Este fue el año de una dolorosa pérdida. Victoria Prego nos dejó en la madrugada del 1 de mayo tras luchar durante meses con un cáncer que acabó doblegándola. Dejó muchas familias huérfanas, primero a su marido e hijos y después a El Independiente y al periodismo de este país. Un triple mazazo de quien durante décadas dignificó una profesión que ensalzó como de las más apasionantes que se pueden ejercer. En el acto de aceptación del Premio Mariano de Cavia en 2016 se retrató como parte de "una generación de periodistas privilegiada" por haber "estado en el centro de la historia más brillante y más honrosa de España", en referencia a la Transición. Una experiencia que la reafirmó en que "lo único que yo habría sabido hacer es periodismo, nada más que periodismo, sólo periodismo... quién podría pedir más".

Nos dejó su legado y su voz, esa voz que se fue filtrando en los hogares españoles a partir de 1974 cuando ingresó en el área internacional de los informativos de la segunda cadena de la una única televisión de entonces, TVE, a donde llegó después de hacer sus pinitos en medios como la Agencia EFE. Seguir su desarrollo profesional de décadas exigiría mucho más espacio del que se dispone en estas páginas tras pasar por multitud de medios, formatos y contenidos informativos. Lo mismo puede decirse de todas los premios y reconocimientos que jalonaron su carrera profesional, veinte distinciones en total. Pero si hay una etiqueta que pueda asociarse a este mujer inclasificable es la de la relatora de la Transición. Supo sacar todo lo bueno de esa etapa casi épica -"hazaña extraordinaria que no estoy dispuesta a que maltraten", dijo- sometida ahora a un fuerte revisionismo sobre todo por parte de aquellos que no fueron sus actores políticos.

De aquella etapa Victoria Prego se impregnó de una suerte de transversalidad. Apasionada en la defensa de sus ideas, nunca demonizó al que pensaba distinto. Esa ausencia de sectarismo quedó muy bien reflejado en la conversación que el director de ese medio, su entrañable amigo y compañero Casimiro García Abadillo, reveló dolorosamente el día de su fallecimiento. “A mí, en los años 70, me decían que era de izquierdas. Ahora, me tildan de ser de derechas. Pero yo creo que pienso en lo básico lo mismo que pensaba hace cincuenta años”, comentó Victoria cuando ambos debatían sobre la línea editorial a seguir en la que sería su última aventura periodística: el nacimiento de El Independiente, del que se cumplen siete años.

Sin afán de ser exhaustivos, además de en RTVE, Prego dio ejemplo de su buen hacer periodístico en medios como Antena3, Onda Cero, Telemadrid, Cope y Canal Sur. Publicó en medios tan dispares como la desaparecida revista Interviú o en la Agencia Colpisa. Mención aparte merece El Mundo, casa donde permaneció tres lustros, entre los años 2000 y 2015, y en la que llegó a ser adjunta al director Pedro J. Ramírez.

Entre sus muchas aportaciones a esta profesión, tantas veces baqueteada , está la presidencia de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) de 2015 a 2019, en tiempos políticos de polarización y señalamiento de periodistas. También, mucho antes, la de poner en marcha las primeras tertulias periodísticas en plena efervescencia política y social del tránsito de la dictadura a la democracia. No dejó de participar en ellas como analista pero, también como moderadora, otra faceta de una profesión que sólo le dio satisfacciones y en la que no dejó de divertirse.

Victoria Prego se define por sus propias palabras. En 2018, cuando fue distinguida con el Honoris Causa de la Universidad Rey Juan Carlos le preguntaron con qué se quedaba de su toda su carrera profesional. "Me quedo con todo aquello con lo que lo he pasado bien. Lo que ocurre es que yo lo he pasado bien en casi todas las partes". Sin embargo, en los últimos tiempos lamentó el desprestigio de una profesión que vivió momentos mejores, aquellos en los que "se nos respetaba, se nos creía, se daba por supuesto que lo que contábamos era verdad y vaya que sí, y lo era, se atendía a nuestros análisis y nuestras opiniones tenían influencia".

Pero también es interesante, para terminar de cerrar el retrato, acudir a las palabras de otros, a las de aquellos que la conocieron desde el otro lado de la trinchera. Mes y medio después de su fallecimiento, la APM organizó un acto de homenaje que contó con la participación de Felipe González, Mariano Rajoy y Miquel Roca. El primero recordó cómo "hacía uso de su libertad, era concienzuda y te preguntaba mirándote a los ojos". Rajoy puso en valor que "era comprometida e independiente. Comprometida con la democracia liberal, con la Constitución, con los derechos, con las libertades, con el voto". También con la vida.

Hasta siempre.