Esta marcha no es el final. Al menos así lo plantea María Jesús Montero, que descarta rebajar su peso dentro del Ejecutivo nacional y el PSOE una vez tomada la decisión de retornar a Andalucía para reflotar la marca electoral tras el declive en las autonómicas de 2022, y las municipales y generales de 2023. Mientras que otras salidas de excompañeros del Gobierno como Salvador Illa, para liderar al PSC en Cataluña y llegar a la Generalitat, o de Reyes Maroto —aunque no pretendía liderar el partido—, para lo propio, sin tanto éxito, en Madrid capital, Montero se compromete a compaginar todos los papeles políticos, tanto en Moncloa como en las filas socialistas.
Así lo confirman fuentes muy próximas a la andaluza, que actualmente ejerce cuatro grandes funciones junto al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Dos en el Ejecutivo, primero como vicepresidenta primera, y después al frente de la cartera de Hacienda, uno de los ámbitos que más protagonismo ha tenido en este primer año de investidura, con el planteamiento del cupo catalán, el debate de la financiación autonómica, la reforma fiscal y el impedimento de prolongar más allá de enero el impuesto energético, y, aún vigente, el desenlace de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Por otro lado, otros dos en el partido, siendo vicesecretaria general y mano derecha de Sánchez, y con la aspiración de ejercer la secretaría general del PSOE-A.
Sin la figura del actual secretario general de Andalucía, Juan Espadas, que este martes dio un paso al lado y renunció a buscar repetir liderazgo al ver que la candidatura de Montero era inminente, y ya sin que tenga sentido la candidatura de otros aspirantes contra Espadas, como el jiennense Juanfran Serrano, el camino hacia la elección como líder territorial está prácticamente despejado para Montero. Queda frente a ella, en todo caso, la ya presentada por Luis Ángel Hierro, catedrático y crítico del partido que ya ha concurrido en otras ocasiones. En una entrevista reciente, se mostró muy duro con Montero por el cupo catalán. Por delante queda la recogida de avales, donde se requiere el 12% de la militancia del PSOE-A. En un total algo más de 40.000, se requieren alrededor de 4.800 avales.
El plazo de registro de las precandidaturas termina el viernes 10 de enero, y tras el proceso de presentación de avales en el que las previsiones apenas dan oportunidades a Hierro, Montero sería proclamada secretaria general. De momento, Hierro sigue adelante.
A nivel orgánico, de partido, tampoco hay impedimento alguno para que la vicepresidenta primera vea cumplido su propósito. Incluso así lo aseguran en Ferraz figuras de peso del PSOE consultados por de El Independiente, todo, pese a que el artículo 3.10 de los Principios Organizativos Comunes asegura que "será incompatible simultanear un cargo en las Comisiones Ejecutivas Autonómicas con ser miembro de la Comisión Ejecutiva Federal". Se añade que se "podrá excepcionar el cumplimiento del presente artículo hasta en un 10% de sus miembros". Las mismas fuentes preguntadas recalcan que, pese a ello, no haría falta ninguna dispensa ni que el Comité Federal lo avalase.
De hecho, ya ha habido precedentes de personalidades como Guillermo Fernández Vara, quien desempeñó en el pasado el puesto de secretario general extremeño a la vez que era secretario de política económica de la comisión ejecutiva federal. Es más, Manuel Chaves ejerció entre el 2000 y el 2010 a la vez de presidente del PSOE y secretario general del PSOE-A, y al mismo tiempo fue presidente de la Junta de Andalucía. José Antonio Griñan, como presidente del partido y la comunidad entre 2012 y 2013 [solo se refleja los periodos en los que hubo simultaneidad de cargos, no las fechas de inicio y final de los mismos].
Ahora bien, todo debe responder a las intencionalidades y deseos que tenga el presidente Sánchez, con quien se ha pactado este salto. La voluntad trasladada de que Montero quiere compaginar debe ser refrendado en última instancia por Sánchez. La andaluza quiere reivindicarse en como supernúmero dos del dirigente, como la persona de máxima confianza con la que ahora puede contar en un momento complicado para el partido y del Gobierno.
Al rango de 'supernúmero dos' se añade el papel de 'superbaronsa', dado que de ejercer de vicesecretaria general, tendrá una posición aventajada y de máximo poder frente al resto de líderes regionales
De avalar ese deseo el socialista y de no suplirla en ninguna de sus otras funciones, ni siquiera dentro del partido, que generalmente tienen un contenido más político que orgánico, algo que deriva en la figura del secretario de Organización, Santos Cerdán, Sánchez estará situando, además, a Montero como superbaronesa respecto al resto de líderes de las federaciones socialistas, otorgándole un poder muy alto. Su papel sería de primus inter pares.
La disposición con la que partiría Montero, en todo caso, es la de aunar fuerzas entre todos los sectores de la federación andaluza. Tendría previsto, según argumentan fuentes cercanas, en colaborar de la mano de Espadas. El compromiso de marchar a Andalucía, además, defienden las mismas fuentes, parte en su totalidad de ella, aunque a priori se ha comentado que vendría a ser una imposición de Sánchez. Si es cierto que ha habido solicitud e intento de convencimiento. Si no hubiese disposición real de Montero, se considera, sería imposible abordar el proyecto, que requiere de notable "esfuerzo". "Es un reto muy importante, y siempre contará con Espadas" u otros, porque "no sobra nadie".
Trasladó ese compromiso Montero en la tarde de este miércoles desde el hotel NH Collection Sevilla, donde oficializó, tras varios días macerando, su candidatura con aclamaciones de optimismo. Incluso para "ganar la Junta de Andalucía", reivindicó la socialista, reafirmando la "cohesión" entre las filas y con independencia de quien tenga el liderazgo —con guiños a Espadas y a las dificultades de su gestión con el partido en la oposición—. En la capital andaluza cuestionó las políticas de Juanma Moreno: en sanidad, juventud, futuro, inversión y modernización.
Montero, centrada en cerrar los PGE
La idea es la de ponerse a trabajar una vez se determine el desenlace con los PGE en las próximas semanas, que son prioridad. De hecho la que será secretaria general del PSOE-A ha estado centrada en ello con constancia, sin implicarse en cuestiones internas. En Hacienda se reconoce que "no es fácil" alumbrar las nuevas cuentas por encaje de las demandas de diferentes socios sobre el papel, pero que habrá "empeño a fondo" para intentar tenerlas lo más avanzado posible en este primer trimestre. Cuando los apoyos estén amarrados, indican, se presentará la senda de estabilidad, a la que están abiertos a pequeños cambios si hay voluntad de pactos. A priori, los dos grandes escollos son Junts por la derecha y Podemos por la izquierda.
La concepción es que los posconvergentes terminarán por no tumbar las nuevas cuentas pese a la dureza con la que están desarrollando las últimas negociaciones en otras materias fiscales y las advertencias de Carles Puigdemont. Respecto a los de Ione Belarra, se aprecia que hay más entendimiento de cara a este escenario que el que ha habido con la última reforma fiscal. Todo pese a las altas condiciones que ponen sobre la mesa los morados, como rebajar en un 40% el precio de los alquileres o cesar las relaciones diplomáticas con Israel.
Montero quiere contar con Espadas y llevar cohesionado a todo el PSOE-A con el objetivo de ganar a Moreno Bonilla las elecciones
Una vez solventado, ve margen para consolidarse en Andalucía, dado que, según fuentes próximas, la concepción de Montero es la de que no habrá adelanto electoral por parte del popular Moreno Bonilla, su rival a batir, por encontrarse cómodo por estar sostenido con la primera mayoría absoluta del PP andaluz en su tierra. Tampoco cree que Sánchez vaya a adelantar generales antes de 2027 que incentive a Moreno Bonilla a dar el paso. Además, a diferencia de otros rostros, el de Montero es reconocido para la mayoría de andaluces. En su entorno no se cree que la singularidad fiscal para Cataluña la vaya a penalizar en Andalucía, porque "si pensase que es malo, no se habría comprometido".
Los últimos sondeos publicados antes de conocerse el aterrizaje de Montero, tanto SigmaDos como el CIS andaluz, CENTRA, otorgaban al PP mayoría absoluta entre 55 y 59 escaños respecto a los 58 actuales [55 es el mínimo], y al PSOE una bajada de 30 a entre 26 y 29 diputados regionales. Revertir esas cifras, es el objetivo para una formación que ha sido hegemónica durante 37 años.
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