Una prórroga de presupuestos autonómicos del PP también convence a Vox: "Tendrían nuestra huella"

El último órdago de Vox al PP, suspendiendo las negociaciones presupuestarias, es un win-win de manual para los de Santiago Abascal. En el peor de los escenarios, las próximas cuentas regionales de seis comunidades autónomas seguirán estando condicionadas por ellos pese a desvincularse en julio del PP. Dejan constancia de ello fuentes nacionales de la organización, consultadas sobre el ultimátum dado: "Si no pactamos presupuestos hay una cosa muy buena, que es que se renuevan los de este año ya aprobados".

"Seguirán llevando nuestra huella", añaden. Admiten, con todo, que pese a ser unos presupuestos "medianamente buenos", sería recomendable pactar cambios en fiscalidad con los populares para afrontar mejor la coyuntura socioeconómica de 2025. Las cuentas de Castilla y León de 2023, por ejemplo, se prorrogaron el año pasado para este curso. La alternativa que plantea Vox al PP es que los saquen adelante junto al PSOE, que en vistas del choque nacional y la negativa del PP a aprobar los de Pedro Sánchez, no están por la labor.

Hay varias máximas de Vox para la aprobación de las nuevas cuentas, y la mayoría de ellas no tienen que ver con las partidas presupuestarias. La primera es, por enésima vez, que no se hagan cesiones que fomenten la inmigración ilegal.

La ruptura del PP con el Gobierno a principios de octubre en la mesa de diálogo sobre la crisis migratoria favoreció el acercamiento con los populares, después de romper los gobiernos de Castilla y León, Aragón, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares [allí el apoyo era externo]. Ahora, cuando el PP vuelve a sentarse con el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, una semana antes de la Conferencia de Presidentes de Santander, que tratará el asunto, entre otros, Vox vuelve a tensar la cuerda para dar un toque de atención a sus competidores de espacio. Cualquier cesión romperá, en definitiva, lo poco que haya avanzado.

La concepción dentro del partido de Abascal es que priorizar la influencia en lo económico, que queda más o menos ya asegurado con las cuentas vigentes si se prorrogan, sobre el tema migratorio, penalizará más a la marca que si se rechaza negociar con el PP poniendo por delante el rechazo a la inmigración ilegal. "Es un compromiso con nuestro electorado", advierten fuentes del partido. Por eso, no hay preocupación a desplante de votantes, a quien ven preocupados por el incremento migratorio. Ni si quiera tras las advertencias del responsable de Economía del PP, Juan Bravo, que dejó caer que si tumban las diversas cuentas, "tendrán que dar explicaciones" a los suyos. Manteniendo desde hace meses esa estrategia, Vox vuelve a rondar los cuarenta escaños en las encuestas.

El resto de máximas que se ponen sobre la mesa es la recuperación de todos los acuerdos de coalición que se alcanzaron en las autonomías con el PP. Tanto económicos como ideológicos y políticos. Como una forma de enmendar la ruptura de verano, siguiendo condicionando la labor de los gobiernos. Es el caso de leyes como la de Concordia, que en Extremadura quedó aparcada y ahora se exige para facilitar el trámite al Gobierno de María Guardiola.

De esas comunidades, en riesgo realmente solo quedan la extremeña y la balear, dado que la interlocución es prácticamente nula con los de Alfonso Fernández Mañueco y Fernando López Miras. Desde Extremadura, la consejera de Hacienda, Elena Manzano, pidió a Vox limitarse a propuestas dentro del marco de los presupuestos. Si bien es cierto que desde Madrid calificaban el enclave de uno de los más factibles para cuentas, localmente el partido endureció a principios de semana el tono.

Con esta exigencia al PP, en todo caso, Vox busca llevar la iniciativa e incluirse en un marco que le queda ajeno: el de una solución de Estado en inmigración. Antes de comprobar si los populares ceden en sus pretensiones, que por ahora, según mencionó Bravo, siguen intactas [reivindicar el plan pactado con Fernando Clavijo], Vox ha querido ejercer presión y ocupar el protagonismo mediático en la víspera al encuentro entre Torres, Tellado y Clavijo.

El encargado de desplegarla fue el vicepresidente y secretario general de Vox, Ignacio Garriga, máximo responsable territorial del partido. Ello, mientras Abascal se encontraba en Buenos Aires (Argentina) para una nueva edición de la CPAC, con Javier Milei como anfitrión. Para contrarrestar esa presión, Alberto Núñez Feijóo dejó constancia por la tarde, desde el Congreso de los Diputados, de que no aceptarán chantajes.

De fondo, Bambú busca que el PP adopte en lo posible sus postulados para, como ha pasado en otros países del entorno europeo, el original supere a la copia. Frente a ello los populares navegan entre lo que se espera de un partido tradicional y de Estado, y de posiciones duras frente a Sánchez. Una escala de grises difícil de sostener frente a partidos "protesta", como calificó en una entrevista este miércoles a Vox Elías Bendodo, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP. Pese a que Vox se vea fuerte y confíe en un electorado fiel, el PP cree que la dinámica madrileña acabará imponiéndose.

El PP cree que un voto negativo a los diferentes presupuestos tendrá las mismas consecuencias que en Madrid para Vox, con mayoría absoluta para Ayuso

Esa es que se priorice al PP como partido útil como pasó con Isabel Díaz Ayuso en elecciones después de que Vox no apoyase los presupuestos de 2023. Si hay posibilidad de desbancar a Sánchez, además, creen que habrá un efecto arrastre a su favor que le permita escalar escaños tras el fracaso del 23-J pese a haber ganado.

Valencia se avista como la única excepción

Si las relaciones con el equipo de Carlos Mazón eran buenas con anterioridad y se veía con buenos ojos poder sacar presupuestos allí, la urgencia de la DANA no deja margen para lo contrario. Fuentes nacionales de Vox adelantan que habrá una reunión la próxima semana, después de varios aplazamientos a consecuencia de los efectos del temporal, que han centrado la atención en las consecuencias, pero también en las explicaciones del propio Mazón en las Cortes. Se apunta a que allí hay ya "otro escenario completamente distinto" al resto y, salvo que no se maximice el mayor número de partidas a la reconstrucción quitando cuestiones secundarias —que no se especifican—.

La ausencia crítica a Mazón en la primera semana de la DANA, que empezó a quebrarse por la presión del resto de grupos políticos y obligó a tomar partido, enfocándose aún así más en las responsabilidades del Gobierno frente a la "incompetencia" de Mazón, demuestran que se quiso evitar en todo momento una quiebra. La posición adoptada por el partido, de suspender el diálogo con el PP, choca con la separación de lo que es Génova y las delegaciones territoriales que siempre defiende Vox. A principios de semana dejaban en manos de los presidentes autonómicos las hipotéticas acogidas de menores migrantes, motivando con ello un enfrentamiento con la cúpula nacional.