A escasas horas de que Donald Trump tome posesión por segunda vez del cargo de presidente de Estados Unidos, rodeado de Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Meta) y Elon Musk (X o Tesla), Pedro Sánchez da un paso más en su crítica hacia los magnates tecnológicos. Es la "tecnocasta" que quiere utilizar su poder "omnímodo" para controlar Occidente, y urge una reacción, "defender la democracia".

Fueron sus palabras, este lunes, en la clausura del acto HispanIA 2040: cómo la inteligencia artificial mejorará nuestro futuro, en la Fundación Ramón Areces de Madrid, donde anunció que ya está disponible el chatGPT español, un modelo de inteligencia artificial (IA) en español y en las lenguas cooficiales.

El presidente del Gobierno continuó su línea discursiva de los últimos días. En los tres congresos regionales del PSOE en los que participó —el viernes y sábado, en la apertura de los cónclaves de Asturias y Castilla-La Mancha, y el domingo, en la clausura del de Extremadura—, advirtió de la necesidad de plantar cara a la "internacional ultraderechista" que está ganando terreno. "Podrán tener al hombre más rico del planeta [Elon Musk], los algoritmos y el dinero", pero no "el poder del voto de la gente". Europa se ha puesto en alerta ante el intento del dueño de Tesla, SpaceX o X (antiguo Twitter) de influir en las elecciones alemanas del próximo mes a favor del partido ultra AfD.

El líder socialista ha venido advirtiendo en sus mítines que Musk puede tener "los algoritmos y el dinero", pero no "el poder del voto de la gente"

"En esta semana que comenzamos, estamos viendo cómo la tecnocasta de Silicon Valley está tratando de usar su poder omnímodo sobre las redes sociales para controlar el debate público y, por tanto, la acción gubernamental, nada más y nada menos, que de todo Occidente. Y ante esto yo creo que tenemos rebelarnos y plantear alternativas", sentenció Sánchez este lunes. Era su forma de referirse a los ultrarricos de las tecnológicas estadounidenses, que se han alineado esta vez con Trump, en un giro probablemente decisivo. El líder socialista rechaza encararse de manera directa con el nuevo presidente estadounidense, consciente de que podrían resentirse las relaciones entre los dos países, pero sí ataca a la corte de titanes de Silicon Valley que busca estrechar relaciones con Trump. Especialmente Musk, que acompañó al empresario neoyorquino en su campaña pasada y que ahora pasará a formar parte de la Administración norteamericana.

"En esto quiero ser claro", siguió Sánchez. "Y también, si me permiten, escueto. Lo voy a decir en menos de 280 caracteres. La democracia no es un euro, un voto. No es un tuit, un voto. Es una persona, un voto. Y, por tanto, Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia". Lo que persigue el jefe del Ejecutivo es poner el foco en el peligro que supone para las democracias occidentales que un escaso grupo de multimillonarios, los más ricos del planeta, controlen las redes sociales, porque dominarlas supone acaparar buena parte del debate público y conducirlo hacia la ultraderecha. Bezos, Zuckerberg y Musk asisten este lunes a la toma de posesión de Trump, en primera línea, invitados por él, en una poderosa imagen del nuevo orden mundial que viene.

Ese sesgo de ultraderecha está muy presente en las redes sociales, algunas de ellas muy consumidas por los jóvenes, como TikTok, la plataforma china cuyo uso suspendió el Tribunal Supremo de EEUU pero que Trump pretende salvar. Antes de inaugurarse su nuevo mandato, adelantó que emitirá una orden ejecutiva de forma inmediata para permitir de forma temporal que TikTok continúe operando y agregó que le gustaría que EEUU asumiera una propiedad parcial. Dadas las garantías ofrecidas por Trump, la red social china restableció su servicio en el país.

La democracia no es un euro, un voto. No es un tuit, un voto. Es una persona, un voto. Y, por tanto, Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia", asegura el presidente

Sánchez, durante su discurso, destacó que la inteligencia artificial es una de las tecnologías más "disruptivas y transformadoras", que ya está cambiando el mundo, pero que no puede interiorizar habilidades humanas como la empatía. Y ha de ser regulada, como de hecho ya hizo la UE el año pasado con una ley pionera.

Habrá una IA, por tanto, que trabaje con perfecto respeto a las leyes y los derechos de los ciudadanos, y que pueden ser muy útiles —en el acto se presentaron, de hecho, modelos vanguardistas como un chaleco que proporciona información en tiempo real de la actividad del corazón—, pero también puede haber otra que amplíe la desigualdades. De ahí que sea necesario, a su juicio, que Europa responda, actúe, plantee alternativas y defienda una "visión clara y compartida" de qué IA quiere y qué papel debe desempeñar.

El presidente incidió en que la IA puede ayudar a las empresas y a las administraciones a ser más "eficientes", automatizando tareas, "mejorando la forma en que las personas hacen su trabajo", auxiliando en tratamientos médicos. También servirá para "allanar el camino hacia la sostenibilidad medioambiental", puede ayudar a la vigilancia de fronteras, a sistematizar también el peligro de una mujer amenazada por violencia de género, optimizar el control aduanero, la gestión de los desastres naturales o la lucha contra el terrorismo internacional.

Sánchez defiende una IA "responsable, sometida al control de los poderes públicos y orientada al bien común" que puede ayudar a la sostenibilidad medioambiental, a mejorar la eficiencia, a gestionar mejor los desastres naturales o tener mejores empleos

E incluso la IA, siguió, puede "ayudar a combatir la desigualdad de oportunidades e ingresos", aunque suene "contraintuitivo", reconoció. Una inteligencia artificial "mal empleada" sí podría introducir esos sesgos de desigualdad, pero bien usada puede alumbrar procesos "más justos, meritocráticos y eficientes".

España, apuntó, "no debe temer ni tampoco combatir la IA ni expandir un mensaje negativo", ha de liderar su adopción, pero reivindicando una IA "responsable, sometida al control de los poderes públicos y orientada al bien común". No destinada a "aumentar los beneficios" de las empresas, sino a ayudar a pymes y trabajadores, a "reforzar la democracia", a "mejorar el Estado del bienestar". El Gobierno, dijo, "trabaja con el sector privado y el resto de administraciones en este sentido".

Sánchez estuvo acompañado en el acto por la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, y por los ministros de Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López; del Interior, Fernando Grande-Marlaska; de Transportes, Óscar Puente, y de Agricultura, Luis Planas. No hubo ninguna palabra sobre Telefónica y sobre la destitución de su presidente, José María Álvarez-Pallete, impulsada por el Gobierno a través de la SEPI para situar a la cabeza de la operadora a Marc Murtra.