El proceso andaluz no seguirá, salvo sorpresa de último momento, los pasos dados por los socialistas en la Comunidad de Madrid o en la federación de Castilla y León. La vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, anhela compatibilizar sus cargos con el de secretaria general del partido en Andalucía, pero antes deberá verse las caras en unas primarias con un histórico militante del partido, Luis Ángel Hierro (Jimena de la Frontera, Cádiz, 61 años), que ya buscó sin éxito suerte en las anteriores de 2021 frente a Juan Espadas y Susana Díaz.
Desde entonces, desde el anonimato en la comunidad, ha ido ganando algo más reconocimiento interno y ha aglutinado aliados críticos frente a lo que considera una injerencia permanente de la dirección nacional del PSOE, liderada por Pedro Sánchez, en los asuntos de base de la federación andaluza. Algo progresivo, reconoce, que ha ido dándose en los últimos años en contraste a la independencia que ostenta, dice, el PSC ahora de Salvador Illa [aunque el PSC y el PSOE, son partidos distintos]. Si el reto ya era complicado un año después de la derrota en Andalucía frente al PP, ahora la hazaña se antoja aún más lejana teniendo en cuenta el endurecimiento de las primarias que ha reafirmado el último congreso federal del PSOE en su 41º edición en Sevilla el pasado mes de noviembre.
Concretamente, al regreso de Sánchez a la secretaría general del partido, tras el congreso de 2017, se estableció en los estatutos tres tipos de porcentajes para comicios internos. A nivel nacional un 1%, para las autonomías un 2% y para los ámbitos provinciales un 3%. Hierro, ponente de Economía en ese congreso, presentó entonces enmiendas para la supresión del proceso de avales, que, tras diálogo con el equipo de Sánchez, se transformó en unas cuotas mínimas asequibles y que daban margen participativo. Con Sánchez ya consolidado en el partido y en el Gobierno, y en el 40º congreso de Valencia, ese rango de porcentajes se elevó al 3%, 6% y 12%, dificultando mucho más la tarea a cualquier figura crítica. En un momento de respaldo [aparentemente] unánime a Sánchez a nivel interno en la actualidad, el último congreso de Sevilla, el 41, elevó más aún ese requerimiento: al 10%, 12% y 15%.
Hierro logró alrededor de 1.400 avales de los casi 44.000 militantes con los que cuenta el PSOE-A, para lo que entonces se requería solo ese 2% meses antes de la primera reforma. En el proceso, terminó con el 5,5% de los votos, frente a un Espadas con el 55% y una Díaz, en el 38%. Ahora, con otros críticos junto a él en Bases en Marcha de la Andalucía Socialista en la jornada en la que se cierra el plazo de precandidaturas, esa cifra tendrá que cuadruplicar en las próximas fechas hasta los 4.900 avales aproximadamente para poder someterse a votación. El reto será muy complicado. En conversaciones con El Indpendiente, pese a todo, Hierro se muestra optimista.
El aparato no puede decir a los militantes que no voten, pero sí impedir que se presenten
"Si no creyéramos, no nos presentaríamos. Nos hace falta sumar unos 3.500 para añadir a los de 2021. Es muy difícil, pero no imposible", argumenta Hierro, de camino de Sevilla a Málaga a un acto homenaje a Cristóbal Melgar con la militancia de la Agrupación Distrito Carretera de Cádiz Sur, en una jornada marcada por las entrevistas a medios nacionales concedidas y su compaginación con sus labores como catedrático de Economía Pública. Este interés general le hacen ver que su posición ha cambiado desde 2021 a la actualidad. Avanzando desde el anonimato, a rodearse de cada vez más apoyos y asumir "la oposición a Espadas" estos años "demostrando [en el partido] que se equivocaron" con su elección. Pero atribuye principalmente su reconocimiento "entre todos los cuadros" del PSOE-A al informe postelectoral en el que se expuso las pérdidas territoriales tras las últimas autonómicas. "No lo hizo el propio partido, sino nosotros. Y fue un hito, caló mucho", comenta.
Respecto a los criterios de avales para las primarias socialistas, recuerda que siempre fue contrario a este sistema. Sin personalizarlo en Sánchez, explica que "sea sanchista o susanista, el aparato siempre quiere que no se vote". "Nunca ha defendido las primarias, aunque ese mismo aparato, el actual, ha llegado ahí a través de ellas". "No pueden decir a los militantes que no voten, pero sí impedir que se presenten", comenta, cuestionando además la capacidad de convertirse alguien en secretario general en este periodo previo de precandidaturas que finaliza hoy viernes 10 de enero si solo se postula una persona. "Si Montero no hubiese dado el paso el miércoles, yo mismo sería secretario general". Frente a las "complicaciones" fomentadas por Ferraz, señala que el tope mínimo para agrupaciones de electores en la Ley Electoral es de un 1%, "el impacto mínimo".
"Miedo" a las primarias en Ferraz y sin proyecto en Andalucía
El incremento progresivo de esos porcentajes, para Hierro, es una evidencia de que "hay miedo" en la cúpula nacional "a las explicaciones, los debates, al proceso de búsqueda de apoyos". El problema es que al final el sistema de primarias del partido "acaba completamente desvirtuado". El docente da por seguro que si los porcentajes se mantuviesen como en la edición anterior de primarias, en el 2%, se habrían presentado más precandidatos. Aunque, frente al "miedo" que adjudica a Ferraz, cree que la falta de voluntad para dar el paso tiene que ver más por la incapacidad para conseguir los estándares de avales requeridos. "Obligas a revelar el voto, que es antidemocrático", lo que puede traer consecuencias para quien se apoye en alguna de las vías alternativas.
El aumento del porcentaje de avales desincentiva la presentación de candidatos. Con un 2% habría habido más
En su caso, hay dos cuestiones que le han motivado a postularse de nuevo. Las dos frente a la herencia que deja Espadas. La primera, reagrupar a "un partido dividido", dice Hierro, recordando que el exalcalde de Sevilla no consiguió el 45% de apoyo restante a Díaz y a su propia candidatura. "Además ese sector fue excluido, mucho más, aunque ya veníamos divididos por el sanchismo y el susanismo". La segunda, por "la ausencia de una estrategia clara de oposición" después de 37 años de sucesivos gobiernos.
"Por su forma de ser, la postura de Espadas es bastante centrada y la nuestra de izquierdas", concreta Hierro, que recuerda la renuncia a reunirse con los representantes de los otros partidos a la izquierda del PSOE-A, pero sí a un encuentro postelectoral de Espadas con Juanma Moreno, e incluso "ofrecimientos de propuestas presupuestarias". "¡Imagina a Feijóo ofreciendo partidas presupuestarias a Sánchez!", afirma incrédulo. Esa estrategia, cree que debe pasar por "recuperar el voto perdido", que "a diferencia de lo que creía Espadas, que miraba al centro", se ha "descompuesto" todo hacia la izquierda.
Montero, "valiosa, pero incompatible"
Pese a las complicaciones, Hierro aleja la posibilidad de renunciar. No ha habido si quiera ofrecimientos por parte del entorno oficialista para facilitar una autoproclamación de Montero a cambio de un hueco relevante de futuro en la dirección autonómica. El gaditano, que en el pasado se ha mostrado muy crítico con la figura de la vicepresidenta primera del Gobierno, resalta a este digital que le une a ella una amistad profunda y horas de debate económico. Reivindica que es "un activo político importante" para el socialismo andaluz, pero que el escenario que ella prevé es incompatible.
Por un lado, le indigna que no haya renunciado simultáneamente a la presentación de su candidatura a los cargos de vicepresidenta primera, titular de Hacienda y número dos en Ferraz. "Es el mayor error que comente", ejemplifica Hierro mencionando que Espadas estaba "cada dos por tres" teniendo que trasladarse a Madrid por su papel de senador. De camino a Málaga, recuerda que eso le supone 200 kilómetros para una hora de presencia, y que Andalucía cuenta con un inmenso engranaje de agrupaciones provinciales y feudos de representación que requieren dedicación completa.
El mayor error que comete Montero es no haber renunciado a todos sus cargos al presentarse como candidata
Lo peor es que cree que llegará el momento que desde Madrid deberá tomar una decisión como ministra que perjudique a Andalucía o la beneficie. Y eso la pondrá entre la espada y la pared de ser o buena ministra o buena líder andaluza. Además, cree que el `síndrome de la Moncloa' impedirá a Montero ver con claridad ciertos problemas. Andalucía "es algo más de lo que se ve en los despachos o te cuentan tus amigos". Y entiende que hay un conflicto "muy bestia" entre la izquierda y la ultraderecha en las zonas más rurales que el PSOE debe atender desde ya, "remangándose" sobre el terreno con dedicación plena". Incluso llega a comparar a Montero con Macarena Olona, proyecto fallido en 2022 por la falta de "deseo" de aterrizaje, y de arraigo y dedicación.
Por otro lado, y ligado a ello, cree que el "encaje de bolillos" con el cupo catalán la penaliza notablemente y le hace empezar su etapa andaluza sin crédito [fuentes de Ferraz próximas a Montero creen que no afectará]. "Montero tiene que quemar las naves [renunciar a los cargos] si de verdad quiere estar en Andalucía. El teletrabajo es incompatible", sentencia.
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