El respaldo del presidente y de su Gobierno al fiscal general del Estado es granítico. No tiene ninguna duda. Antes del informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, ya tenía esa confianza "total" en Álvaro García Ortiz. Ahora es incluso "mayor", porque entiende que no hay nada reprobable en su conducta, pese a que no se hallaran mensajes en su móvil del 8 al 14 de marzo porque, según el ministerio público, una instrucción de 2019 aconseja borrar periódicamente los datos del terminal.
Pedro Sánchez no dudó a la hora de mostrar el alineamiento del Gobierno con "su fiscal general del Estado" en la rueda de prensa de balance de este 2024, tras la reunión del último Consejo de Ministros del año. Una comparecencia en la que dejó ver que no tiene problema en verse con Carles Puigdemont —Junts sigue presionando para ese encuentro— y con Oriol Junqueras, aunque no tiene fecha. Dio a entender que no tiene por qué esperar a que el Tribunal Constitucional dé su visto bueno a la ley de amnistía, porque ya se está aplicando en términos políticos, como lo demuestra, ironizó, que hasta el PP venda como un éxito su acercamiento a los posconvergentes.
El pasado jueves, al término del Consejo Europeo, en Bruselas, el presidente subrayó que el informe de la UCO exonera a García Ortiz en el caso de la filtración de la información de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, y que de hecho quienes reclamaron su dimisión ahora deberían pedirle disculpas. Lo decía porque los agentes hallaron "cero mensajes" en su móvil en las fechas reclamadas por el Supremo, entre el 8 y el 14 de marzo. La Fiscalía ya dijo la semana pasada que una instrucción de 2019 advertía de la conveniencia de borrar periódicamente los dispositivos electrónicos por motivos de seguridad.
Antes del informe de la UCO, ya manifesté la confianza del Gobierno en la Fiscalía General del Estado. Después del informe de la UCO, aún más. Aún más la confianza del Gobierno en su fiscal general del Estado", asegura, incluyendo el posesivo
"Antes del informe de la UCO, ya manifesté la confianza del Gobierno de España en la Fiscalía General del Estado. Después del informe de la UCO, aún más. Aún más la confianza del Gobierno de España en su fiscal general del Estado", remarcó ante los periodistas, incorporando ese posesivo "su". El jefe del ministerio público, según la ley, sí es nombrado por el Ejecutivo, pero autónomo en su funcionamiento. Ya en la campaña de las segundas generales de 2019, en una entrevista en RNE, preguntó retóricamente: "La Fiscalía, ¿de quién depende?". "Del Gobierno", respondió el periodista Íñigo Alfonso. "Pues ya está", concluyó el presidente. Tras aquellos comicios, nombró como fiscal general a quien había sido su ministra de Justicia, Dolores Delgado, una designación muy contestada.
Sánchez señaló este lunes que "no deja de ser curioso" que algunos medios conservadores ven los informes de la UCO como "las tablas de la ley", como "los diez mandamientos", cuando corroboran sus posiciones previas, y los desdeñan en cambio cuando no les interesa, no son "tan claros", "no hay que tenerlos en cuenta". Eso responde, censuró, a una "doble vara de medir, a una ley del embudo bastante interesante".
Para el presidente, la oposición debería ser más "coherente" a la hora de "manifestar "sustentar sus críticas" hacia García Ortiz. Y reiteró: "Antes del informe de la UCO, la confianza del Gobierno de España en el fiscal general del Estado era total, después del informe de la UCO, yo diría que es incluso mayor. Creo que se demuestra, y es lo que siempre hemos dicho, que las cosas al final el tiempo las pone en su sitio". Sánchez subrayó que es "paradójico" que se siga preguntando por esto cuando la pareja de Ayuso, Alberto González Amador, "no ha explicado ante la Justicia su presunto delito fiscal", haber defraudado más de 350.000 euros y cuando la propia presidenta madrileña "no ha asumido ninguna responsabilidad política" por el caso de su novio. En ese punto recordó que Pablo Casado exigió a Ayuso responsabilidades por la abultada comisión que se embolsó su hermano por la compraventa de mascarillas —la causa judicial acabó archivada— y quien acabó defenestrado como líder del PP fue él.
Sobre los casos judiciales, incluido el de su esposa, se limita a volver a expresar su "absoluta confianza" en que el tiempo "pondrá las cosas en su sitio"
Después de la rueda de prensa, se conoció la última decisión del Supremo: practicar nuevas diligencias sobre el teléfono del máximo jefe del ministerio público, para intentar averiguar qué pasó. Pero hoy lunes también se conoció que el juez que instruye la causa contra la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, citó como testigos a representantes de Google, Indra y Telefónica, para preguntarles sobre las inversiones que estas empresas hicieron en el software de la Complutense que el magistrado cree que la imputada se llegó a apropiar.
No refrenda la acusación de "prevaricación"
Este último movimiento del juez Juan Carlos Peinado sí se conoció antes de la comparecencia en la Moncloa y el presidente se limitó a manifestar, en el plano judicial, su "absoluta confianza" en que "el tiempo pondrá las cosas en su sitio". No quiso refrendar las palabras del ministro para la Transformación Digital, Óscar López, que acusó a Peinado de "prevaricar" al "mentir en sede judicial", al imputar al exconsejero madrileño Juan José Güemes por una supuesta contradicción con las palabras de una de sus subordinadas, la directora de Recursos Humanos del Instituto de Empresa, Soledad Gil, al atribuirle a ella unas afirmaciones que realmente no hizo. El presidente huyó esta vez de lanzar críticas al Poder Judicial. Tampoco revalidó su comentario de que la oposición juega "con las cartas marcadas", como hizo en la copa de Navidad de la Moncloa.
Insiste en que la oposición solo se dedica a la "destrucción del adversario", a intentar "ganar con bulos lo que los votos no le dieron". No tiene proyecto, subraya, más allá de "bulos y desinformación"
Sánchez convino en que la "mayoría de jueces y fiscales en nuestro país" hace su labor con "extraordinario rigor". Y ahí se quedó. Lo que le toca hacer es una "reflexión política", y es que la oposición ha "renunciado" a presentar un proyecto "que ilusione": su prioridad es la "destrucción del adversario", el "ganar con bulos lo que los votos no le dieron", y en democracia, apuntó, esa estrategia está "abocada al fracaso". Pero el PP verá, vino a decir: "Lo importante es que no nos despiste ni nos desvíe del objetivo principal: seguir haciendo avanzar a nuestro país. Como ya dije [el pasado miércoles en la sesión de control en el Congreso], ellos a bulos y nosotros al BOE".
En suma, que el PP está empeñado en "destruir, descalificar, inundar el debate público con bulos y desinformación", y no en proponer, y quizá haya "ciudadanos que no les importe", cree el presidente, pero a la "inmensa mayoría sí". Que Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal no pregunten por educación, empleo, sanidad o vivienda es, a su juicio, muy revelador, ya que "tan importantes son los avances logrados como los retrocesos" que el Ejecutivo asegura haber "evitado".
El otro gran tema que recorrió su comparecencia de balance fue la posibilidad de una reunión con Puigdemont, para la que Junts presiona una y otra vez con el fin de que se legitime políticamente a su líder. Sánchez dejó entrever que está dispuesto a verse con él y con Junqueras sin necesidad de que antes se les aplique la amnistía, dado que la ley ha de ser revisada por el Tribunal Constitucional (TC) y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). El líder socialista ya había dicho en la copa de Navidad de la Moncloa que mantenía firme su intención de encontrarse con ambos, aunque no tenía fecha, para normalizar la relación con los dos líderes de las formaciones independentistas. El expresident volvió a asumir las riendas orgánicas de su partido en el congreso de octubre, aunque antes ejercía el liderazgo indiscutible, y Junqueras fue reelegido como presidente de ERC hace menos de dos semanas.
Sostiene que la amnistía se produce cuando la avalaron las Cortes, y aunque quedan recursos por resolver, la ley ya se aplica "a efectos políticos", y de hecho lo está haciendo el PP al acercarse a Junts
"Yo no tengo ningún problema [en la entrevista con Puigdemont]. No sé exactamente cuándo me reuniré, pero evidentemente me reuniré con los líderes tanto de Esquerra Republicana como de Junts per Catalunya", sostuvo. Y al preguntarle de nuevo si podría ser esa cita con el expresident antes o después de que se le aplique la ley de amnistía, no lo condicionó a que haya una sentencia favorable previa. Hace un año, aseguró que se vería con los líderes de ERC y Junts una vez que la ley de amnistía fuera aprobada. La norma entró en vigor en junio, pero el Supremo entendió que los delitos endosados a ambos no eran perdonables.
Sánchez, este lunes, defendió que la amnistía se produce en el momento en que fue avalada por las Cortes Generales, aunque después haya habido instituciones que legítimamente han planteado recursos ante el TC que este deberá resolver, y quizá lo haga hacia el verano. "Pero a efectos políticos esa amnistía ya se aplica e incluso se está aplicando por parte del Partido Popular, que vuelve a votar conjuntamente y saca pecho de esos votos con Junts", añadió con ironía. La cúpula posconvergente no ha dejado de reiterar que Sánchez no aplica políticamente la amnistía, al no reconocer a Puigdemont como su interlocutor.
Ironiza cuando le preguntan los medios si se va a ver de nuevo con el líder de los populares: "Dado que hay un deshielo entre PP y Junts, a ver si lo hay entre Feijóo y el PSOE, que sería bueno para el país"
Al final de la rueda de prensa, el líder socialista incluso volvió a ese entendimiento de la derecha española con los posconvergentes. "Dado que hay un deshielo entre PP y Junts, a ver si también lo hay entre Feijóo y el PSOE, que sería bueno para el país", ironizó cuando se le inquirió por si es posible un nuevo encuentro entre él y el jefe de los conservadores. "Vamos a tender la mano a todos los partidos menos uno [Vox], y ojalá podamos llegar a acuerdos y tener una normalización de relaciones entre el presidente y la oposición. Si se ha producido el deshielo con aquellos contra los que se manifestaban, ojalá se pueda producir también conmigo", acabó.
No habrá adelanto electoral, repite
En su primera exposición, larga, de 50 minutos, Sánchez glosó los logros de su Gobierno en diferentes materias, especialmente en el área económica, y admitió que esos datos, "no opiniones", mayoritariamente "positivos", son "difíciles de conocer" en medio del "ruido actual".
El presidente saca pecho de los resultados de su Ejecutivo, especialmente en economía. Datos positivos, dice, que se ven envueltos en un "tornado de crispación" y de "bulos" que la derecha alimenta
Se han visto envueltos en estos siete años que lleva en la Moncloa, dijo, en un "tornado de crispación" y de "bulos" que la derecha alimenta "sin cesar", propalando la imagen de que España se hunde y "se rompe", que está "al borde del abismo, para ganar en las tertulias lo que no pudieron ganar en las urnas". "En democracia cada uno puede describir la realidad como le guste, pero no en su mano cambiar la realidad", y España, resaltó, "progresa y avanza", y lo hace "gracias no por la coyuntura, sino a pesar de la coyuntura tan adversa".
Cuando se le preguntó si no contribuían él y su Gobierno a ese "tornado de crispación", subrayó que el Gabinete de coalición no está en los parámetros de la "oposición destructiva", porque sí "respeta al Parlamento". Admitió que queda mucho por hacer en políticas sectoriales como vivienda, pero afirmó estar convencido de que 2025 será "mejor" para España que este 2024 y auguró que en 2027, cuando haya de nuevo generales —porque insistió en que no piensa adelantarlas—, habrá de nuevo una "mayoría progresista en las urnas".
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