"No van a poder". El presidente del Gobierno se siente víctima de un "acoso" sin precedentes de aquellos que buscan quebrarle, doblarle el espinazo a través de la multiplicación de causas judiciales contra él y su entorno que defiende que no tienen fundamento ninguno y que quedarán en nada. Es más, el tiempo demostrará que todo "se volverá en contra de los acosadores".

La jornada de celebración en el Congreso por el 46º aniversario de la Constitución venía muy marcada este año por los múltiples frentes que atosigan a Pedro Sánchez y a su equipo. El caso Koldo-Ábalos es el más grave y sobre el que pesan más indicios, pero los socialistas insisten en que soltaron amarras con el exministro de Transportes y exsecretario de Organización del partido en cuanto estalló la causa. Pero las investigaciones por presunta corrupción contra la mujer y el hermano del presidente, Begoña Gómez y David Sánchez, y contra el fiscal general del Estado por supuesta revelación de datos personales del novio de Isabel Díaz Ayuso, siguen creciendo y enmarañándose.

Sánchez insiste en que el Ejecutivo está "tranquilo" pese a las acusaciones de Aldama: "Somos un Gobierno limpio, no tenemos nada que ocultar". La estrategia de acoso "está condenada al fracaso"

Sánchez, en conversación informal con los periodistas en la Cámara baja, volvió a mostrar "tranquilidad". "El tiempo pone las cosas en su sitio. La estrategia de acoso está condenada al fracaso", sostuvo. No le inquieta que, a partir de la próxima semana, comience el goteo de declaraciones de los implicados en el caso Koldo ante el Supremo, empezando por el propio exministro José Luis Ábalos. Ni tampoco teme, "para nada", los movimientos que siga haciendo el comisionista de la trama, Víctor de Aldama, que aún no ha presentado pruebas concluyentes. "¿Qué papeles [tiene]? Estamos tranquilos, somos un Gobierno limpio. No tenemos nada que ocultar", insistió.

Para el presidente, lo que existe es una estrategia coordinada de "acoso por tierra, mar y aire" por parte de la "derecha mediática, política y judicial" contra él mismo y su Ejecutivo. Sánchez verbalizaba ante los informadores la tesis que su número tres en el partido, Santos Cerdán, expresó el pasado sábado en la apertura del 41º Congreso Federal del PSOE, en Sevilla: hay desplegada una "cacería humana" para intentar "hacer caer a un Gobierno legítimo". "También", dijo, "en sede judicial". En la clausura del cónclave, el líder socialista hizo referencia a los "ataques" que reciben él y su Ejecutivo, pero no hizo referencia a las causas judiciales.

La oposición que lidera el PP "no es política", porque "no hay política tras el insulto, el ruido y la descalificación". "No van a poder" con el Gobierno, subraya, tirando de resistencia

La oposición que lidera el PP, alegó, "no es política", porque "no hay política tras el insulto, el ruido y la descalificación". "Lo que hay es bulo y destrucción, pero no van a poder", señaló, en una señal clara de que el Gobierno resistirá a esa estrategia. "Cuando llegue el momento, el acoso se volverá en contra de los acosadores", concluyó. Es decir, que las causas judiciales sin sustento se acabarán diluyendo, quedarán en nada, y entonces esa estrategia se volverá en contra de quienes en la derecha la han promovido, como un bumerán, como castigo por haberse pasado de frenada.

Sánchez recordó a los periodistas que en los cinco días de reflexión que se tomó en abril ya advirtió de que la situación de "acoso" contra él y su familia se agrandaría. Un "acoso" que sí, genera "ruido", pero que augura que se quedará ahí. Que no irá a más. Precisamente por su confianza en que el tiempo hará su trabajo y las causas judiciales se disolverán. "Somos un Gobierno limpio", reivindicó, "y enfrente hay una oposición que ha dejado a un lado el debate legítimo de ideas" para abrazar la "destrucción".

Otros miembros del Consejo de Ministros apuntalaban las ideas lanzadas por el presidente. Aldama "no tiene credibilidad", por mucho que intente salpicar a varios miembros del Gobierno, y "si tuviera pruebas, las habría entregado". El presunto conseguidor de la trama ha disparado, por ejemplo, contra Carlos Moreno, el jefe de Gabinete de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. Pero ella sigue confiando plenamente en él y la acusación que lanza Aldama contra él no "preocupa" en el Ejecutivo, sino que "indigna", y la ven motivada por su interés en proyectar a Montero en los titulares. "A Carlos lo conoce todo el mundo, lleva 20 años. Es un tío servicial, disponible, magnífico". En el Gobierno remarcan que los ministerios, como es obvio, se relacionan con las empresas, pero creen que no se puede extender la sospecha de que cualquier diálogo con ellas implica extorsión.

En el Gobierno insisten en que Aldama "no tiene credibilidad", por mucho que intente salpicar a varios miembros del equipo de Sánchez. Puente dice que el empresario está "tomando el pelo al juez"

Respecto a Ábalos, en el Ejecutivo reconocen que no sabían qué tipo de relaciones tenía el exministro con Aldama, pero no tienen tan claro que pudiera beneficiarse de la trama, que tuviera un incremento patrimonial a cambio de comisiones. En cualquier caso, recalcan que él ya está fuera del partido y, obviamente, no ponen la mano en el fuego por él. En una entrevista en La Sexta, el ministro de Transportes, Óscar Puente, apuntó que no cree que Ábalos planeara quedarse con el piso de lujo en el madrileño paseo de la Castellana que Aldama supuestamente le ofreció a cambio de adjudicaciones de contratos con el ministerio. "Yo he dicho muchas veces que lo tendría que ver para creérmelo, y aun viéndolo me costaría creerlo", aseguró. Puente confirmó que su departamento está analizando que firmó Ábalos. Y en ese estudio inicial, lo que dijo el empresario "no tiene ningún sentido ni pies ni cabeza". Cuando terminen el informe en el ministerio, la semana que viene, puede que el presunto cabecilla de la trama no salga bien parado: "Van a ser malas noticias para el señor Aldama, y para la Justicia también, que, desde luego, lo que está haciendo es tomar el pelo a juez", remachó.