El desafío planteado por varias federaciones y las Juventudes Socialistas ha quedado en nada. El intento de revertir el giro copernicano en el conflicto del Sáhara no ha logrado torcer el brazo de Ferraz y el ministro de Exteriores José Manuel Albares, máximo exponente del alineamiento con Marruecos, el país ocupante del territorio. La resolución política que servirá de guía para el PSOE de los próximos años ni siquiera menciona como tal el Sáhara Occidental cuando habla de un conflicto al que opta por no nombrar.

“Continuaremos apoyando al Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de las normas de las Naciones Unidas y el trabajo desarrollado hasta ahora”, señala el documento aprobado en el 41 congreso celebrado el pasado fin de semana en Sevilla.

El párrafo aparece en la página 156 de una resolución de 161 folios bajo el epígrafe genérico de “objetivos y medidas”. El apoyo al enviado personal -el secretario general de la ONU cuenta con una decena de enviados, entre especiales y personales- se despacha entre los compromisos socialistas de “mantener la temperatura del planeta por debajo del aumento del 1,5º C en nuestra lucha contra el cambio climático” y “eforzar nuestros vínculos económicos, sociales, culturales y políticos con países afines en América Latina, África, la cuenca del Mediterráneo, Oriente Medio y Asia”.

El escueto espacio dedicado al conflicto de la antigua colonia española, sobre la que Madrid sigue siendo potencia administradora, concluye con otra promesa: “Mantendremos la ayuda humanitaria a la población saharauis en los campamentos como hemos hecho siempre, siendo España el principal donante bilateral”. Es “saharaui” la única mención a la población del Sáhara Occidental y la que permite ubicar el apoyo del enviado personal a Steffan de Mistura, desde 2021 al frente de la Minurso, la misión de la ONU en el Sáhara Occidental.

De 'agente' de Marruecos a ignorar su nombre

La resolución política del PSOE omite cualquier referencia a Marruecos, a diferencia de lo que ocurrió en 2021, cuando la formación de Pedro Sánchez se ofreció de agente del régimen alauí en Europa. “Durante los próximos años, avanzaremos en la asociación estratégica bilateral a largo plazo que siempre han impulsado los Gobiernos socialistas; por otra parte, y como ha hecho desde su llegada al Gobierno, España seguirá defendiendo en Europa el carácter estratégico que Marruecos tiene para España y para Europa”, se estableció entonces. Entre entonces y ahora, se han producido algunas acontecimientos: el histórico cambio de posición de Sánchez, cuestionado por el resto de partidos en el Congreso de los Diputados; el escándalo del Marocgate en el Europarlamento; y las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE tumbando los acuerdos pesquero y agrícola al no haberse obtenido el consentimiento del pueblo saharaui.

La resolución política de 2024, en línea con lo que ha sucedido en los últimos programas electorales para generales y europeas, elimina cualquier mención a las resoluciones de la ONU y la celebración de un referéndum de autodeterminación en el último territorio de África pendiente de descolonización. “Debemos de seguir defendiendo las iniciativas de diálogo que permitan una solución justa, duradera y mutuamente aceptable, en el marco de las negociaciones dirigidas por la ONU, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, señaló la resolución política en 2021. Un articulado también suprimido ahora. Tampoco se menciona Argelia o el Magreb.

Presume de "coherencia" en Ucrania y Palestina

Ferraz desoye así todas las enmiendas que habían propuesto la federaciones regionales a propósito del contencioso del Sáhara después de que la ponencia marco no incluyera nada sobre el asunto. Exigían al partido “rectificar” el giro copernicano que Pedro Sánchez ejecutó en marzo de 2022, en contra de su socio de coalición y sus aliados parlamentarios, y recuperar la posición histórica del partido en favor de la celebración de un referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española. Las Juventudes llegaron incluso a pedir el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática, al calor del paso dado en mayo con Palestina.

Las enmiendas más combativas, que suponían un desafío público y abierto a la política exterior de José Manuel Albares y a su supuesta "coherencia", partían del País Vasco y Baleares. Así, desde Bizkaia se reclamó sin titubeos una “rectificación del giro histórico sobre el Sáhara, al reconocer el plan de Marruecos de una autonomía, reconociendo de facto la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara”. “Las resoluciones de la ONU y el Tribunal de Justicia Europeo reconocen el derecho de autodeterminación del Sáhara por medio de un referéndum. La Audiencia Nacional, siendo presidente de la misma el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, reconoció que España sigue siendo la potencia administrativa”, agregó en un claro 'zasca' al magistrado, que defendió en septiembre la deportación masiva de solicitantes de asilo saharauis que permanecían en el aeropuerto de Barajas y es un habitual en las celebraciones de la embajada marroquí en Madrid.

La vaguedad y confusión del punto dedicado al Sáhara Ocidental sin citarlo como tal contrasta con la defensa de Palestina en plena operación militar israelí y a la supuesta “coherencia” de la política exterior de Albares en Palestina y Ucrania pero no en el Sáhara. El PSOE se compromete a “defender el derecho internacional, la diplomacia y la paz en todos los territorios”. “Las y los socialistas vamos a seguir exigiendo el cese de las hostilidades en Palestina y Líbano y la puesta en marcha de un Proceso de Paz integral para toda la región. Apoyaremos de forma decidida la Fórmula de Paz del presidente Zelenski, demandaremos a Rusia la reparación de los daños causados, y seremos un motor de la reconstrucción de Ucrania favoreciendo su desarrollo económico y democrático tras la guerra”, enumera la resolución.

Asimismo, el PSOE dice estar preparando “una ley que prohíba el envío de armas y la cooperación militar con cualquier Estado que viole el derecho internacional y ataque a civiles inocentes” a pesar de haber seguido comprando material de defensa israelí en plena guerra. “Perseguiremos a quienes lo hagan a través de la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia reforzadas”, señala el texto apenas unos días después de que Albares rehuyera confirmar si España detendría a Benjamin Netanyahu si pisara suelo español. El PSOE asegura apostar por “profundizar su compromiso con las misiones de paz de la OTAN, la ONU y la UE y abogar por una mayor multidimensionalidad en las políticas de seguridad, para que incluyan cuestiones como el acceso a la alimentación, las medicinas, la energía limpia o las materias primas críticas”.

“Por último, fomentaremos la cultura para la paz y el diálogo intercultural, fortaleciendo nuestro compromiso con la Alianza de Civilizaciones, avanzando el concepto de ciudadanía global y defendiendo la importancia del derecho humanitario como garantía de protección de las personas en contextos de conflicto y de crisis climáticas”, agrega la resolución. De hecho, entre sus compromiso principales para 2030 incluye “apoyar la puesta en marcha de la solución de los Dos Estados en Israel y Palestina como única forma posible para alcanzar una paz justa y duradera en Oriente Próximo, y, por lo tanto, seguiremos defendiendo en la esfera internacional la necesidad de un alto el fuego permanente, la inmediata liberación incondicional de todos los rehenes, el papel de la UNRWA, y la justa reivindicación del pueblo palestino de tener un Estado libre y soberano”. Una promesa para Palestina que convive con el silencio sobre el Sáhara Occidental.