Se pueden contar por decenas los desencuentros entre Emiliano García-Page y Pedro Sánchez. Llenan las hemerotecas de los últimos años. No es una impostura: el presidente de Castilla-La Mancha reivindica que es fiel a los principios socialistas, a su programa, que tiene que velar por los intereses de sus ciudadanos, que no cambia de discurso. Fustiga con ahínco a los independentistas, critica con denuedo que Carles Puigdemont dirija la legislatura con "mando a distancia", ha cargado durísimamente contra la ley de amnistía, llegó a situar al PSOE en el "extrarradio de la Constitución", ha asumido que su posición es "minoritaria" en el PSOE, pero "a lo mejor el día de mañana no lo es". Y Ferraz se ha hartado en muchas ocasiones de su "compadreo" con el PP, de que salte todos los "límites", de que busque el "aplauso fácil" de la derecha cuando su postura es "muy marginal" en el PSOE. "La noticia sería que hiciera una rueda de prensa apoyando al Gobierno de España", le reprochó el presidente el pasado verano, tras las críticas del barón castellanomanchego a la "financiación singular" para Cataluña.
La tensión entre la cúpula federal y García-Page siempre está ahí, latente. Pero en los últimos meses se ha amortiguado discretamente. Y este sábado, desde luego, no era el día para que volviera a aflorar. Se inauguraba en Toledo el XIII Congreso Regional del PSOE de Castilla-La Mancha, del que sale elegida este domingo la nueva dirección, encabezada otra vez por García-Page, líder de la federación desde 2012, presidente de la Junta desde 2015 y el único socialista con mayoría absoluta en las autonómicas de 2023. Sánchez acudió a la jornada de apertura del cónclave, como hizo el viernes en Avilés, abriendo el 34º Congreso de la Federación Socialista Asturiana, y como hará este domingo en Plasencia (Cáceres) con el 15º Congreso del PSOE de Extremadura. El presidente cubrió de parabienes al barón castellanomanchego, ensalzó su gestión, alabó su manejo de la dana y lo contrapuso a la "incompetencia" del president valenciano, Carlos Mazón. Y solo le dedicó una frase que podía sonar a ligero aviso, a tímido reproche: "Siempre preferiré a un presidente socialista que a uno de derechas". Una forma sutil de afearle sus críticas constantes al Ejecutivo.
Estamos contigo, con el partido, para que Castilla-La Mancha siga avanzando durante los próximos cuatro años y los que vengan", cumplimenta a Page
Claramente, el ambiente que los dos dirigentes quisieron que presidiera la inauguración del XIII Congreso era de cordialidad. Ambos llegaron juntos al salón que acogía el cónclave, junto a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, y la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha (y miembro de la ejecutiva federal), Milagros Tolón. Con la sonrisa puesta. En el auditorio, los dos expresidentes autonómicos socialistas, Pepe Bono y José María Barreda, y también el líder del PSE, Eneko Andueza, y el vicelehendari segundo, Mikel Torres, y el director general de la Policía Nacional y expresidente de las Cortes regionales, Paco Pardo.
Sánchez intervino ante los delegados, y Page lo hará este domingo a puerta abierta en la clausura, siguiendo "el modelo clásico" de los congresos socialistas, recordaban en su equipo para justificar por qué no tomaba la palabra junto al jefe del Ejecutivo, como sí hizo en Avilés la víspera el presidente asturiano, Adrián Barbón. Sánchez centró su discurso básicamente en la economía, buena parte de él en vivienda, pero no incorporó anuncios. No tocaba. Y casi lo más relevante era cómo se dirigía a García-Page.
Los socialistas no aplaudimos ni avalamos ni la incompetencia ni la mentira, y yo desde aquí quiero agradecer a Emiliano García-Page estar a la altura de las responsabilidades ante la mayor catástrofe natural que ha sufrido España durante este último siglo"
"Lo primero, enhorabuena, Emiliano, por tu reelección como secretario general del Partido Socialista y quiero que sepas que desde la comisión ejecutiva federal y desde el Gobierno de España estamos contigo, con el partido, para que Castilla-La Mancha siga avanzando durante los próximos cuatro años y los que vengan", le cumplimentó nada más arrancar. El barón castellanomanchego ha renovado mandato sin primarias y sin dificultades, sin que Ferraz postulara a ningún candidato a la contra. "Muy bienvenido, secretario general, presidente del Gobierno, querido Pedro Sánchez, a esta tu tierra y a esta también tu federación", le había saludado minutos antes, entre aplausos, el secretario de Organización regional, el diputado nacional Sergio Gutiérrez, el número dos de Page, que ha mantenido la relación engrasada con Ferraz, con su homólogo federal, Santos Cerdán, incluso en los momentos de mayor tensión.
Luego Sánchez se detuvo en las localidades de Letur y Mira, en las provincias de Albacete y Cuenca, golpeadas por la dana, que "saldrán adelante con el apoyo también del Gobierno de España, mientras el Partido Popular seguirá sumido en la miseria moral y la incompetencia política en la que se han sumido" después de las riadas que arrasaron fundamentalmente Valencia. El presidente elogió a los alcaldes de los dos pueblos por su coraje y la ayuda a sus vecinos, quizá en el pasaje más emotivo de su discurso. Y ensalzó directamente a Page por contraposición a Mazón y a la ovación que este se llevó del PP hace una semana: "Los socialistas no aplaudimos ni avalamos ni la incompetencia ni la mentira, y yo desde aquí quiero agradecer a Emiliano García-Page estar a la altura de las responsabilidades ante la mayor catástrofe natural que ha sufrido España durante este último siglo".
El caso de sus padres
La fuerza de la igualdad. Es el lema del XIII Congreso del PSOE de Castilla-La Mancha y el que Sánchez tomó como reclamo para apoyar su intervención, para insistir en que hay que subrayar más las coincidencias que las diferencias, porque lo importante es cómo los socialistas han velado desde siempre por la "igualdad" de todos los ciudadanos, cómo han luchado para que los que menos tenían pudieran tomar el ascensor social. Era la historia de sus propios padres, dijo, que crecieron en familias humildes y que pudieron acceder a la universidad pública para estudiar sus carreras —él, Económicas, ella, Derecho— cuando ya habían nacido su hermano, David, y él, "gracias a la educación pública que pusieron en marcha los gobiernos socialistas". "Realmente, esa es la fuerza de la igualdad", recordó, hilando con el cincuentenario de la muerte de Francisco Franco: si algo explica cómo España ha llegado a ser una "democracia plena con un desarrollo social tan contundente es como consecuencia de la fuerza de la igualdad, fundamentalmente de los gobiernos socialistas que garantizaron esa igualdad a aquellas familias y jóvenes que no tenían recursos para sacarse sus estudios".
Bajo cualquier circunstancia, en todo lugar, siempre preferiré a un presidente socialista que a un presidente de derechas", subraya, en lo que podía entenderse como un veladísimo reproche a Page
El presidente reivindicó ese eje de las políticas de los ejecutivos socialistas para lanzar su pequeño recado a Page: "Yo como socialista lo tengo claro. Bajo cualquier circunstancia, en todo lugar, siempre preferiré a un presidente socialista que a un presidente de derechas. Y no solamente por apego a las siglas, sino porque un presidente socialista, una alcaldesa socialista, siempre defenderá y gobernará para la mayoría social frente a la derecha que siempre lo hará para la élite minoritaria a la que sirve. ¡Siempre!". Era su manera de decir al jefe de la Junta que debe proteger y defender más al Ejecutivo central, pese a las discrepancias, porque lo que está enfrente, la derecha, es peor. En el entorno de Page, no obstante, decían que no les chirriaba esa pequeña apostilla.
Sánchez pasó enseguida a hablar de la gestión económica del Gobierno, el "buen momento social y económico que vive el país", "la paz social y la convivencia". "Por mucho ruido que hagan, si bajamos los decibelios, España y Castilla-La Mancha viven uno de sus mejores momentos de las últimas décadas, gracias al buen hacer de los gobiernos socialistas en España y en Castilla-La Mancha". Recordó que la Junta ha recibido 12.500 millones de euros más del Estado desde 2018 que en los años anteriores de Mariano Rajoy, y habló de la "cohesión territorial", pero sin aludir a la financiación singular o a los pactos con los independentistas, como era de esperar. Tampoco lo hizo el viernes en Avilés. No hubo tampoco referencias a Junts ni respuesta a Puigdemont tras sus amenazas de la víspera.
El presidente vuelve a recordar que el partido ha de centrarse en rendir al máximo en 2027: "Emiliano lo dice mucho y yo lo comparto. El PSOE es un partido de ganadores. Necesitamos echar el resto"
Más reconocimiento (y acercamiento) a García-Page: "Emiliano lo dice mucho y yo lo comparto: el PSOE es un partido de ganadores. Yo recuerdo mucho aquello que decía Ramón Rubial: nosotros lo que hacemos es imaginar esas utopías, escribirlas en nuestras ponencias y luego, como ha dicho el secretario de Organización [Sergio Gutiérrez] y la presidenta del congreso [Agustina, Tita, García Élez, exalcaldesa de Talavera], hacerla realidad. Y para eso hay que ganar, ganar para poder, poder para gobernar y gobernar para avanzar".
Como hiciera en la clausura del 41º Congreso Federal, el pasado 1 de diciembre en Sevilla, Sánchez llamó a los suyos a pelear al máximo de cara a las autonómicas, municipales y generales de 2027: "Necesitamos echar el resto, trabajar con todas nuestras fuerzas para que cuando lleguen las elecciones municipales y autonómicas tengamos más alcaldes y alcaldesas socialistas, más gobiernos autonómicos socialistas y un Gobierno también al frente de España socialista".
En la dirección regional se mostraron satisfechos con el discurso de Sánchez. Estuvo "cariñoso", afectuoso, resaltaban, y con eso se quedaban. No era el día para roces.
García-Page interviene en abierto este domingo en la clausura del cónclave. En la apertura, defiende su informe de gestión y es ovacionado durante "varios minutos", según su equipo
Sánchez marchó tras la inauguración y el congreso regional siguió su curso. Page defendió a puerta cerrada, y ya sin el presidente en la sala, su informe de gestión, y recibió, según su equipo, una "ovación en pie de varios minutos". Después se centró en la composición de su ejecutiva, en la que se esperaba que volviera a tener al lado a Sergio Gutiérrez como número dos. Como su escudero en una nueva etapa. El barón autonómico intervendrá en abierto en la clausura. Entonces se verá si corresponde a Sánchez en los elogios.
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