro Los tres jaques del rey de Marruecos, el periodista Javier Otazu rememora una de aquellas "fiestas deslumbrantes" que organizó en 30 de julio de 2019 con motivo de la Fiesta del Trono y la celebración de las dos décadas de Mohamed VI en el poder. "El 30 de julio de 2019 medio Gobierno español se había dado cita en los jardines de la residencia de la Embajada de Marruecos en Madrid", relata el reportero.
"A la gran fiesta marroquí habían acudido la vicepresidenta Carmen Calvo, el ministro de Exteriores Josep Borrell, el de Interior Fernando Grande‑Marlaska y otros tres ministros más, además de la presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega y de políticos del anterior Gobierno del Partido Popular, como Ana Pastor o Isabel García Tejerina. Nadie quería perderse la suntuosa recepción de Marruecos, que pasa por ser una de las más opíparas de las embajadas en Madrid", escribió.
"La reina de la fiesta fue sin duda la embajadora Karima Benyaich, que vestida con un elegante caftán de color crema se fotografió con todos y cada uno de los invitados hasta llenar varias páginas de la revista ¡HOLA!, que dio buena cuenta de la ceremonia", agregó Otazu. En aquel verano de 2019 Benyaich desplegó una campaña de tribunas de opinión en los principales periódicos del país con firmas como Sánchez, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy o Miguel Ángel Moratinos para celebrar los lazos con el país vecino.
Ahora, como entonces, las inundaciones en Valencia y la ayuda proporcionada por Marruecos ha servido a Benyaich para jactarse "del carácter estratégico y sólido de las relaciones entre Marruecos y España, basadas en el respeto mutuo, la amistad y la solidaridad". La participación del contingente marroquí ha estado acompañado de comunicados de la embajadora y de declaraciones en medios marroquíes y en páginas web en español vinculadas al régimen. Tres años después de la crisis, Karima Benyaich vuelve a brillar en los saraos de Madrid y las fiestas que celebra en el jardín de su embajada. La baraka le sonríe de nuevo.
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El PSOE de Pedro Sánchez rinde ahora pleitesía a una embajadora que, extralimitándose en sus funciones y hablando en nombre de Mohamed VI, alardeó del poder de Marruecos para permitir la entrada de miles de conciudadanos en Ceuta como venganza por el gesto humanitario de acoger en un hospital español al presidente de la República Árabe Saharaui Democrática.
Ni aquel chantaje, ni la constante reivindicación de Ceuta y Melilla como plazas marroquíes, ni el incumplimiento del acuerdo de abrir las fronteras comerciales de ambas ciudades, ni la constante vulneración de los derechos del pueblo saharaui y de sus propios súbditos disidentes, son tenidos en consideración por el lobby marroquí que constituye buena parte del PSOE fiel a Pedro Sánchez.
Parece como si estos auténticos vendidos al lujo y las prebendas con los que tan generosamente paga Rabat no tuvieran ni un ápice de dignidad y orgullo. Personalmente, considero que no merecen ser cargos públicos de un país como España, y que su indignidad es absoluta.