"Mucha gente la quería exiliada, donde la tenemos ahora en el Europarlamento, pero me ha pedido que os diga, de su parte, que dentro de muy poco va a volver". La líder de Podemos, Ione Belarra, aludió con estas palabras a su compañera de filas y amiga Irene Montero el pasado jueves durante la entrega de los premios de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP). Confirmaba la navarra lo que ha dejado de ser un secreto a voces, esto es, que Montero no cumplirá su estancia de cinco años en Estrasburgo como eurodiputada sino que "su intención es volver a Madrid para encabezar la lista del partido" a la presidencia del Gobierno, sea cuando sean los comicios.

Se trata de una operación muy estudiada, sin grandes estridencias, pero basada en la visibilidad cada vez mayor de quien fue vetada en las listas de las elecciones generales del 23-J bajo la candidatura de Movimiento Sumar y la candidata Yolanda Díaz. Montero estrena libro, Algo habremos hecho (Edit. Navona), editado por quien fuera su jefa de gabinete en el Ministerio de Igualdad, Lidia Rubio, en el que reivindica lo hecho por Podemos y lo que queda por hacer desde la óptica de esta formación política. Entre entrevistas y presentaciones ocupa buena parte de la agenda política, al margen de la proyección de su trabajo en la Eurocámara y su activismo en las redes.

Podemos antes de Podemos

Su entrada, además, en tertulias como "Todo es mentira", de Cuatro, le da una cuota de pantalla que recuerda mucho a los comienzos de los dirigentes de Podemos cuando Podemos ni siquiera existía. Fue cuando Pablo Iglesias comenzó a prodigarse en distintas tertulias, incluidas televisiones claramente alineadas en la derecha. Y es que el que fuera cofundador de la formación morada sabe de la importancia de los medios de comunicación en la estrategia política.

Por ello tras dejar sus cargos tras la debacle electoral de las autonómicas madrileñas en 2021, se centró en su Canal Red con el objetivo, aún fallido, de convertirlo en la referencia ideológica e informativa para amplios sectores de la izquierda radical. Ahora también ha vuelto a las tertulias en RNE y en TVE, lo que desató todo tipo de especulaciones sobre su hipotética vuelta a la primera línea. "Ni hablar, hasta siendo vicepresidente del Gobierno se aburría mucho", dice un antiguo colaborador. Una segunda fuente consultada también descarta que aspire a cualquier cargo orgánico en el partido o de representación pública, pero no que vaya a ejercer la política desde la sombra.

"Pablo ni va a entrar en la organicidad, ni a ponerse al frente de Podemos ni mucho menos de candidato de nada"

"Él va a estar donde está ahora, en inspirador de las estrategias, en reflexionar en profundidad y en manejar sus medios de comunicación y doctrina hacia afuera, que, en definitiva, es intervenir en política. Pero ni va a entrar en la organicidad, ni a ponerse al frente de Podemos ni mucho menos de candidato de nada", señalan a El Independiente los mismos medios. Iglesias "va a estar apoyando a Irene", añade, y sus contactos con Pedro Sánchez, revelados por este medio, no parecen tener más finalidad que allanar el camino de su pareja.

Salvo cambio de guion, ese es el objetivo marcado. Además, desde que el ex vicepresidente rompió con el empresario catalán de la comunicación Jaume Roures, anda volcado en mantener a flote su proyecto. Ahí explican una reciente reunión con el ex presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en la búsqueda de socios capitalistas para su empresa Agitprop, productora de Diario y Canal Red.

Pero a Irene Montero no le hace falta volver de Estrasburgo para intervenir en la política española. De hecho, la ex ministra de Igualdad y Belarra negociaron esta semana con el titular de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, el acuerdo sobre la ley de eficiencia de la Justicia, amenazada por Podemos después de colarse una enmienda para favorecer los desahucios exprés. Además, Montero también mantuvo contactos con el ministro de Transportes Óscar Puente. Los morados, incluido Iglesias, no tuvieron inconveniente en revelar el papel de Montero en esta negociación.

Iglesias augura que pueden sacar 10 diputados

Precisamente, la estrategia de los cuatro diputados capitaneados por Belarra pasa por llevar las negociaciones con el PSOE casi a un punto de no retorno en la necesidad de marcar perfil propio y ser unos socios incómodos. Están seguros de ocupar un espacio "que no tiene Sumar, a fin de cuentas partido sistémico y de gobierno", dicen en Podemos sobre su competidor electoral. El propio Iglesias difundió recientemente un tuit afirmando que Podemos "pasa de 0 a 11 escaños en menos de un año, según Electomanía". "Desde su salida al grupo mixto -escribió el pasado 18 de noviembre- la formación morada ha ido subiendo de forma sostenida llegando a estar en empate con Sumar, que ha bajado del 10% al 5%".

Nada dicen los morados sobre la posibilidad de repetir la fórmula de coalición electoral con el resto de las fuerzas a la izquierda del PSOE. Ese es el empeño político y personal del nuevo coordinador de IU, Antonio Maíllo, quien ha hablado con todas las facciones. Pero infructuosamente. "No hay una mala palabra, pero tampoco una buena acción", lamentan con cierta ironía en el entorno del dirigente andaluz. A fin de cuentas, "nadie dice que no quiera la unidad", pero existen muchos vetos cruzados y no sólo entre Podemos y Sumar y viceversa. Otras formaciones de ese bloque como Más Madrid o los comunes no quieren ir con los morados ni a la esquina. Además, tanto Yolanda Díaz como Irene Montero "tienen ganas de ser candidatas. No se ven amortizadas en absoluto".

De momento, Podemos navega sola. Si una ventaja tiene Irene Montero es la del tiempo para ir avanzando en su estrategia, y para ello cuenta con Pablo Iglesias en la retaguardia.