Las lluvias torrenciales del fatídico martes 29 de octubre, "históricas" y "extraordinarias", marcaron un récord nacional de intensidad de precipitación acumulada en una, seis y doce horas, según certifica un informe de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que analiza lo ocurrido entre el 28 de octubre y 4 de noviembre. Publicado este lunes, el estudio examina día a día el episodio meteorológico que dejó más de 200 muertos y daños materiales millonarios en esas fechas.

El texto contextualiza la catástrofe recordando que, en los últimos 70 años, la provincia de Valencia ha padecido distintos episodios similares, siendo los más destacados los del 14 de octubre de 1957, el 20 de octubre de 1982 y el 3 de noviembre de 1987, además del de 2024, en el que destaca "las escasas precipitaciones en todo el litoral, en contraste con los grandes acumulados a tan solo unas decenas de kilómetros al interior" así como "el papel clave que presentó la orografía en el desencadenamiento de la convección",

Los máximos absolutos de precipitación acumulados en 24 horas de cada episodio fueron 494,4 milímetros (1957), 635,2 mm (1982), 817,0 mm (1987) y 771,8 mm (2024) y, aunque las lluvias de 1987 siguen siendo el récord nacional medido en 24 horas, las de 2024 constituyen récord nacional de intensidad de la precipitación acumulada en una, seis y doce horas.

Su impacto fue diferente en función de dónde se ubicaron los mayores acumulados de precipitación y, en el caso de 2024, los efectos fueron "mucho más graves en zonas, corriente abajo, con apenas registros destacables de precipitación, que los sufridos en aquellas otras zonas donde se observaron las precipitaciones más intensas".

La DANA del 29-O

La Aemet describe las circunstancias que generaron "el largo episodio de lluvias intensas, localmente torrenciales y persistentes, que afectó en mayor medida a las provincias del Mediterráneo, provincias adyacentes de las comunidades de Castilla-La Mancha y Aragón, así como también a parte del cuadrante suroccidental" durante esos días, con especial incidencia el día 29 en Valencia.

Ese martes, "el factor meteorológico, extraordinariamente extremo, se combinó con el factor hidrológico y desencadenó el evento natural más trágico en la historia reciente de nuestro país" con importantes pérdidas humanas, así como daños materiales y de infraestructura no solo en Valencia, sino también en las provincias de Albacete, Cuenca y Málaga.

"La presencia de una dana hacia la zona el Estrecho" y el transporte de humedad "desde un Mediterráneo muy cálido hacia la península" generaron "potentes sistemas tormentosos" que fueron sucediéndose de acuerdo con la nomenclatura meteorológica: multicélulas, supercélulas y sistemas convectivos de mesoescala, incluyendo diversas líneas de turbonada.

El martes 29, la descripción de las precipitaciones que afectaron a Valencia y Cuenca incluye "una línea de tormentas con al menos dos supercélulas embebidas durante la madrugada, muy persistente y con efecto de tren convectivo que afectó especialmente a las comarcas de la Ribera Alta, Hoya de Buñol y Plana de Utiel-Requena" con precipitaciones torrenciales y persistentes, granizo e inundaciones.

A partir de primera hora de la tarde, se formó en la zona "una intensa y muy extensa supercélula que permanece estática sobre la Ribera Baixa y Horta Sud, principalmente", con "las tormentas más adversas del día" y la aparición de varios tornados que terminaron produciendo la catástrofe humana y material.

Las precipitaciones de esa jornada "fueron históricas en el interior y prelitoral de la provincia de Valencia", ya que existen registros de datos continuos desde 1948, y en localidades como Utiel o Requena "no hay constancia de ningún día previo con tanta precipitación acumulada" ni tampoco de otro mes tan húmedo.

Estas "extraordinarias precipitaciones" en zonas de interior, en cabeceras de ríos y barrancos que tienen su nacimiento sobre los 1.000 metros de altitud "originaron violentas riadas y barrancadas que llegaron a localidades del litoral donde apenas llovió" y provocaron el desastre. La Aemet resalta que se emitieron sucesivos avisos de lo que estaba por llegar desde las 11:33 del domingo 27 de octubre, avisos que pasaron de nivel amarillo a naranja y finalmente a rojo el mismo día 29 a las 07:36 horas.

Proyecciones futuras

El estudio analiza los bloqueos anticiclónicos producidos entre 1950 y 2020, y señala que "en nuestra zona no hay evidencia significativa de que durante este período se hayan producido cambios en su frecuencia, tampoco en otoño, que es cuando estos episodios presentan una mayor relevancia en cuanto a la mayor potencialidad de ocurrencia de precipitaciones torrenciales".

Sin embargo, afirma que las proyecciones futuras "tienen una gran incertidumbre" y apuntan a "un debilitamiento de la intensidad de los bloqueos" en los próximos decenios que podría incrementar hasta un 88 % la precipitación asociada a las danas en el noreste de España y un 61 % en las regiones adyacentes.

Las precipitaciones torrenciales "que también pueden estar provocadas por estructuras dinámicas distintas a una DANA, son una constante y una característica de la región mediterránea, observándose eventos catastróficos a lo largo de los siglos"