48 horas en política pueden dar para mucho. Pero, al menos en este momento, el Gobierno está convencido de que debe parar los pies a Junts. Convencido de que sus tres representantes socialistas en la Mesa del Congreso deben rechazar el jueves la solicitud de cuestión de confianza que pide el partido de Carles Puigdemont. El expresident ya ha advertido de que si el PSOE da ese paso habrá consecuencias, de que su relación, cogida con muchísimos alfileres, se resentirá de manera definitiva, pero en la Moncloa creen que les compensa el balance de daños y emplazan a los posconvergentes a hacer uso, si quieren, de la herramienta que tienen los grupos para intentar tumbar a un presidente: la moción de censura.

Los socialistas se han pensado muy bien qué hacer en este mes que ha transcurrido desde que Puigdemont anunció y registró su proposición no de ley, en la que exige que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza, dada su falta de "voluntad política" para cumplir los acuerdos de investidura contraídos con Junts. Nunca vieron con buenos ojos esa moción, pero los letrados del Congreso sí veían jurídicamente posible que pudiera admitirse a trámite. Evacuado su informe, PSOE y Sumar decidieron, a finales de año, darse un tiempo para estudiarlo y, sobre todo, para ver si lograban destensar la relación con los convergentes. Pero este próximo jueves, 16 de enero, se reúne la Mesa de la Cámara baja de nuevo y los socialistas prevén retornar al punto de origen: rechazar la iniciativa de Junts. Aunque tenga consecuencias. PSOE (tres miembros) y Sumar (dos) tienen mayoría absoluta en el órgano rector del Congreso frente a los cuatro representantes del PP, que sí apoyan que el texto se debata.

La ministra subraya que el Gobierno "cumple con sus compromisos" y recuerda que lo importante es que su proyecto está permitiendo que España sea "récord" en empleo y en crecimiento económico

La ministra portavoz, Pilar Alegría, dejó entrever la posición del Ejecutivo a dos días de la reunión de la Mesa. Ese no a Puigdemont que posteriormente confirmaron tajantemente fuentes de la Moncloa. "La cuestión de calificar esa proposición le corresponde a la Mesa y, por tanto, será la Mesa quien determine este próximo jueves —advirtió primero la también titular de Educación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros—. Ahora bien, sí que me gustaría darles una respuesta desde el punto de vista de las formas y del fondo".

Por la forma, siguió, porque la cuestión de confianza es una prerrogativa exclusiva del presidente del Gobierno, que recoge la Constitución en su artículo 112. Los grupos parlamentarios, recordó, "tienen otros instrumentos y otras herramientas", como la moción de censura. El Ejecutivo entiende que no cabe admitir a trámite la iniciativa de Junts también por una cuestión de fondo, porque el Gobierno "cumple con los compromisos que ha establecido con el resto de las fuerzas parlamentarias", aquellos que están "en su mano", una clara referencia a la ley de amnistía, que si no se aplica al expresident no es por la voluntad de la Moncloa, sino del Supremo. "Pero es que, además, hay una cuestión mucho más importante y es que el proyecto que está trasladando y en el que está trabajando el Gobierno de España nos ha permitido que hoy, en 2025, España sea un país récord en empleo y récord en materia económica y en crecimiento económico".

Fuentes de la Moncloa confirmaron que la posición está clara, y es la de rechazar la iniciativa de Junts, aun a riesgo de que Puigdemont tome represalias. Alegaron que aceptarla supondría sentar un "precedente" para el resto de grupos, para que se presentaran mociones de tenor similar y, con ello, perseguir que se socave la legitimidad del Gobierno. En el equipo de Sánchez retan a los posconvergentes a sumarse a una moción de censura si no apoyan al Ejecutivo, porque lo que no cabe es que tiren de una herramienta, la cuestión de confianza, que es competencia exclusiva del presidente.

En el Gobierno son conscientes de que "hay muchos platos en el aire" ahora mismo. Varias negociaciones abiertas. La delegación de competencias en inmigración, la senda de estabilidad, los Presupuestos Generales del Estado de 2025. Pero entienden que la sangre no llegará al río porque a Puigdemont no le conviene tumbar a Sánchez y dar entrada a un Ejecutivo de PP y Vox.

En la Moncloa reconocen que hay "muchos platos en el aire", muchas negociaciones pendientes, pero aseguran no temer las represalias del 'expresident'. No quieren que se asiente un "precedente"

El expresident fijó para este viernes una reunión con su cúpula en Bruselas, precisamente para abordar los escenarios que se abren después de la decisión de la Mesa del Congreso, la víspera. Este martes, el secretario general de Junts, Jordi Turull, advertía en un desayuno informativo en Barcelona que lo que ocurra el jueves en la Cámara baja con la solicitud de la cuestión de confianza "no es inocuo" y que, si no se tramita, el partido habrá de "tomar decisiones que no le gustarán al PSOE".

Turull señaló que las condiciones de su formación para restaurar la "confianza" en Sánchez son varias. Entre ellas, además de la admisión a trámite de su petición de cuestión de confianza, la delegación "integral" de competencias en inmigración y la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Pero, a la vez, tachó de "broma macabra", informa EFE, la idea de que los siete diputados posconvergentes apoyen una moción de censura junto a PP y Vox que hiciera presidente a Alberto Núñez Feijóo.

La portavoz del Gobierno y titular de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, atiende a los periodistas tras la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros de este 14 de enero de 2025, en la Moncloa. | EUROPA PRESS / EDUARDO PARRA

Para la Moncloa, más que "amenazas", lo que hay es un "juego de presiones", y no ve que la legislatura pueda colapsar. En el Ejecutivo señalan que no es compatible decir, como hace la derecha, que Sánchez se venda ante los posconvergentes y a la vez se asegure, como hace Junts, que no cumple nada. Seguramente la verdad, indican, está en el punto medio. Y recuerdan que el despliegue de muchas decisiones no depende exclusivamente del Ejecutivo, dado que hay "muchos actores en juego, como los tribunales". Es el caso de la amnistía, cuya aplicación deberá decidir en unos meses el Tribunal Constitucional. Es la medida de gracia, según la lectura que hace la Moncloa, lo que causa esa enorme frustración al partido independentista.

Turull advierte de que el trámite de la Mesa "no es inocuo", y que si no se admite su propuesta de cuestión de confianza a Sánchez, Junts tomará decisiones "que no le gustarán al PSOE"

En el Ejecutivo asumen, eso sí, que puede que descarrilen los Presupuestos. Sánchez los peleará, intentará que salgan adelante... "pero también este país ha vivido con cuentas prorrogadas y no se ha caído el mundo". La Moncloa prepara el terreno de un nuevo ejercicio sin Presupuestos. Por lo que pueda pasar.