La Mesa del Congreso se reunió este jueves a las once y media para decidir si calificaba o no la proposición no de ley de Junts en la que se pide a Pedro Sánchez someterse a una cuestión de confianza. Un asunto demandado a principios de diciembre, como forma de presión al Ejecutivo y al presidente del Gobierno después del cónclave de los posconvergentes y de cara a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Finalmente, como ocurrió ya a mediados del mes pasado, PSOE y Sumar, que tienen mayoría parlamentaria en la Mesa, decidieron aplazar la decisión, en un intento de reconducir las relaciones con los de Carles Puigdemont.

La dirección del Grupo Plurinacional Sumar, con todo, apuntaba a un veto claro a la propuesta de Junts. Se reunieron a primera hora de la tarde de este miércoles para tomar la decisión, aunque fuentes del grupo avanzaban que no habría cambios respecto al consenso alcanzado a mediados de diciembre cuando fue tratado por los letrados de la Cámara. Las sensaciones en la confluencia es que no es un buen momento para desplantes con el PSOE que agrieten más las relaciones.

Sumar acordó en diciembre rechazar la PNL, en línea a los deseos del PSOE. Expresaron que aunque las conclusiones de los letrados dejaban margen de movimientos, incluso para un posible debate de la iniciativa, consideraban que la figura utilizada por Junts no era la adecuada de acuerdo a la legislación. Ésta refleja que debe ser el propio presidente del Gobierno quien haga uso de esa herramienta, previa comunicación al Consejo de Ministros, como indica en el artículo 112 de la Constitución Española.

En todo caso, reconocían el derecho de los de Carles Puigdemont a realizar este tipo de propuesta, aunque haciendo uso de los mecanismos parlamentarios ligados a los grupos, como una moción de censura. Ese instrumento vuelve a estar de actualidad por parte de PP y Vox. Santiago Abascal, de hecho, pide a Alberto Núñez Feijóo que dé el paso. El PP prefiere tener los apoyos atados, en todo caso.

Bajo ese planteamiento, de seguir los cauces correspondientes para cada trámite, se mueven en el PSOE, tanto en el Grupo Socialista como en el Gobierno. Ven ilógico dar continuidad a una iniciativa en el Congreso que tiene por objeto algo que no compete a los grupos, solo al presidente del Ejecutivo. Igualmente, se pone en valor el mecanismo de la moción de censura como instrumento a disposición de los partidos políticos si consideran, como ocurrió en 2018 [fallaron las de 2020 y 2023], que debe haber un cambio de Gobierno.

Esa concepción del derecho a que se debatan iniciativas de cualquier ámbito está extendida en varios actores de la coalición Sumar. Incluso en el Movimiento Sumar, la formación que lidera políticamente Yolanda Díaz dentro del Consejo de Ministros. Pero fuentes de la alianza son conscientes del descontento que la acción de Puigdemont genera en el PSOE, de que con ello se busca afectar a la imagen de Sánchez y del Gobierno, y que solo se quiere presionar para conseguir más pretensiones, "algo que podrían hacer en la negociación de presupuestos", concluyen. Se reconoce que la posición de los ministros y de Díaz es complicado dentro del Gobierno, y que aunque podrían abrirse a debatir, no se quiere tener desconsideración con sus socios en Moncloa.

Aceptar el debate, o abstenerse y facilitar que la suma de PP —de cuatro miembros, que votarán a favor cuando corresponda— frente al PSOE —que cuenta con tres— se imponga en la Mesa, podría generar en más problemas dentro de Moncloa. Sobre todo en un momento de enfrentamiento por la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales por los plazos de aplicación. También ahora, con una brecha por el IRPF. En Sumar, choques internos como el asunto de la abolición del proxenetismo propuesta por el PSOE y que generó división con los comunes, se saldó con una postura intermedia.

Ahora la prórroga alcanzada en la Mesa, para seguir meditando la decisión e instar a Junts a reformular su demanda, permite ganar tiempo. Un veto hoy podría haber motivado que el viernes, en la reunión de su Ejecutiva, Junts terminase por descolgarse definitivamente de la mayoría de legislatura para ejercer una clara oposición a Sánchez. El PSOE intenta aplacar cualquier crisis pese a su rechazo a la iniciativa. Gerardo Pisarello, de los comunes y miembro de la Mesa, apuntó en las horas previas a la reunión de la mesa que "todavía hay margen" para rebajar la tensión, de hecho.

Compromís apoya la votación de la PNL de Junts. Mecanismo similar quieren emplear en la Comunidad Valenciana contra Mazón

Desde los comunes, pese a su representación en el Gobierno, se muestra predisposición a que se debata la PNL en pleno. Mantienen discreción. Ya avanzó su posición Compromís este miércoles, que pidió que se califique la PNL de Junts para su debate, aun comprendiendo el temor de los socialistas de que se cree un "precedente peligroso", de que figuras que competen a Presidencia acaben planteándose vía parlamentaria. Al "no tener vinculación de ningún tipo" precisamente por ese modo de ejecución, creen que "no hay que tener miedo a la democracia y al debate de ideas". Aunque eso suponga una derrota de Sánchez que justifique mayor presión por parte de la oposición para la convocatoria de elecciones generales.

Fuentes de Compromís trasladaron esa posición en la reunión de la dirección del grupo ayer, sin entender esto como un nuevo punto de choque después de un periodo de cambios internos dentro del grupo en las últimas semanas tras estallar el caso Errejón y requerirse su sustitución en la portavocía que dio pie a un nuevo reparto de roles en las comisiones. Eso después de no quedar satisfecha IU. Los nacionalistas valencianos entienden, con todo, que Díaz y el resto de miembros del gobierno no quieran pillarse los dedos con el PSOE, sobre todo con el enfrentamiento entre Economía y Trabajo aún abierto pese a que ha habido contactos para acercar posturas.

Habrá que ver cuándo vuelve la Mesa a trasladar este asunto, o si antes de ello Junts asume otra vía distinta con el Gobierno, bien algún tipo de acuerdo, o bien mostrarse favorable a apoyar una moción de censura junto a PP y Vox llegado el caso.

Compromís 'se viste' de Junts en Valencia

Una de las razones por las que Compromís hizo público su posicionamiento de cara a este trámite, responde a que en la Comunidad Valenciana quieren hacer lo propio con Carlos Mazón, impulsando una PNL autonómica [frente a unas competencias que corresponden al Consell] para que el parlamento regional se posicione sobre la necesidad de dimisión del actual president tras su papel previo y posterior en la gestión de la DANA que afectó a finales de octubre a la provincia de Valencia.

En Corts la mayoría de la Mesa entre PP y Vox "impiden esa discusión", denuncian los nacionalistas. "Queremos que la gente se exprese, y que también lo haga Vox, sobre si quiere que Mazón siga o no", determinan los de Joan Baldoví. Este miércoles en el Congreso, en víspera a la votación sobre la propuesta de Junts, la portavoz de Compromís y adjunta de Sumar, Àgueda Micó, cuestionó al PP por el último respaldo a Mazón dado por Feijóo. Después de denunciar vaivenes al respecto desde los acontecimientos de la DANA, Micó afirmó que "todo lo que pase en Valencia, toda la gestión, será imputable a Feijóo y a su gente, porque le han dado el visto bueno [a Mazón]".