La declaración el pasado lunes de Víctor de Aldama en el Tribunal Supremo ha dejado una impresión ambivalente entre los populares, unos, porque creen que se guarda balas en la recámara y, otros, porque consideran que debe concretar y demostrar muchas de sus acusaciones, con la sensación de haberse quedado a medio camino. Otra cosa es que políticamente hablando el conseguidor de las tramas corruptas de las mascarillas y del IVA de los hidrocarburos esté haciendo un daño reputacional al PSOE, pero algunos destacados miembros del PP confiesan a El Independiente que faltan muchos elementos probatorios, sobre todo lo que se refieren a las supuestas y millonarias entregas de dinero en metálico bien a José Luis Ábalos, a Koldo García, al secretario de Organización socialista, Santos Cerdán o al director de gabinete de María Jesús Montero, Carlos Moreno.

Unos se aferran al hecho de que poco a poco se ha demostrado al verosimilitud de las andanzas del "nexo corruptor", tal y como lo definió la UCO. Entre otras cosas, que pasó del hall de la sede federal del PSOE en la madrileña calle de Ferraz a las plantas nobles, sentándose al lado del que ejercía en una cita con personas del entorno de Juan Guaidó como secretario como secretario de Organización del PSOE.

Si Aldama no ha ido más lejos, aducen, "es porque sigue racionando la información que tiene para poder negociar con la Fiscalía". Lo cierto es que esperaban que abriera el melón Begoña Gómez, -que declara este miércoles de nuevo ante el juez Peinado-, de la que hasta ahora ha dicho entre poco y nada en sus dos declaraciones, la de la Audiencia Nacional de hace un mes y la del pasado lunes ante el juez el Supremo Leopoldo Puente. Esa podría ser una de las balas en la recámara.

Esperaban más pruebas o de mayor calado

En cambio, algunos dirigentes y miembros destacados del PP, no necesariamente de la dirección nacional, admiten que esperaban "más pruebas o de mayor calado", aunque se mantienen a la espera de la estrategia de defensa de Aldama. En todo caso, muestran cierto escepticismo frente al entusiasmo de Génova. El lunes Aldama aportó un pantallazo de mensajes entre Koldo García y Carlos Moreno con un tono de bastante confianza, además de un manuscrito del primero que vendría a demostrar supuestas "mordidas" en la concesión de obra pública. También apuntó a una presunta financiación irregular del PSOE, aunque las fuentes eran, dijo, Ábalos y Koldo. Una, a su juicio, magra cosecha.

Pero aunque lo de Aldama no haya sido todo lo espectacular que esperaban en el primer partido de la oposición, la diversidad de casos investigados en los tribunales sí les sirve para advertir a los socios de Pedro Sánchez del riesgo de verse salpicados por apoyar a un Gobierno rodeado de sospechas. Así lo hizo ayer el portavoz del PP, Borja Sémper, durante un desayuno informativo organizado por Foro Nueva Economía. "La corrupción es un elemento que genera mucha mancha", afirmó. Significa que, a su juicio, tanto el PNV, como Junts, ERC, Sumar y Podemos se van a ver "arrastrados" por esa ola. Dice Sémper que "siento hablar estos términos, pero lo tengo que hacer. Creo que el presidente del Gobierno es tóxico para quien se acerca a él y acaba manchándoles".

Análisis de los sondeos

Los populares intentan evaluar el daño demoscópico que la corrupción hace a las cuentas electorales del PSOE. Alberto Núñez Feijóo aludió el lunes ante el comité ejecutivo del PP a los sondeos para afirmar que aunque que no le gusta hablar de encuestas ,el primer partido de la posición va al alza ante un PSOE que desciende. Al tiempo, el socio minoritario del Gobierno de coalición, Sumar, se va dejando apoyos "que recoge Pedro Sánchez", aunque no los suficientes como para aspirar a repetir una mayoría de investidura, puntualizan en Génova. El PP, crece y también lo hace Vox, aunque en su caso consideran que, además de tragedias como la dana en Valencia, de la que están sacando réditos electorales los de Santiago Abacal, el crecimiento de este partido "también se alimenta de la ola reaccionaria" del resto del mundo, desde Trump, a Orban, pasando por Le Pen.

Precisamente los casos de supuesta corrupción que rodean al Gobierno y al PSOE en los que PP y Vox actúan como acusación popular, están siendo motivo de enfrentamiento entre ambos partidos. El juez del Supremo concentró en los abogados de Génova la representación de las siete acusaciones populares y Vox quiere que, al menos, ambos partidos se coordinen. De hecho, el lunes le pasaron a los abogados del PP unas preguntas para formular a Aldama que no fueron atendidas, según se quejan en Bambú. Además, a diferencia de lo acontecido durante la declaración del conseguidor ante la Audiencia Nacional hace un mes, en que se 'radió' casi en directo su declaración, esa vez los defensores que representan al PP han optado por la discreción.