"¿Ellos son los que votan en contra y nosotros tenemos que arreglarlo ya?". La Moncloa formula la pregunta y da la respuesta: "No". El Gobierno entiende que, puesto que fueron PP y Junts —Vox también, pero queda fuera de toda negociación— los que hicieron caer el miércoles el real decreto ley ómnibus en el Congreso, son ellos los que tienen que buscar "una salida". Eso sí, respetando el corazón de lo que se sometió a votación, preservando al máximo las medidas de escudo social, que son la clave de bóveda del acuerdo interno dentro de la coalición de PSOE y Sumar y las que también son troncales para los socios de izquierda, para ERC, Bildu y Podemos, como ya han advertido. Cuadrar el puzle, asume el Ejecutivo, no será fácil ni será inminente, pero a lo que al menos por ahora no está dispuesto es a sacrificar las ayudas a los más vulnerables, como la moratoria de desahucios, la prohibición de cortes de suministro, la extensión del bono social o la prórroga del salario mínimo de 2024 (en tanto no se aprueba el de 2025). Revalorización de pensiones y bonificaciones al transporte sí, pero no solo, remarcan en el Ejecutivo. No solo "lo que quieren PP y Junts".

Ni Pedro Sánchez ni su vicepresidenta primera, María Jesús Montero, dieron demasiadas pistas este jueves sobre cómo repescarán las medidas tumbadas por la Cámara baja por la derecha y ultraderecha españolas y por la derecha independentista catalana. Mantuvieron la presión sobre el PP (menos sobre Junts, en una evidente intención de no romper puentes con unos socios imprescindibles de legislatura), se comprometieron a seguir "trabajando" por la mayoría social pero evitaron atarse con plazos. En la Moncloa se tiene una estrategia (arriesgada) y se quiere desplegar hasta el final, y ese manual señala que el foco debe continuar unas horas más, unos días más, en quienes votaron no al decreto ley, en quienes con su no causan "dolor social".

En la Moncloa se tiene una estrategia (arriesgada) y se quiere desplegar hasta el final, y ese manual señala que el foco debe continuar unas horas más, unos días más, en quienes votaron 'no' al decreto ley

Montero, no obstante, avanzó sutilmente cuál será el camino que emprenderá el Gobierno: "Volverá a estudiar cuáles son las materias que suscitan mayor consenso, cuáles no, porque si nos ponemos a desmenuzar una por una es difícil decir que no a algunos de los artículos que se planteaban dentro de este decreto ley. Y de hecho las excusas que ha dado la oposición no convencen a nadie". Y añadió: "Somos incombustibles en intentar que se abra camino el bienestar de la mayoría social y lo haremos con Junts y con el resto de formaciones políticas, y esperemos que seamos capaces de aprobar todas estas medidas, todas ellas necesarias".

La número dos estaba apuntando, pues, la dirección que tomará el Ejecutivo: intentará preservar al máximo posible el escudo social. Era su respuesta tanto a PP como Junts, que este jueves se apresuraron a pedir a Sánchez que apruebe de manera urgente un nuevo decreto con la revalorización de las pensiones y las ayudas al transporte. "La posición del PP es conocida: sí a la subida de las pensiones, no a regalar privilegios e inmuebles a sus aliados nacionalistas; sí a la bonificación del transporte público, no a la subida de la luz y de los alimentos a través del IVA y sí a Valencia, no a la okupación de la viviendas", apuntó Alberto Núñez Feijóo a los periodistas durante su visita a la Feria Internacional de Turismo (Fitur), en Madrid.

PP y Junts mantienen discursos paralelos: culpan al PP de mezclar pensiones y transporte con otras cuestiones con las que no están de acuerdo

Carles Puigdemont, por su parte, acusó a los socialistas y a "sus socios" de propagar "la fake news" de que Junts es "contrario al aumento de las pensiones y a los descuentos en el transporte público". "Nada más alejado de la realidad", dijo el expresident en un vídeo difundido en redes sociales, en el que recordó que si el Ejecutivo aprueba estas dos medidas en un nuevo decreto, su partido lo apoyará. "Lo que no haremos será que, para aprobar una medida con la que estamos de acuerdo, nos cuelen otras 80 medidas, con algunas de las cuales no estamos de acuerdo", agregó, sin precisar con cuáles discrepa. El discurso de PP y Junts es bastante semejante: por la tarde, Feijóo, en la presentación de un libro en el Congreso insistió en que su formación rechazará un texto que mezcle "pensiones con 50 cosas más y un regalo en París", en referencia al palacete en la capital francesa cuya propiedad ha traspasado el Estado al PNV. "Si lo que le preocupan son los españoles, estoy seguro de que esto lo solucionamos en dos tardes", apostilló.

"¿Cuáles rechazan exactamente?"

A su vez, los socios de izquierda del PSOE advierten de que no apoyarán un decreto pelado. Esto es, solo con pensiones y transporte. Podemos urgió al Gobierno a reactivar "a la mayor brevedad" las medidas que decayeron en el Congreso para evitar "un altísimo daño social". Los morados piden un único decreto que contemple "la prórroga de los descuentos al transporte público, la prórroga por un año de la suspensión de los desahucios de personas vulnerables por impago de alquiler y la suspensión inmediata de los desahucios en precario". En suma, exigen que se extienda el escudo social. Bildu, por su parte, cargó contra la "excusa conjunta" de PP y Junts, y nada "honesta", de que el decreto mezclaba "cuestiones alejadas de los intereses sociales". "¿Qué cuestiones se han introducido que no sean medidas de protección social y económica? ¿Cuáles rechazan exactamente? Ninguno de los dos partidos lo ha explicado", se preguntan los diputados de la izquierda abertzale en un comunicado.

Podemos y Bildu exigen un decreto único nuevo que preserve el escudo social al completo y "lo antes posible". La izquierda 'abertzale' advierte de que las "excusas" de PP y Junts no son "honestas"

Bildu, igual que Podemos, pide al Ejecutivo que se recuperen "todas y cada una de las medidas del decreto social", y "lo antes posible". "No solo el aumento de las pensiones y las rebajas del transporte público como pretenden los partidos de derechas que ayer [por este miércoles] tumbaron el decreto, sino también todas las medidas que contenía el escudo social: la prórroga del bono social eléctrico, la prohibición de cortes de suministros básicos y desahucios para familias vulnerables, las transferencias a los ayuntamientos [y comunidades], el mantenimiento del aumento del salario mínimo, las becas educativas, los programas de empleo juvenil, los recursos para abordar la salud mental, las ayudas a los agricultores afectados por los efectos climáticos, el apoyo a las pequeñas empresas y microempresas o las ayudas a la industria electrointensiva y a los autónomos".

A la vista está. Sánchez tiene delante un verdadero rompecabezas. Tiene los votos para sacar adelante la actualización de las pensiones o las bonificaciones al transporte, pero si desgaja ambos asuntos indispondría a sus socios de izquierda, y si redacta un decreto solo con el escudo social se expondría a no poderlo aprobar si se descuelga Junts (o el PP).

Bolaños se opone al troceo: "¿Por qué queremos hacer recortes? ¿Por qué queremos enfrentar a unos colectivos con otros? ¿Queremos ayudar a los pensionistas, pero no a los afectados de la dana? ¿Queremos ayudar a los usuarios del transporte público, pero no a la empresa electrointensiva?"

"Es que, ¿por qué vamos a despiezar el decreto? Todos los partidos que votaron al favor el miércoles [PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, Podemos, BNG y Coalición Canaria] no están de acuerdo con todo, pero todos cedieron. Junts nos dice que pactemos con ellos y el PP y el PP que acordemos un trío con ellos y con Junts. Entonces, ¿les damos la llave de la Moncloa y se hacen las políticas de derechas que PP y Junts quieren?", explican fuentes del Ejecutivo de primer nivel. Son cinco los pilares del texto en los que se ha puesto el foco: pensiones, bonificaciones al transporte, ayudas por la dana, prórroga del salario mínimo y entregas a cuentas a las comunidades autónomas, "pero hay que añadir todo el paquete social".

Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, lo explicaba así este jueves en La noche en 24 horas de TVE: "Si se hubiera troceado [el texto], lo que hubiera pasado es que no se hubiera aprobado ninguno de los decretos leyes que hubieran sido distintas partes de ese decreto ley. Ese decreto ley es un todo y era un todo. ¿Por qué? Porque es el resultado de la negociación y del trabajo con diferentes grupos parlamentarios, donde obviamente hay medidas que provienen de algunos grupos, otros que provienen de otras, pero todos aceptan ese conjunto que es el decreto ley. Esta idea que se está planteando de que por qué no se trocea... Yo pregunto, ¿pero por qué queremos hacer recortes? ¿Por qué queremos enfrentar a unos colectivos con otros? ¿Queremos ayudar a los pensionistas, pero no queremos ayudar a los afectados de la dana? ¿Queremos ayudar a los usuarios del transporte público, pero no a la empresa electrointensiva? ¿Queremos ayudar a los beneficiarios del ingreso mínimo vital, pero no a las personas a las que se prohíbe que se las desahucie porque son personas vulnerables que no tienen dónde ir?". Bolaños aseguró que en diciembre, cuando se planteó el ómnibus, tenían los 179 votos garantizados: los de todos los socios de investidura, incluido Junts, de modo que fue el partido de Puigdemont el que se apartó por cuestiones que no tenían que ver con el texto en sí.

Las "excusas baratas" de PP y Junts

En el equipo del presidente prefieren no avanzar si el martes, en la reunión ordinaria del Consejo de Ministros, se llevarán ya algunas medidas empaquetadas en un decreto que posteriormente convalide el Congreso. Lo que sí subrayan es que no quieren que haya un texto solo con la revalorización de las pensiones o los descuentos al transporte público. Sánchez defendía desde Valencia que deben ser los partidos que votaron en contra del decreto los que digan "cuál va a ser su posición". "Son ellos, PP y Junts, los que en primer lugar tienen que plantear una salida. Una salida que valga al PSOE y que valga a Sumar. A Sumar y al resto de socios, porque no queremos ni podemos indisponer a nuestros socios de izquierda", advierten en el corazón de la Moncloa.

En el Gobierno dicen estar abiertos a valorar la inclusión de alguna medida que pueda proponer el PP, pero sin que ello suponga fulminar medidas del escudo social, como la moratoria de la prohibición de los desahucios para las familias vulnerables, "que nada tiene que ver con la okupación, y Feijóo lo sabe". Montero cargó precisamente contra las "excusas baratas" dadas por la oposición para votar en contra del decreto, excusas que "no convencen a nadie". Sobre todo, añaden en la Moncloa, porque habría valido una mera abstención. Nada más.

Son ellos, PP y Junts, los que tienen que plantear una salida. Una salida que valga al PSOE y que valga a Sumar. A Sumar y al resto de socios, porque no queremos ni podemos indisponer a nuestros socios de izquierda", apuntan en la Moncloa

Por ahora, no hay urgencia máxima. "Solo han pasado 36 horas desde la derogación del texto —argumentaban en el círculo de Sánchez—. Sabemos que no es una situación fácil la que tenemos por delante y la que provocaron ellos. Pero ellos [PP y Junts] no fueron conscientes de la gravedad de lo que estaban votando y este jueves pusieron la tele y se asustaron al ver que todo el mundo se les echaba encima". Y los socialistas están dispuestos a que todavía cale más en la opinión pública de que los responsables del naufragio de las medidas son las derechas. Particularmente, el PP, al que señalan en público. "No es creíble que seamos los malos porque no hemos encontrado la solución al juguete que rompieron ayer. Que apechuguen con las consecuencias", reprochan las citadas fuentes gubernamentales.

La receta dada por el presidente es "paso a paso". Sin correr. Bolaños tomará la batuta de nuevo en las conversaciones con los grupos. En la Moncloa son conscientes de que no podrán "esperar mucho" para alumbrar una salida, porque en ese caso la indignación social podría volverse contra Sánchez. "Este es un Gobierno de diálogo, pero también de soluciones", precisan.

No hay plazos para revertir las medidas, pero asumen en el Ejecutivo que no podrán "esperar mucho": "Este es un Gobierno de diálogo, pero también de soluciones"

Y la solución ha de pasar, recuerdan, por esa preservación del escudo social. En el Gobierno no acaban de entender muy bien la oposición del PP o de Junts, que aunque son formaciones de derecha, tienen una cierta raíz proteccionista, y "lo único que se escapaba de las políticas sociales era el palacete del PNV", que ya no es objeto de debate en tanto que la transmisión patrimonial ya se ha completado.

Un PP "atrapado"

Los socialistas persiguen, más que el voto del PP, recomponer las relaciones con Junts. La reunión del pasado lunes en Bélgica no sirvió para acortar distancias ni para apaciguar a Puigdemont. Montero llamó a los posconvergentes, sin mentarlos explícitamente, a que "recapaciten". Eso espera el Ejecutivo, que dé marcha atrás. "La pregunta", dice un alto cargo, "es cuándo se le pasará" la irritación, el enfado por los "incumplimientos" de Sánchez. Al PP lo ven en el PSOE "atrapado", porque "no había nada en el decreto que justificase que no se pudiera abstener", y de hecho creen que habría sido más inteligente para Feijóo haberse abstenido, porque con ello habría podido colgarse la medalla de que salvaba al Gobierno del desastre tras evidenciar su fragilidad parlamentaria. En cambio, Génova proporcionó a Ferraz un potente argumento: el PP ha vuelto a "dejar tirados" a 12 millones de pensionistas.

Los socialistas confían en que Junts "recapacite", que se baje la inflamación, y la pregunta es "cuándo se le pasará". En público no se carga apenas contra ellos

"El problema hoy es del PP, no nuestro. Pero sabemos que el peso de la culpa llegará a nosotros. Pero nos negamos a que la culpa sea del Gobierno a las 36 horas. ¿Por qué tiene que ser nuestra ahora?", se preguntan en el equipo del presidente. Tampoco ha habido mucho margen para tomar decisiones, explican, porque Sánchez volvió el miércoles por la noche de Davos (Suiza) y marchó a Valencia este jueves, y Bolaños viajó hasta Barcelona para la entrega de nuevos despachos judiciales con el Rey. "Y no se iba a desmontar la agenda por algo que han hecho ellos".

Este viernes, el jefe del Ejecutivo visita Fitur. Dirigirá un discurso pero, anticipan en su círculo, no tiene intención de avanzar más pasos. El Gobierno quiere exprimir el foco en el PP para después ponerse manos a la obra y procurar salvar el máximo de la letra del decreto caído.