Saldo negativo para el Gobierno de coalición en este nuevo inicio de periodo de sesiones parlamentario. La situación de fragilidad de diciembre, por el fracaso con cuestiones como el impuesto energético o la contención de la reforma fiscal por la coincidencia en el voto de PP, Vox, Junts y PNV, no pudo enmendarse simbólicamente en este miércoles en el Congreso de los Diputados por el choque arrastrado desde el viernes con los posconvergentes, ubicados en el rechazo a cualquier iniciativa salvo a lo que beneficie a Cataluña.

PSOE y Sumar sufrieron tres nuevas derrotas en la convalidación de decretos que deja, de momento, y a falta de respuesta desde el Consejo de Ministros, sin subida del 2,8% en las pensiones, sin bonificación del transporte público u otras medidas del escudo social como la protección ante los desahucios, y sin la ya prevista prolongación del impuesto a las energéticas. El PP, en contraposición al Gobierno, registrará una propuesta de subida similar en la pensión y otras dos sobre la DANA y el Transporte.

Las sensaciones, ante la derrota, son agridulces entre los socios del Gobierno de coalición. El Congreso avanza cada vez más palpablemente hacia el inmovilismo político con Podemos y Junts haciendo pinza a Moncloa según sus intereses completamente opuestos, y eso se refleja en los pasillos de la Cámara Baja. Ya lo vienen reiterando desde PP y Vox desde la parte derecha del arco parlamentario. Una vez más lo hicieron fuentes de la dirección popular confirmada la derogación de los reales decretos. "La inestabilidad es un hecho, son derrotas muy sensibles. La de hoy es una escenificación de que cada vez la legislatura vez será más dura y no se sabrá nada de cada votación hasta el último minuto", comentan los populares. Pronostican que "esto no va a cambiar, sino que se va a agudizar" porque Junts ya tiene "pillada la medida" a Pedro Sánchez.

Se exige convocatoria de elecciones, "como haría cualquier presidente en un contexto de normalidad, sin presupuestos y sin la mayoría de la Cámara", aunque los populares entienden que esta situación es anómala y que Sánchez resistirá en lo posible. Acreditan que "depende de él" sin que haya otras fórmulas viables a día de hoy como una moción de censura en la que se opone a colaborar Junts.

Lo significativo es que desde el bloque de la izquierda y dentro de la confluencia de Sumar, estas sensaciones se transmiten de forma parecida. Fuentes parlamentarias de la alianza que integran el Grupo Plurinacional aprecian ya un difícil sostenimiento de la legislatura en "su tramo más complicado". Un contraste de lo que se viene reivindicando desde las filas magentas y desde el propio PSOE de Sánchez, el compromiso de agotar el mandato hasta 2027.

Hay dos elementos que generan esa negatividad en el grupo. Por un lado, el enrocamiento de Podemos a cuenta de la no aplicación definitiva del impuesto energético y las advertencias al PSOE de no negociar los Presupuestos ya suponen un escenario complicado. Son cuatro votos esenciales que se perderían, lo que ya hace a esas fuentes situarse en que las nuevas cuentas son "una quimera" a día de hoy. Por otro lado, combinado con que Junts haya "suspendido" las negociaciones de las nuevas cuentas y abogue por la tensión con los socialistas no hace más que poner palos en la rueda. "Veremos en las próximas semanas", se encomiendan las mismas fuentes consultadas a cualquier posible cambio de futuro, al quedar patente los saltos que da la política nacional.

Las consideraciones ahora son de choque de trenes. Se contempla "una colisión ideológica entre las políticas de izquierda y de derecha" tremenda que deriva en incomprensión mutua. Algo que se produce cuando se han superado cuestiones como la amnistía, que capitalizaron la mayor parte primer año del Gobierno. Ese enfrentamiento ideológico "es es muy difícil de salvar", concluyen esas fuentes magentas.

Los portavoces de PNV, Aitor Esteban (i), y ERC, Gabriel Rufián (d), en el pleno del Congreso este miércoles | Europa Press/ Gabriel Luengas

Desde el PNV, este miércoles, su portavoz Aitor Esteban instaba a los socialistas a "decir si los van a presentar o no", sin hacer más valoraciones al respecto pero sugiriendo en su petición que el aplazamiento de presentación del borrador complica el proceso. En ERC, por su parte, conscientes de que a día de hoy no dan los números, se focalizan en las exigencias [que figuran en el pacto de investidura] a Sánchez tras congelar las cuentas de Salvador Illa en Cataluña. Más positividad ofrece EH Bildu, que confía en que se den pasos hacia su aprobación en febrero.

Los socios del Gobierno acusan la derrota de importantes medidas sociales, pero confían en que se reconduzca la legislatura en las próximas semanas

Cabe destacar que en plena concepción de bloqueo de la legislatura y dudas de cómo será posible darle continuidad sin renunciar a la agenda social, la líder de facto de Sumar, Yolanda Díaz, inicia una ruta junto a sus ministros, los partidos políticos de la confluencia y los sindicatos para reivindicar su acción de Gobierno y marcar perfil. Fuentes de la dirección interina de Sumar niegan que se haga para allanar el camino ante una posible repetición electoral, pese a todo.

Pero la promoción de cuestiones como la reducción de la jornada laboral y la subida del salario mínimo a la que se aspira, repercutirá claramente. Se busca ensalzar la idea de que los magentas son el motor de la coalición. Además hay un propósito movilizador frente a la "hipermovilización" de las derechas, dicen en Sumar.

Intentos de sosegar a Podemos y Junts

Por parte de Sumar se insiste a Podemos en mantener abiertos los canales de diálogo sobre el impuesto energético entre los socios progresistas, e intentar hacer virar a PNV y Junts en las próximas semanas para que, en mejores condiciones, pueda intentarse restaurar el gravamen a los productores energéticos. Los morados rehúyen el largo plazo y quieren que se actúe de inmediato, pero saben que sus demandas son incompatibles con nacionalistas vascos e independentistas catalanes. Llaman a los socialistas a hacer gala de su capacidad de poner de acuerdo a múltiples actores. "Si no pueden conseguirlo con esto, no es realista hablar de Presupuestos", concretan.

En Podemos se sienten engañados por el PSOE por apoyar su paquete fiscal sin ver prorrogado el impuesto energético y bajo la promesa de hacerlo. Han dejado claro que mientras no se enmiende esto, no se colaborará directamente en otros asuntos, entre ello los PGE. Sí se votará a favor de todo lo que beneficie a la gente, pero no como integrante de la mayoría del Gobierno, sino como partido autónomo, se expresa. El ambiente de inviabilidad de la legislatura "se nota en el ambiente de conversaciones con diputados del PSOE", se acredita desde las siglas moradas.

Fuentes de Hacienda vienen destacando que Podemos intenta culpabilizar al PSOE por la posición negativa de otros grupos, aunque los morados aseguran que hubo compromiso de hacer cambiar de opinión a PNV y Junts. La propia vicepresidenta primera y ministra de Hacienda destacó en este primer pleno del año que ha hecho "lo humanamente posible" para intentar convalidar este decreto y prolongar un año el impuesto energético. Sin confirmar si volverá a intentar aplicarlo y asumiendo como "evidente la realidad del arco parlamentario", instó a posconvergentes y jeltzale a abandonar sus "posiciones maximalistas" en favor del interés general. Ambos partidos defienden que, de aplicarse, el empleo en zonas como Tarragona y Euskadi ligados al sector estarían en peligro. Sumar trabaja para que, al menos, PNV y Junts se sienten a dialogar al respecto: "A todos nos interesa que se aplique ese impuesto".

Podemos cree que no habrá Presupuestos si las derechas e izquierdas de la coalición no pueden entenderse si quiera para el impuesto energético

Hay que destacar que, de superarse esa condición de Podemos, sobre la mesa hay otras demandas aprobadas por las bases moradas para aprobar las cuentas. Entre ellos, la rebaja de un 40% del precio de los alquileres mediante la intervención del mercado, o el cese de relaciones con el Estado de Israel. Esa primera exigencia se antoja imposible para los socialistas, y partidos como el PNV o Junts no lo aceptarían, por lo que en el mejor de los escenarios con Podemos se desmembraría la alianza por otros costados.

Respecto a Junts, desde Sumar se aboga por un encuentro inmediato entre Carles Puigdemont y Sánchez, para que haya un "reconocimiento mutuo" de liderazgos. Sumar acredita que mantiene conversaciones permanentes con el partido, aunque están focalizadas en que den su brazo a torcer para conseguir el apoyo a la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. En ese acercamiento entre posconvergentes y socialistas trabaja la dirección de la segunda formación. Este martes, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y Puigdemont, se vieron en Waterloo (Bruselas) para intentar encauzar el diálogo sin demasiado éxito por el momento.

La llave para reconducir pasa por materializar pactos pendientes como la transferencia de competencias en inmigración, acordado hace un año y que está encallado por el control de fronteras [algo que compete a Interior a nivel nacional], la resolución de expedientes como los NIE o los permisos de trabajo; la aplicación de la 'amnistía política', en ese reconocimiento mutuo; y avanzar para que el catalán sea lengua oficial en la UE. Cuestiones, la migratoria y la lingüística, de complicado término.

De momento, ante las derrotas de este miércoles, Junts precisa que no se opone ni a la revalorización de las pensiones ni a la bonificación del transporte. Pero exigen que se haga mediante decretos individualizados, que no contengan "80 medidas más". Así lo remarcó el propio Puigdemont a través de X.