Diez sondeos emitidos este mes de diciembre ponen el broche a este 2024 y esbozan el estado de los principales partidos políticos con representación nacional o europea en las legislaturas vigentes. En lo que respecta a las cuatro formaciones nacionales troncales como eje para futuros pactos políticos, las diferencias respecto al cierre del año pasado en las encuestas son amplias.

De media, los sondeos pronostican que PP y Vox alcanzarían mayoría absoluta por sí solos si hoy, 31 de diciembre, se celebrasen elecciones nacionales. En concreto, populares y ultraconservadores sumarían 186 escaños conjuntamente en un Congreso que de 350, requiere una mayoría absoluta de 176. Frente a los datos, la realidad política de ambas formaciones es complicada. Las dificultades para llegar a consensos territoriales en relación a los presupuestos de seis regiones, después de dinamitarse las respectivas coaliciones en pleno verano [excepto en Baleares, donde el respaldo de Vox al PP era externo], evidencian que en caso de darse ese resultado en las urnas, las negociaciones serían vertiginosas.

En comparativa con diciembre de 2023, el margen para Alberto Núñez Feijóo se ha ampliado conjuntamente. Se pasa de una media de 179 escaños en alianza a esos 186 de media. Se deteriora a su vez las capacidades de la izquierda para repetir en el Gobierno y reeditar la actual mayoría que sustenta a PSOE y Sumar. Frente a los 171 diputados máximos a poder obtener, este cierre de año se reduce a 163 por el choque y desgaste de las izquierdas a la izquierda de los socialistas. El independentismo, bajo las previsiones de hoy, no condicionarían una próxima investidura.

El PP sigue en cabeza, pero se resiente frente a Vox

A finales de diciembre de 2023, el PP contaba con un respaldo medio entre todas las encuestas publicadas [once frente a diez sondeos actuales] de 151 escaños nacionales, aunque llegaba a máximos de 154 de forma aislada. El reforzamiento respecto a las elecciones generales de julio, donde obtuvieron 137 diputados, venía en gran parte del desplome electoral de Vox desde esos comicios, que se movía en torno a los 28 escaños de media respecto a los 33 cosechados. Se profundizaba más en esa caída, al descender en la Cámara Baja Vox desde los 52.

Azuzado por las bajas de figuras relevantes como Iván Espinosa de los Monteros, el exportavoz parlamentario que abandonó las siglas en agosto, días después de abrirse la XV Legislatura, y otros enfrentamientos internos como entre la facción oficialista en torno a Abascal y el amago de otra de oposición canalizada por el exsecretario general Javier Ortega Smith, que finalmente se saldó con su inclusión en la candidatura de Abascal de cara a la Asamblea Extraordinaria de enero. Pero también por la estrategia de confrontación con el Gobierno por la amnistía y la participación de los de Abascal en las manifestaciones de Ferraz junto a otros grupúsculos de extrema derecha.

Las tornas han cambiado un año después. Aunque la amnistía ha marcado la primera mitad del año, la inmigración ha servido a Vox de salvavidas para no solo aguantar, sino mejorar resultados a imagen y semejanza de sus aliados europeos, quien llevan años enfocados en ese marco en países con mayor presencia migratoria. Y ello, con una apuesta previa al engrosamiento de la crisis migratoria de Canarias y Ceuta, y a la dificultad de populares y socialistas de consensuar una política de Estado para afrontarlo. Que ambas formaciones sigan por encima de sus resultados el 23-J, con todo, se puede explicar por que el PP sigue captando voto por el centro que compensa pérdidas a Vox, y ambos atraen votante abstencionista.

Feijóo obtiene de media 146 diputados estimados en unas generales, mientras que Vox escala también hasta los 40

De esos 151 escaños medios del PP en 2023, ahora Feijóo se mueve en los 146, nueve más que en la actualidad. Abascal remonta siete, hasta situarse en 40. El primero supera los 35 puntos de voto y el segundo los 11.

Sánchez resiste a costa del desangre de Sumar

Apenas cambia la estimación de Sánchez respecto al 23-J y el cierre de 2023 un año después, pese a materializar la amnistía de por medio y con problemas fervientes como el de la vivienda de fondo o la propia inmigración, que colapsa Canarias y Ceuta. También con consensos sobre la mesa, a desarrollar, como el de la financiación diferenciada para Cataluña, uno de los retos de 2025.

Tampoco apunta a desgaste, al menos directo según los datos, las tres causas judiciales que se investigan en relación al ámbito político y personal del presidente. Con el caso Koldo y la figura de José Luis Ábalos investigado en el Supremo; su esposa Begoña Gómez en los juzgados de Plaza de Castilla por cuatro delitos, caso de posible tráfico de influencias, corrupción en los negocios privados, intrusismo y apropiación indebida; o su hermano, David Sánchez, a quien la Audiencia Provincial de Badajoz investiga por supuesto tráfico de influencias, prevaricación, malversación y fraude fiscal vinculado a su relación con la Diputación de la provincia.

De los 121 escaños obtenidos en 2023 y los 119 pronosticados en diciembre de ese año, ahora el PSOE concluye 2024 con una estimación de 117 diputados. Durante el año ha tenido picos superiores a los 124 e inferiores a los 115.

La resistencia del madrileño se explica principalmente por el desgaste de Sumar, su ausencia a la hora de marcar agenda prácticamente a lo largo de la tramitación y la aprobación de la amnistía, y los daños colaterales que le ha generado a la marca de Yolanda Díaz el caso Errejón y la incapacidad de afianzarse a nivel regional y europeo en el último ciclo. Una decepción de resultados que hizo a la propia Díaz abandonar el liderazgo orgánico tres meses después de ser elegida en la primera asamblea del Movimiento Sumar. A todo ello, se ha añadido la competencia de Podemos, ya fuera de la alianza electoral.

El PSOE suma 117 escaños y Yolanda Díaz no superaría los diez. Rivaliza casi con Podemos, que queda en 6 diputados

Los de Díaz han pasado de ser percibidos con 24 escaños, más cero Podemos, en diciembre del año pasado, a caer hasta los diez mientras los morados de Ione Belarra se mueven ahora de media con seis diputados. La división de la izquierda, en plena presión, además por IU para la unidad, penaliza más aún a un espacio fracturado. De los 147 que suman los dos partidos de la coalición ahora en Moncloa, se pierden 20 por el camino entre los tres diputados del PSOE y los 17 de Sumar. Se espera reflotar la alianza de izquierdas con un replanteamiento desde la "horizontalidad" y con la participación unitaria de Podemos pese al choque con Díaz.

Los partidos minoritarios, intactos, y Alvise fuera

No cambia prácticamente nada el papel de los socios potenciales. Junts sigue percibiéndose con ocho escaños, uno más que ahora, alentado por el ascenso de la marca en las pasadas elecciones de mayo donde los de Carles Puigdemont se afianzaron como alternativa a Salvador Illa. ERC igualaría sus 7 escaños actuales, al igual que EH Bildu con sus 6. De crecer a 6 bajaría a 5, de diciembre a diciembre, el PNV, que se quedaría representado como hasta ahora.

El BNG, tras el éxito de Ana Pontón en las gallegas de febrero atrae un efecto arrastre en Galicia a costa, probablemente, del PSdeG. El Bloque pasaría de su actual escaño, mismamente contemplado en diciembre de 2023, a dos de convocarse las urnas próximamente. Coalición Canaria y UPN no se mueven del mismo escaño respectivo para ambas fuerzas.

Sin comparativa posible con el año pasado, Luis Alvise Pérez y su agrupación de electores Se Acabó la Fiesta, con la que concurrió a las elecciones europeas de junio, perdería capacidad de influencia nacional. Si bien el propio eurodiputado se veía con capacidad de ser llave de Gobierno para PP y Vox, perjudicando en representación a los de Abascal, la marca que aspira a ser partido político comienza a desfondarse a la par que se intensifica la investigación judicial a Alvise. Él mismo reconoció un pago en metálico de 100.000 euros para financiar la campaña. De moverse entre uno y tres después del verano, cierra con cero y por debajo del 3% de estimación electoral.

El juez que investiga este asunto, de hecho, y por estar Alvise aforado en la UE, ya ha pedido al Tribunal Supremo que se le impute un delito electoral y por financiación ilegal de su partido.