Nada es, nada puede ser, como casaba todo sobre el papel hace meses atrás. Al final del verano, Pedro Sánchez decidió agitar el terreno de juego y convocar el 41º Congreso Federal bastante antes de lo que todos en su partido pensaban. 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre, en Sevilla. Quería revitalizar el partido, marcar agenda, refrescar su equipo y abrir el proceso de renovación territorial en un momento de desasosiego por la enorme pérdida de poder autonómico y municipal y por la debilidad del Gobierno de coalición. Este viernes se abre el cónclave en la capital andaluza y esos planes han tenido que ser reescritos a la fuerza. El presidente tiene que lidiar con varios frentes judiciales por presunta corrupción que afectan a su entorno inmediato y que siguen avanzando —contra su mujer, Begoña Gómez; contra su hermano, David Sánchez—, que tocan el corazón de su antiguo Gabinete —la trama Koldo que anidó en Transportes y que ya tiene imputado a su exministro José Luis Ábalos—, que cercan al propio fiscal general del Estado —por la presunta filtración sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso—. Una borrasca judicial que se siente inacabable a la que se puede sumar un nuevo frente, el que inopinadamente abrió Juan Lobato al ir al notario para que certificara sus mensajes cruzados, ocho meses antes, en marzo, con la dirigente madrileña Pilar Sánchez Acera, mano derecha de Óscar López, entonces director de Gabinete del jefe del Ejecutivo.

La madeja se ha enredado demasiado desde el arranque del curso político y ese ambiente gris y espeso es el que reina en las horas previas al arranque del 41º Congreso Federal, que acoge el recinto Fibes y que tiene como lema España adelanta por la izquierda. Todo parece ahora cuesta arriba. Justo lo contrario de lo que ocurría en el cónclave anterior, el número 40, en Valencia. Entonces el PSOE se entregó a la celebración de la unidad. Al festejo de la exhibición de poder: estaba en sus manos la inmensa mayoría del poder municipal y autonómico, el Gobierno de coalición acababa de superar la gestión de la pandemia, la autoridad de Sánchez era total. Al autohomenaje también acudió Felipe González, además de un siempre dispuesto José Luis Rodríguez Zapatero. Aquel congreso realmente no fue tan exitoso como proyectaba esa atmósfera festiva, porque la ejecutiva elegida entonces, en 2021, se probó como un fiasco, pero el partido sabía que tenía que aprovechar ese tren de la celebración, porque pasaría pronto.

Este es un congreso especial. Para demostrar juntos lo resilientes que somos… ¡aunque estemos rodeados! Y para demostrar las ganas que tenemos de seguir haciendo avanzar este país", dice una dirigente federal

Y así era. Hoy los cimientos del PSOE se tambalean y los problemas acumulados son acuciantes. Por la precariedad parlamentaria de un Gobierno que aún no tiene unos Presupuestos nuevos —aunque tras la victoria de la reforma fiscal, sí se entrevén más cercanos— y, sobre todo, por la debilidad orgánica y electoral en muchas federaciones. No solo Madrid, ahora en llamas por la "torpeza" y "deslealtad" de Lobato, que han terminado (al menos por ahora) con su liderazgo al frente del PSOE-M. También hay tensiones internas en Castilla y León, Aragón, Cantabria, Extremadura o Andalucía, el fortín histórico perdido.

La impresión que tienen muchos dirigentes consultados, no obstante, es que este 41º Congreso servirá, sobre todo, de cierre de filas. De apuntalamiento de Sánchez en un momento de fragilidad, con la sensación de asedio al partido y al Gobierno bien pegada a la espalda. Es decir, se abre otro cónclave de unidad, sí, pero por razones muy distintas a las de 2021, con un PSOE más agrietado que el de entonces pero que necesita reivindicarse a sí mismo y arropar a su secretario general en plena tempestad. Fue el presidente el que abrió el melón de la sucesión en aquellos cinco días de reflexión de abril, pero ahora nadie duda de su continuidad en el cargo. ¿Por cuánto tiempo? Ya se verá. El partido no está todavía en esa pantalla ni Sánchez ha señalado aún a su delfín. "Este es un cónclave especial. Para demostrar juntos lo resilientes que somos… ¡aunque estemos rodeados! Y para demostrar las ganas que tenemos de seguir haciendo avanzar este país", resume una integrante de la ejecutiva federal saliente.

El plato fuerte de este viernes será la entrega del premio Rosa Manzano de igualdad a Zapatero: el expresidente levantará los ánimos de los suyos

El 41º Congreso se celebra en Sevilla pero durante unas horas mirará a Madrid. Al Tribunal Supremo. Lobato declara a las diez como testigo y deberá aportar el acta notarial de su conversación con Sánchez Acera del 14 de marzo, cuando sobre las ocho de la mañana le pidió por WhatsApp que utilizase en su enfrentamiento parlamentario con Ayuso el correo que probaba la oferta de acuerdo del abogado de su novio, Alberto González Amador, a la Fiscalía. Para entonces se conocía el contenido, pero no el documento, pero él en principio se negó a usarlo, aunque finalmente sí lo hizo después de que saliera reproducido en El Plural. El acta revelará si la comunicación confidencial del letrado de González Amador que Sánchez Acera pasó a Lobato procedía de los medios, como él defiende que se le dijo, o bien era una filtración, en cuyo caso las cosas se complicarían bastante. El ya exlíder del PSOE-M podría salir imputado de su declaración, y el juez podría decidir también citar como investigada a Sánchez Acera. En el PSOE no descartan ningún escenario y son conscientes de que una nueva imputación ahogaría más el ambiente.

Lo que ocurra hoy en el Supremo marcará, por tanto, el comienzo de un cónclave que tendrá varios hitos. En la tarde del viernes, el protagonismo será para Zapatero. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, entrega los premios Rosa Manzano, en los que se reconocerá el trabajo a favor del feminismo y la igualdad a la activista balear María José Varela Pozo (a título póstumo); a la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Ponferrada entre 1999 y 2004, Charo Velasco, que ayudó a aflorar el caso Nevenka, y a la histórica dirigente del PSOE andaluz Amparo Rubiales. El último de los galardonados es precisamente el expresidente, por su "enorme contribución a la igualdad de hombres y mujeres y su incansable trabajo por la lucha contra la violencia de género". Él será, previsiblemente, el encargado de levantar el ánimo a las bases y los cuadros socialistas en esta coyuntura tan compleja para ellos.

Se han presentado 6.742 enmiendas a la ponencia marco, más de 400 sobre el modelo autonómico y la reforma de la financiación, el capítulo más conflictivo

La inauguración oficial del 41º Congreso será el sábado. Tras la elección de la mesa del cónclave, que presidirá el líder del PSOE andaluz y portavoz del partido en el Senado, Juan Espadas, se someterá a la votación de los 1.099 delegados el informe de gestión de los órganos federales. Y, por la tarde, arrancará el debate en las seis comisiones de trabajo en las que se ha despiezado la ponencia marco. Ferraz ha recibido 6.742 enmiendas a su documento, de las cuales 455 se dirigen al capítulo dedicado a la profundización de la España autonómica y la reforma del modelo de financiación. Una modificación propuesta por Teruel y otra planteada por las bases de Zaragoza y coincidente con lo sugerido por las de Mallorca, Madrid, Soria y Badajoz piden el rechazo directo de una "financiación singular", como la que recogió el acuerdo de PSC y ERC que hizo president a Salvador Illa.

Memoria de enmiendas a la ponencia marco del PSOEDescarga

Los oficios de Illa

Se presumía que la reforma de la financiación autonómica iba a ser uno de los temas estrella de este congreso, dados los amplios recelos, más allá de Castilla-La Mancha y Aragón, que provocó lo que los republicanos llamaron concierto económico, algo que Hacienda siempre negó. Pero el debate ha perdido muchos decibelios, en buena medida por el peso de la actualidad y también por los oficios de Illa, que se ha centrado en la gestión, en la normalización institucional y en la bajada de la tensión, aunque ha reiterado que el acuerdo con ERC se cumplirá y que, por lo tanto, su literalidad no debe ser objeto de discusión interna en el PSOE.

Castilla-La Mancha pone el foco en los documentos, en el proyecto, porque "no hay discusión sobre los nombres". Page peleará en el tema de la financiación

La versión final que se apruebe en este 41º Congreso será la que comprometa a todo el partido y la que sirva para cerrar página de una cuestión muy controvertida internamente. La federación de Castilla-La Mancha, la liderada por el presidente Emiliano García-Page, pretende dar la batalla en este punto. "Ponemos el foco ahí, y en general en los documentos, en el proyecto, en la propuesta con la que salga el partido hacia la sociedad. No hay discusión sobre los nombres, porque estamos en el Gobierno, así que lo importante deberían ser los documentos. ¿Qué filas hay que cerrar si el secretario general llega elegido desde la Presidencia del Gobierno?", indican en el entorno de Page.

En efecto, los nombres tampoco serán probablemente los que marquen la dinámica de este cónclave. En las pasadas semanas, dirigentes de varios territorios pedían a Sánchez "cambios profundos", una renovación total de caras. Pero las expectativas se han ido moderando conforme se acercaba la cita. Sánchez, a diferencia de lo que ocurrió en anteriores congresos socialistas, no ha confirmado oficialmente aún ni un solo nombre, aunque todos ya dan por hecho en el PSOE que la primera línea de mando, la que ocupan María Jesús Montero como vicesecretaria general y Santos Cerdán como secretario de Organización, se mantendrá tal cual. Remover al número tres, señalado por el comisionista Víctor de Aldama, el "nexo corruptor" de la trama Koldo, sería un "castigo injusto", asumir su culpabilidad, cuando el propio Sánchez aseguró tajante que todo lo que el empresario dijo ante el juez relativo al PSOE, al Gobierno actual y a él mismo era "categóricamente falso". El Ejecutivo se revuelve contra el testimonio de Aldama, al que no da "ninguna credibilidad": "Parece que vivimos en el mundo al revés: el inocente está condenado a defender su inocencia y el mentiroso con toda impunidad lanza mentiras y no pasa nada", sostuvo este jueves la ministra portavoz, Pilar Alegría.

Nada ha trascendido del nuevo equipo de Sánchez, no hay nombres confirmados. Se espera que entre en la nueva cúpula la madrileña Enma López

La renovación de la cúpula federal vendrá, probablemente, de los escalones inferiores. Un cambio relevante se materializará, en principio, en la portavocía. La concejala madrileña Enma López tiene todas las papeletas para reemplazar a la diputada burgalesa Esther Peña en la portavocía del PSOE, el puesto de mayor visibilidad. Pero, a partir de ahí, todo es un misterio. No se conocen detalles del nuevo organigrama y de los mensajes que Sánchez dará con él. Porque en función de a quién integre o no en su equipo estará lanzando gestos de confianza (o no) con los barones autonómicos, con los que se reunirá, si se repite la liturgia, en la tarde-noche del sábado, para rematar la confección de los órganos federales. Madrid ya no estará representada por Lobato, dimitido el miércoles, sino por la presidenta de la comisión gestora nombrada este jueves por Ferraz, la diputada nacional Isaura Leal. El camino ya está prácticamente expedito para el ministro Óscar López, en quien el presidente confía para reordenar una federación agujereada y deprimida como el PSOE-M.

El domingo 1 de diciembre, el 41º Congreso se cerrará con la votación de los órganos —la ejecutiva, el comité federal y la comisión federal de ética y garantías—. Un trámite que el líder debería superar sin ningún agobio. En Valencia, la dirección obtuvo un respaldo aplastante, del 94,94%. La clausura correrá a cargo de Sánchez, con su discurso de cierre, que para muchos dirigentes será la clave de esta cita, por lo que supone de apertura de puertas "hacia el futuro", por el rumbo que marcará el líder a los suyos.

Las batallas de los territorios con Andalucía en el foco

A partir del lunes, "las segundas vueltas", como ironiza una jefa de un aparato territorial. Las batallas que sí serán más cruentas, las que se reproducirán en algunas federaciones. Despejada la guerra en Madrid por la retirada de Lobato y asumido el ascenso de Óscar López, el foco se desplazará hacia Andalucía. Y ahí el panorama sigue sin estar claro. El cuestionamiento de Espadas crece —este jueves se sumó la secretaria provincial de Córdoba, Rafi Crespín, y antes lo había hecho el de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix—, pero el presidente aún no ha aclarado si mantiene su confianza en él como secretario regional y candidato en 2026 o si cree que debe haber un recambio. Y en este último caso, su mejor apuesta, a ojos de muchos, sería Montero, el cartel más conocido, aunque también con contraindicaciones, como la mochila de la financiación singular para Cataluña.

Habrá primarias probablemente en Aragón, Castilla y León y Cantabria. En Extremadura, el caso del hermano del presidente "blinda" al líder regional, Miguel Ángel Gallardo, también imputado

En Aragón, de nuevo el presidente tiene la palabra y habrá de decidir si lanza a la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, para competir contra la candidatura promocionada por el expresidente Javier Lambán. En Castilla y León, Luis Tudanca también tendrá rival en primarias, probablemente el alcalde de Soria, Carlos Martínez, avalado por Ferraz. Tudanca, por cierto, ha sido el único barón, con Page, que ha respaldado en público a Lobato. En Extremadura, la cúpula no se sentía a gusto con el líder regional elegido en marzo, Miguel Ángel Gallardo, pero su imputación en el caso que rodea al hermano del presidente, David Sánchez, le "blinda" orgánicamente, advierten en su círculo. Y en Cantabria está pendiente de resolución la riña de familia, entre sanchistas, entre el barón actual, Pablo Zuloaga, y el diputado nacional, Pedro Casares. Este ganó el primer asalto el mes pasado.

El cariz de este congreso, al menos a horas de que se inaugure, es diáfano. Cierre de filas y apoyo máximo al presidente en tiempos de fuertes turbulencias. Poco más. "Vamos a un congreso de apuntalamiento y reforzamiento de Pedro. Cambios estelares, los justos, pero seguro que alguno hay", apunta un secretario de Organización de una federación numerosa. Otro responsable del aparato lo comparte: "Muy bien orquestado todo el aparato mediático de la derecha. Curiosas coincidencias judiciales. [Alberto Núñez] Feijóo actuando de militante del PSOE. Todo es bastante surrealista. Al final, van a conseguir un cierre de filas mayor del que se esperaba".

En otros territorios, menos alineados con Ferraz, la visión no es tan optimista: "No esperamos nada de nada, con honestidad. Casi pasarlo bien y que pase pronto. Todos apoyamos a Pedro incondicionalmente, pero de la dos para abajo tendría que hacer cambios pues con su desastre se acaban por cargar la extraordinaria gestión del Gobierno. Pero parece que los mantendrá, para perpetuar la decadencia. ¿Conclusión? Funeral no, pero ilusión tampoco. Es que no sabemos a qué vamos. Para dejarlo todo como está no adelantamos congresos".

No sabemos a qué vamos. Funeral no, pero ilusión tampoco", apuntan en un territorio. En Ferraz subrayan que se trata de "reforzar" el PSOE, "reimpulsar el proyecto y el equipo, con ideas rumbo a 2030". Y habrá respaldo explícito a Sánchez

En Ferraz insisten en que se trata de "reforzar" al partido y de "reimpulsar el proyecto y el equipo, con ideas rumbo a 2030". "Y es también un momento de encuentro entre los delegados, de confraternización y de democracia, que tenemos amenazas muy fuertes enfrente: la ultraderecha, la desinformación, los negacionistas. Y sí, también habrá mucho cariño para Pedro", apuntan desde el comité organizador. Las muestras de afecto, por cierto, se reproducirán también hacia la esposa del presidente, Begoña Gómez, habitual en las clausuras de los congresos socialistas desde que su marido alcanzó el trono de Ferraz.

Memoria de enmiendas sobre los estatutos del PSOEDescarga

El 41º Congreso se pone en marcha. Con la expectación máxima primero sobre lo que ocurra en Madrid con Lobato. Con la mirada puesta en las decisiones y señales que mande Sánchez después. Con la respuesta de su partido, en definitiva, en un momento de máxima fragilidad y con frentes en cada esquina.