Movimiento Sumar, como marca electoral de una amplia coalición tiene los días contados. De hecho, también, la denominación del Grupo Plurinacional Sumar en el Congreso de los Diputados. Los sondeos a la baja, la decisión de Yolanda Díaz de apartarse de las cuestiones orgánicas tras los malos resultados en las elecciones gallegas, vascas y europeas, la división de la izquierda a la izquierda del PSOE y la conmoción tras el escándalo que ha afectado a Íñigo Errejón, ha abierto en canal la reflexión respecto a dónde se dirige la alianza de partidos que encabezó la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo el 23 de julio de 2023. También si su formación debe ser el referente de ese espacio o simplemente actuar como un ente más. Y todo apunta a lo segundo, especialmente por la presión que está ejerciendo IU.
El cambio de denominación no es inmediato. Así lo trasladan fuentes de la coalición a El Independiente, que señalan que en el grupo parlamentario hay otras urgencias por solventar. De momento, se ha cerrado el trámite más urgente: el nombramiento de la nueva portavoz, Verónica Martínez. Pero abierta esta senda de replanteamiento interno con la salida de Errejón, IU ha encontrado el mejor vehículo para materializar la horizontalidad y el equilibrio de fuerzas que vienen demandando desde que Antonio Maíllo tomase las riendas como coordinador federal de IU y Díaz dejase el liderazgo interno del Movimiento Sumar —aún no ha se ha cubierto su puesto—. Los cambios en el grupo, en todo caso, son un anticipo de lo que IU, y otros socios como Más Madrid o Compromís quieren para la correlación de fuerzas en próximos procesos electorales.
Los de Maíllo han propuesto una batería de medidas para avanzar en ello, en ese equilibrio plural. De las materializadas este martes está la designación de Enrique Santiago, de su partido y secretario general del PCE, como miembro de la comisión de Secretos Oficiales, que entre otras controla la actividad del CNI. Es la primera vez que un no portavoz de un grupo entra, lo que supone una cesión importante. La idea es que eso se complemente para IU con una portavocía adjunta que refleje el peso real de cada fuerza. Hay tres y una sustituta. Ahora Santiago ocupa ésta última.
Con Compromís sin posibilidad de cesión, todo pasa por dos vías: que Chunta Aragonesista y Més per Mallorca, con un escaño cada uno dejen la que comparten y pasen a la sustituta o que ésta pase a Más Madrid por mayor número de cargos; o bien que los comunes asuman esa sustituta. Para IU es preferible la segunda opción, porque estiman que Ernest Urtasun pasará a ocupar el liderazgo orgánico una vez acontezca la asamblea política de marzo de 2025, la que se ha aplazado prevista para mediados de diciembre.
Los socios de Díaz quieren poner patas arriba las portavocías de las comisiones parlamentarias, para primar los mejores perfiles
Según ha podido saber este medio, a esas peticiones se añade dos más: el cambio de nombre de la coalición para no confundirla con el movimiento impulsado por la vicepresidenta segunda, y un nuevo reparto de papeles en las comisiones del Congreso. Respecto a esta segunda, la idea es poner patas arriba las portavocías de comisión, "adecuar los perfiles" y buscar mayor especialización. Si se analizan las numerosas comisiones permanentes, legislativas y no legislativas, y temporales impulsadas, la mayoría de cargos los ejercen primero miembros del Movimiento Sumar, los más numerosos (10 diputados en el grupo) y con más cargos en las mesas y en las portavocías. Le siguen, prácticamente a partes iguales, comunes (6) e IU (5); Compromís (2) y Más Madrid (2); CHA (1) y Més (1), también están representados.
Otras fuentes del grupo parlamentario matizan que en este caso no se quiere priorizar ese equilibrio representativo como sí se puede dar en la dirección del grupo. "La reorganización busca ganar eficiencia para mejorar", apuntan fuentes del grupo. En definitiva se quiere fortalecer las competencias y la actuación parlamentaria. Desde Sumar admiten que "se hizo un reparto de comisiones muy amateur". Dicha reestructuración alcanzará también a los medios y recursos que recibe el Grupo.
Cuando se supere este proceso, abordarán la búsqueda de un nuevo nombre para el mismo. Está última propuesta partió de IU, que es la formación con mayores urgencias al respecto. Más Madrid, Compromís y comunes lo comparten. Coinciden en que la denominación Grupo Plurinacional Sumar está superada e induce a confusión y debe cambiarse, pero no tienen tantas prisas. Se sigue negociando e internamente se confía en avanzar.
No confundir una parte con el todo
Lo de Movimiento Sumar como marca electoral paraguas de todas ellas, tiene más pasado que futuro, aunque en su caso depende de la agenda de Pedro Sánchez, esto es, de si el presidente del Gobierno decide acortar la legislatura. Las fuentes consultadas creen que el punto de inflexión lo marcan los Presupuestos Generales del Estado para 2025. Si hay Cuentas, para lo que se muestran bastante optimistas, es posible llegar a 2026 como poco. Un espacio de tiempo lo suficientemente amplio como para retrasar la búsqueda de una nueva denominación que no confunda una parte —esto es, el partido puesto en marcha por Díaz— por el todo.
Un tiempo también valioso para hacer el enésimo intento de unidad de la izquierda a la izquierda del PSOE, tarea en la que se ha empeñado, y con ahínco, Maíllo. Tras años de desdibujamiento de esta formación, de orillamiento y de pérdida de peso, el andaluz se ha propuesto darle lustre de nuevo, consciente de que IU por sí solo hace poco, pero que el resto de la izquierda sin sus siglas hacen menos. Mientras que partidos como Podemos se distancian de la posibilidad de unidad si se da paso al proyecto de Díaz y optan por una senda dura con el PSOE y crítico con la actual coalición en el Congreso, Maíllo adopta más pragmatismo.
De hecho, ha iniciado un nuevo proceso de escucha llamada Convocatoria por la Democracia. Esto le ha llevado ya a Pamplona o San Sebastián, este miércoles, donde ha dado un paso más que la propia Díaz e incluso Sánchez, reuniéndose y fotografiándose con Arnaldo Otegi, el líder de EH Bildu.
Sumar pasa una crisis identitaria que le acarrearía perder en las urnas aproximadamente la mitad de sus votantes de 2023
Sumar afronta su crisis de identidad y organizativa con malas previsiones electorales atendiendo a lo que es hoy. Entre los últimos sondeos, sin Podemos, de sus actuales 27 diputados, rondaría entre 7 y 9 escaños en unas generales. Podemos se mueve entre los 4 y los 6 aproximadamente. Las previsiones que hacen esos sondeos se acercan, además, en torno al número de votos que se perderán. De los 3.044.996 de votos, Hamalgama Métrica y el último barómetro del CIS apuntan a aproximadamente a entre 1,4 y 1,6 millones de votantes menos. Se antoja crucial una unión con los morados, que capitalizarían casi 600.000 papeletas. Uno de cada diez electores duda de su voto y el resto se repartiría entre el PSOE y otras fuerzas nacionalistas o la abstención.
A esa crisis se une el mal momento orgánico de miembros de la coalición como Catalunya en Comú. Con Ada Colau y Jessica Albiach fuera de la dirección del partido, carecen de liderazgo claro y vuelven al modelo del viejo PSUC y de ICV, con un futuro lleno de incertidumbres tras perder la alcaldía de Barcelona. Esa nueva izquierda que va quemando etapas a toda prisa hasta poner en peligro su propia supervivencia.
Año y medio de Movimiento Sumar como partido político
El caso de Sumar es paradigmático. Nació como partido en mayo de 2023 tras la inopinada convocatoria de elecciones generales el 23 de julio y cuando llevaba un año inscrita como asociación. De hecho, ni siquiera le ha dado tiempo a celebrar una auténtica asamblea fundacional tras el primer cónclave en marzo de este año que eligió a Díaz como líder oficial.
Estaba previsto que entre el 14 y 15 de diciembre transcurriese su conferencia política para diseñar un nuevo modelo de dirección y una propuesta ideológica y programática, responsabilidad de Errejón. Cuando estalló su caso de supuesta agresión sexual todo saltó por los aires y la cita se retrasó a marzo del próximo año. Si una cosa parece clara, según fuentes de su entorno, es que Díaz no aspirará de ninguna de las maneras a volver a dirigir Sumar, otra cosa, admiten, es que desista de volver a ser de nuevo cabeza de lista de la nueva coalición que se forma con un nombre distinto, aunque esta vez deberá someterse a un proceso de primarias. Una exigencia de Podemos para el 23-J que, por la urgencia, no se adoptó.
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