"Nosotros hablamos con todos los grupos, salvo con Bildu", responden en el Partido Popular ante el interrogante de si han inaugurado un nuevo clima de relaciones con Junts, no tanto para que la derecha independentista haga saltar por los aires la presidencia de Pedro Sánchez, como para recordarle que hay otra mayoría posible capaz de sacar iniciativas adelante e interferir en la agenda gubernamental. Los populares ya se propusieron como estrategia a medio plazo erosionar la llamada mayoría de la investidura a base de propuestas de índole económica coincidentes con los intereses que representan Junts y PNV.

La semana arrancó con el anuncio de una enmienda transaccional entre populares y neoconvergentes para suspender el impuesto del 7 por ciento sobre el valor de la producción eléctrica, una propuesta que, para más inri, apoyaron Vox, PNV y ERC. La cuadratura del círculo. Desde ese día todo son especulaciones en torno a la idea de si Alberto Núñez Feijóo tiene la posibilidad de dar un giro de timón a la legislatura en lo que es, sin duda, un punto de inflexión. La oferta para suscribir una moción de censura sigue encima de la mesa, dicen en el cuartel general de la calle Génova, aunque su pretensión inicial pasaba por poner a los socios frente al espejo al apoyar a un gobierno cercado por las sospechas de corrupción.

Rufián asegura que Junts "hará presidente a Feijóo de una forma u otra, tarde o temprano"

Al portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, le faltó tiempo esta semana para mostrar su convencimiento de que Junts "hará presidente a Feijóo de una forma u otra, tarde o temprano y por la vía que sea", tras recordar que en el Congreso de los Diputados "existe una mayoría de derechas" que acabará eclosionando. "Simplemente está allanando el camino, tanto en Cataluña como aquí", dijo respecto a sus más directos adversarios con la mente puesta en el escenario político catalán, donde el independentismo mantiene su eterna pugna por la hegemonía social y política.

Precisamente, la abrupta ruptura ordenada por Carles Puigdemont del gobierno de coalición de ERC y Junts presidido por Pere Aragonès la pasada legislatura catalana es un antecedente inquietante para el resto de los partidos que sostienen a Sánchez. La ausencia de un escenario electoral autonómico y el hecho de que el prófugo de la Justicia no se haya beneficiado ya de la Ley de Amnistía, pueden frenar un cambio de socio a mitad de carrera, pero desentrañar qué le pasa por la cabeza al inquilino de Waterloo es como leer las entrañas de un animal sacrificado, cosa de adivinos.

Tampoco le conviene al PP una identificación total con Junts

Moncloa contiene la respiración ante el debate, el próximo día 18 en el Senado, del paquete fiscal. Esta vez no ha habido sorpresas ni en ponencia ni en comisión. Los populares incorporaron todas sus enmiendas en el texto de la ponencia con el voto en contra del resto de los grupos representados en la comisión de Hacienda de la Cámara Alta, entre ellos Junts y el PNV. Pero no es descartable que en el pleno se alcance algún acuerdo para transaccionar enmiendas concretas que afecten a los gravámenes sobre los impuestos a la Banca y de Sociedades, lo que haría un nuevo roto al Ejecutivo.

No deja de ser para el PP una estrategia con riesgos ciertos. Tampoco les conviene una identificación con Junts, relación que sólo les ha dado disgustos. Fue muy polémica la defensa que hizo el vicesecretario de Institucional de Génova, Esteban González Pons, de la legitimidad del partido liderado por un prófugo de la Justicia. "Es un grupo parlamentario que, al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, llevaran a cabo, representa a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda", defendió tras las elecciones el 23-J a la búsqueda de apoyos para la investidura de Feijóo.

Las relaciones con Junts generan críticas internas

Otro lío no menor se produjo en mitad de la campaña gallega, cuando en el entorno de Feijóo no hicieron ascos a un escenario de un posible indulto a Puigdemont , aunque, eso sí, siempre y cuando reconociera el delito cometido, se presentara ante la justicia y se comprometiera a no volver intentar violentar la integridad territorial del país. Vaya, un imposible, aunque acabó generando aquello una enorme polémica, también internamente. Y es que cualquier paso que suene a acercamiento a la derecha independentista levanta ampollas en destacados dirigentes del partido, como es el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que considera que con Junts no se puede ir ni a la esquina. De la misma opinión es el líder de los populares catalanes, Alejandro Fernández, quien basó su éxito electoral en las últimas autonómicas en la confrontación total contra los secesionistas.

¿Qué hay, pues, de real en una hipotética aproximación entre ambas fuerzas políticas? "Pues una realidad parlamentaria", aduce una alta dirigente de Génova. Significa que se habla con los parlamentarios de Junts y ese es el nivel de interlocución tanto en el Congreso como en el Senado. Y agrega que "si no hay una mayoría progresista hay otra en la que se puede confluir" en cuestiones concretas, y la economía es una de ellas. Otro dirigente con los dos pies en Cataluña confirma la inexistencia de "un canal abierto y oficial", limitando esa línea de comunicación a los portavoces.

No pactar solo con Vox

Quizá lo más aproximado sería hablar de una relación de socorros mutuos. "A Junts le interesa que el PSOE vea que le puede poner problemas y por tanto vota cosas con nosotros para incomodar a los socialistas". Y al PP "nos vienen bien dos cosas. Una, que se vea la debilidad del Gobierno y, dos, que se visualice que no estamos condenados a hablar o pactar solo con Vox". Y ahí se abre una nueva dinámica que puede marcar el resto de la legislatura, lo que dure.