Este martes Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica, ha charlado con algunos de los sindicatos con representación en la operadora. La llamada ha sido un mero formalismo, una especie de presentación institucional, pero los agentes sociales le han trasladado que para ellos es "indispensable" mantener las condiciones de los trabajadores de Telefónica y un buen diálogo social con la compañía. Las conversaciones han sido breves, pero ambas partes han acordado reunirse presencialmente, en cuanto la agenda de Murtra lo permita, para abordar los retos que tienen por delante en esta nueva etapa que se abre ahora para la 'teleco'.

En esas charlas no se habló, ni de lejos, de la posibilidad de una futura fusión entre Telefónica e Indra. Un rumor que ha reflotado en la prensa después de los movimientos de los últimos días, pero que algunas voces sostienen que ahora va más en serio que nunca. Lo cierto es que, incluso si así fuera, el tema aún está muy verde. Si realmente el Gobierno tuviera intención de integrar Telefónica e Indra habría que ver exactamente cuál es el plan y en qué condiciones está previsto desarrollarlo antes de sacar conclusiones.

Aún así,

"La fusión entre Indra y Telefónica es una posibilidad que se baraja desde hace mucho tiempo, con la idea de crear un gran conglomerado empresarial que mezcle el ámbito militar y tecnológico", arrancan diciendo desde UGT. "A nivel laboral la idea no se ve mal. Al final la plantilla lo que quiere es que a la empresa le vaya bien. Y si una fusión es la mejor manera de reafirmar y mantener las condiciones de los empleados, bienvenida sea", añaden.

En esa línea, fuentes de UGT se muestran convencidas de que un proceso así "no tendría una repercusión sobre las condiciones laborales y sociales de la plantilla", y en cambio el nuevo grupo empresarial que podría formarse "sería más estable y estaría mejor posicionado en Defensa, donde hay muchos contratos públicos".

Desde Sumados-Fetico tienen otra visión. "Como organización sindical esa posible fusión es preocupante. Cada vez que hay una integración de dos empresas se produce una duplicidad de puestos de trabajo, al menos desde el punto de vista de los empresarios. Y eso ya sabemos lo que significa", deslizan.

Hablando en plata, se temen despidos o incluso algún ERE. En el caso de Telefónica, la operadora lleva 20 años recortando su plantilla. Desde 2004 hasta la actualidad, a nivel internacional han pasado de tener 174.000 empleados en todo el mundo a contar con 105.000 (un 40% menos). Si tenemos en cuenta solo España, el número de trabajadores se ha reducido en un 53%, pasando de 60.000 a 28.000 hasta el año 2023. En los últimos diez años la operadora ha ejecutado en España tres planes de separación individual (PSI) y un ERE (2024).

Indra es el caso contrario. Según datos de la CNMV, en el segundo trimestre de 2024 rozaban los 57.000 empleados, un 40% más que en el mismo periodo del año 2018. Sin embargo, esa cifra parece hacer referencia al número total de trabajadores de la compañía, que tiene presencia local en 46 países y operaciones comerciales en más de 140 países. No está claro, por tanto, cuántos empleados tiene Indra en España. Este periódico ha preguntado directamente a la compañía, sin recibir respuesta por el momento.

"Una fusión así tiene sentido si una de las empresas está en una situación económica preocupante para intentar salvarla, pero no es el caso. A los trabajadores les podrían vender que así pueden tener más opciones de desarrollo profesional, pero desde el punto de vista de Telefónica no hay beneficios en conformar un macrogrupo empresarial así", comentan desde Fetico.

En paralelo, las mismas fuentes apuntan que les "preocupa" igualmente que esa posible fusión estuviera basada en criterios políticos, y no económicos: "Si las razones son económicas es porque creen que es lo mejor desde el punto de vista de la rentabilidad para las dos empresas. Pero si es desde el punto de vista político el escenario es distinto, porque los objetivos cambian".

A UGT, en cambio, no le preocupa un ERE. "Telefónica ha estado adelgazando su plantilla en aquellos sectores que ya han dejado de ser estratégicos, pero ha contratado gente en ámbitos como la inteligencia artificial o la ciberseguridad, en los que también trabaja Indra. Las plantillas son bastante compatibles, así que no tendría por qué repercutir en un ERE. Podría haber salidas a nivel directivo, pero a nivel de plantilla no creemos que haya un impacto directo", señalan

Los convenios colectivos actuales

En cualquier caso, tanto UGT como Fetico sí concuerdan en una cosa, el convenio colectivo que los sindicatos firmaron con Telefónica en enero de 2024 (que estará vigente hasta 2027) ofrece actualmente unas condiciones laborales realmente buenas a los trabajadores de la 'teleco'.

"El convenio de Telefónica es el mejor que hay en España. Garantiza el empleo, la no movilidad geográfica, una subida salarial ligada a la inflación, 30 días laborales de vacaciones... Indra tiene convenios sectoriales que no están mal, pero nada que ver con el de Telefónica", aseguran desde UGT. "Las condiciones laborales de los trabajadores de Telefónica están blindadas hasta dentro de dos años, así que pueden estar tranquilos. A partir de ahí, ya veremos", agregan desde Fetico.

"El convenio de Telefónica pactó una reducción de la jornada laboral desde las 37,5 horas semanales que los empleados tenían hasta las 36 horas semanales, que se alcanzarán en el 2026. Así que en algunos casos ha sido incluso pionero respecto a la legislación española", afirman desde CCOO, el tercer sindicato que firmó el convenio con Telefónica.

Las fuentes consultadas de CCOO han sido más prudentes a la hora de emitir valoraciones sobre la posible fusión empresarial, alegando que aún "no tienen una opinión formada" sobre el tema. Pero en cualquier caso, señalan que en ese hipotético caso intentarían igualar las condiciones de las plantillas de ambas empresas -tomando como base las más beneficiosas-, tratarían de recolocar a todos los empleados que pudieran en otros puestos y en ningún caso, aseguran, pactarían unas condiciones peores que las que se negociaron en otros ERE anteriores en Telefónica. "Para nosotros es una línea roja, no hablaríamos nada por debajo de lo conocido", zanjan.