En esta historia hay dos Juan Lobato. Y sin uno no se entiende al otro. El que copa ahora los titulares informativos es el hijo, Juan Lobato Gandarias-Sánchez, ya ex líder de los socialistas madrileños, tras una salida inopinada en mitad de la tormenta en que lleva instalado el PSOE desde que estalló el 'caso Ábalos' y todas sus derivadas. Pero hay otro, Juan Lobato Valero, el padre, un apellido histórico en la siempre convulsa historia del PSOE de Madrid, con un enorme ascendente sobre el primero y al que ha apoyado y asesorado en estos complicados días.
De Lobato senior aprendió una forma muy determinada de hacer política, tal y como el hoy dimisionario explicaba en su carta de renuncia: "Termino esta etapa política esperando haber estado a la altura de lo que mis padres, profesores y muchos referentes del partido me enseñaron. Y también a la altura de lo que yo intento transmitir a mis hijos cada día", escribió el martes pasado tras apelar a un quehacer político basado "en el diálogo y el debate, el servicio público, la honestidad y el interés general. Creo en la política en la que personas con posiciones diferentes podamos acordar cosas que beneficien a los ciudadanos".
Salpicado su padre por las sombras de sospecha en la compra de mascarillas a Luis Medina y Alberto Luceño durante la pandemia del Covid a través de la funeraria de Madrid, de la que era asesor jurídico, Lobato hijo organizó una comparecencia pública de los dos, fiel a su política de nunca ocultarse, ni siquiera en los peores momentos. Y ahí aparecieron, mano a mano, en la sede del Grupo Parlamentario Socialista para explicar, uno y otro, que el veterano político nada tuvo que ver en la adquisición de dichas mascarillas a dos personajes hoy imputados.La imagen que ilustra esta pieza es la de ese día, del 21 de abril de 2022. "Los Lobatos damos la cara", dijeron entonces. Toda una declaración de principios.
"Socialista como la copa de un pino"
En mitad del tsunami en que se ha visto envuelto el todavía diputado autonómico y senador por Madrid, muchos señalan a su padre como el principal apoyo e inspirador del político madrileño. Fue siguiendo sus pasos que entró en política municipal con 19 años embebido de discursos de Felipe González y de Enrique Tierno Galván que le ponían en casa y casi memorizó, según ha confesado en alguna entrevista. Los que conocen a Lobato senior dicen de él que es "brillante, capaz, socialista como la copa de un pino". Y aunque es más impetuoso y "peleón" en las formas que su hijo, éste "escucha mucho al padre, por eso tiene otra forma de hacer las cosas".
Lobato Valero es miembro de la antigua guardia madrileña, de la quinta de Juan Barranco en aquellos años de los primeros ayuntamientos izquierdas y estatutos de autonomía de las Comunidades. Abogado experto en Derecho Público y Administrativo, además de profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, desarrolló su carrera política muy pegado a la región cuando su partido gobernaba tanto en la Comunidad como en el ayuntamiento de la capital de España.
Concejal de Madrid, fundador de la FEMP y clave en al reforma de la administración
Muchos recuerdan de él que estuvo en el germen de la creación de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y, además, fue concejal de Régimen Interior y Personal del Ayuntamiento de Madrid entre 1983 y 1987. De ahí dio el salto a la dirección de gabinete del que fuera secretario de estado de Administración Pública, Teófilo Serrano, en el periodo comprendido entre 1987 y 1981, donde coordinó la comisión interministerial de expertos para la Reforma de la Administración Pública (1987-1991).
También pasó por la Comunidad de Madrid en tiempos de Joaquín Leguina con el que acabó teniendo profundas discrepancias políticas por la deriva de éste hacia los postulados del PP, en general, y de Isabel Díaz Ayuso, en particular, hasta el punto de ser nombrado presidente de la Cámara de Cuentas de Madrid a sus 83 años. Un giro que Lobato senior no compartió y, en cierta medida, le alejó de los del 'viejo testamento' madrileño.
Eso no ha impedido que Legina saliera en defensa del hoy ex líder regional del PSOE de Madrid. "¿Por qué voy a esperar una dimisión, si no ha hecho nada malo?", dijo hace tres días en Espejo Público de Antena3 al ser interrogado sobre el hijo de su antiguo compañero de fatigas políticas. Y con un elocuente "¡por supuesto!" defendió la decisión de llevar al notario su conversación privada por Pilar Sánchez Acera. "Lo veo justificado por saber quien tiene enfrente: a Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que es un peligro público".
Crítico con Zapatero y con Sánchez
El padre de Lobato no es ajeno a las críticas sobre el viraje del PSOE de Sánchez, a pesar de que Ferraz avaló a su hijo para hacerse con las riendas del partido madrileño en noviembre de 2021. Pero las discrepancias con un PSOE al que muchas veces le cuesta reconocer, admiten en su entorno, comenzaron ya en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, hoy gozosamente entregado al "sanchismo" como dejó muy claro en su intervención de ayer en el 41 congreso federal que los socialistas celebran este fin de semaan en Sevilla
Quizá otra característica que unifique a los dos Lobato sea esa tendencia suya a pensar más allá de los argumentarios y ser fieles a sí mismos, los peores pecados que se pueden cometer en política.
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