La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, será la nueva secretaria general del PSOE de Aragón. Sin primarias, sin urnas. Su rival, Darío Villagrasa, alcalde de Bujaraloz (Zaragoza), diputado autonómico y mano derecha del expresidente Javier Lambán, se retira finalmente de la competición, como ya se vislumbraba. Y lo hace por la falta de apoyos, dada la deserción de dirigentes significativos de la federación. Al salir de la carrera, Alegría se convertirá de manera automática en la quinta integrante del Consejo de Ministros que lidera su territorio tras, por este orden, Ángel Víctor Torres (Canarias), Diana Morant (Comunitat Valenciana), Óscar López (Madrid) y María Jesús Montero (Andalucía). Pedro Sánchez se garantiza también la conquista de un PSOE de Aragón que, con Lambán a la cabeza, había colisionado en multitud de ocasiones con su Gobierno y con Ferraz.
Villagrasa renuncia a la batalla antes siquiera de que comenzara oficialmente. Porque este viernes, 24 de enero, se abría a las 12 horas el plazo de la presentación de las precandidaturas para, a partir de ella, comenzar la recogida de avales (12% del censo) y enfilar las primarias del 16 de febrero. Pero él ha decidido echarse a un lado y no formalizar su precandidatura, como confirmó en rueda de prensa en la mañana de este viernes, en la que señaló que "confluir" en torno a la ministra, en aras de la unidad, "es lo mejor para el partido". Saltó a la arena a finales de diciembre, una semana después de Alegría, con la intención de concitar todo el voto crítico con ella y alineado con Lambán, pero en este mes ha ido recibiendo golpes durísimos. Especialmente en la última semana. El goteo de portazos ha acabado convenciéndole de que era mejor retirarse a tiempo antes de sufrir un varapalo en las urnas. Si nadie más registra su precandidatura, la titular de Educación, Formación Profesional y Deportes será proclamada el lunes, cuando acabe el plazo de presentación de precandidaturas, y por la vía directa, nueva secretaria general del PSOE de Aragón, en sustitución de Lambán, barón autonómico desde 2012 y presidente de la comunidad entre 2015 y 2023.
Villagrasa renuncia porque considera que "confluir" en torno a la ministra, en aras de la unidad, es "lo mejor para el partido". Y reconoce el goteo de apoyos públicos en favor de la portavoz del Ejecutivo
Ya la semana pasada el propio Villagrasa decía que no era descartable un pacto con Alegría, aunque a la vez prometía que llegaría hasta el final. En su equipo podía sentirse una cierta desazón y admitían que apreciaban en la militancia la desgana con una nueva lucha interna, y que tenía lógica que ocurriera en Aragón lo mismo que en otros territorios en los que se había presentado un ministro al proceso: que hubiese proclamación sin primarias. En el entorno de Alegría respondían que si Villagrasa quería un acuerdo, tenía que ser él el que descolgase el teléfono, el que se dirigiese a ella, y no al contrario. La portavoz del Gobierno se sentía ganadora y no temía llegar a la votación, porque estaba convencida de que podía vencer con holgura a su rival. De hecho, cuando oficializó su decisión de competir para hacerse con el PSOE de Aragón ya se interpretó que lo hacía porque tenía más que allanado el terreno. Sánchez no podía perder en una lucha interna con una ministra como candidata.
Villagrasa había perdido el respaldo de agrupaciones de Zaragoza capital que en teoría tendrían que haber basculado a su favor, como la Norte, la más numerosa de Aragón y la que lidera la diputada autonómica Carmen Dueso —que en 2017 confrontó en primarias contra Lambán, pero luego se convirtió en uno de sus apoyos más cerrados—. La ejecutiva local decidió por unanimidad respaldar a Alegría, y no al regidor de Bujaraloz. También dio su aval a la ministra otra figura inequívocamente lambanista, Lola Ranera, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza. Villagrasa también había perdido otras agrupaciones más pequeñas de la capital y en el equipo de Alegría daban por hecho que caía también a su favor, en caso de haber primarias, Teruel, provincia pequeña en militantes (1.100, por los 1.400 de Huesca y los 5.000 de Zaragoza), pero muy simbólica, porque está dirigida por la dos de Lambán en su último Gobierno y actual portavoz en las Cortes, Mayte Pérez.
Alegría había avanzado decisivamente en las últimas semanas. La agrupación de Zaragoza Norte, la más numerosa de Aragón, basculó a su favor, y también cambió de bando la portavoz municipal, Lola Ranera
La ministra tenía detrás, de entrada, la agrupación de Huesca a piñón, siempre muy crítica con Lambán, pero había avanzado decisivamente en Zaragoza y Teruel. Y a su favor tenía también que el presidente de la Diputación de Zaragoza y barón provincial, Juan Antonio Sánchez Quero, ni se presentó a la carrera ni se inclinó a favor de ningún candidato cuando ambos se lanzaron a la competición. La decisión de Quero posibilitó que dirigentes y militantes fuesen alineándose con la candidata que desde el principio asomaba como más fuerte: Alegría.
Todo operaba en contra de Villagrasa. Y él decidió tirar la toalla. Lo confirmó en una rueda de prensa convocada en la sede regional del partido hora y media antes de que se abriese formalmente el plazo de presentación de las precandidaturas. El alcalde de Bujaraloz reconoció que da por terminada la carrera ante la sucesión de apoyos públicos de las agrupaciones más relevantes que había ido recabando la ministra. Goteo de apoyos que encaja "muy bien", asumió. Y añadió que también su renuncia es coherente con su trayectoria y discurso, y con lo que ha escuchado que pide la federación, un clima de concordia, unidad y respeto. También obedece a distintas conversaciones con Alegría —tres en los últimos días, precisaban en el equipo de la portavoz— para alcanzar un pacto de "integración". Salida, por tanto, a cambio de la "unidad, la integración y la lealtad", informa EFE.
Villagrasa da un paso atrás a cambio de la "unidad, la integración y la lealtad" y se muestra convencido del proyecto "integrador" de la ministra. "No hay derrota del lambanismo", subraya
"Estoy convencido de que Pilar Alegría desarrollará un proyecto de unidad, integrador", sostuvo. No anticipó si se sentará en la nueva ejecutiva, porque esa es una decisión que deberá tomar la ministra, pero sí se mostró seguro de que los que quieran trabajar por el partido tendrán su espacio. "Soy un militante a disposición de la organización", resumió, advirtiendo de que la suya es la decisión correcta ante el diálogo con Alegría y que con ella "no hay derrota del lambanismo". "No me reconozco en etiquetas, no soy ni lambanista ni sanchista, ni rural ni urbano", sino un socialista "leal" que no sería "justo" si no reivindicara el legado político de Lambán, expresó, en una línea continuista con su discurso de las últimas semanas.
Precisamente Lambán lanzó un mensaje de apoyo a Villagrasa a través de X, sin referirse en ningún momento a la que será su sucesora, Alegría: "Has sido un dignísimo candidato y hubieras sido un gran secretario general del PSOE de Aragón. Gracias por tu esfuerzo que, a buen seguro, no habrá sido en vano".
Alegría abre una nueva etapa en la federación, con un giro a la izquierda y conectada con Ferraz. "Tengo hambre y ganas de ganar", proclama, para asegurar que integrará a Villagrasa "si él lo quiere"
Con la entrada de Alegría, el PSOE de Aragón abre una etapa completamente distinta. A partir de ahora, la federación conectará directamente con Ferraz y la Moncloa y virará hacia la izquierda. Un giro ideológico claro frente a la era Lambán, que ha defendido el entendimiento con el PP y el combate a los independentistas. La portavoz del Gobierno tiene ya allanado el camino hacia la secretaría general, y el paso siguiente será mirar hacia las urnas. Pero las autonómicas y municipales. Las de 2027.
La propia Alegría compareció poco después en la misma sede del partido rodeada de militantes y cargos públicos, como la propia Ranera, y se dijo dispuesta para "reconquistar" los votos de los aragoneses y hacer a su partido vencedor en 2027, reto para el que llamó a la unidad del partido. "Tengo hambre y ganas de ganar", proclamó en la sede regional, donde presentó su precandidatura tras la retirada de Villagrasa al que quiere integrar en su dirección "si él lo quiere". La ministra prometió dar lo mejor de sí misma y subrayó su compromiso con un PSOE "fuerte e ilusionado", informa EFE. "Cuando esté partido está fuerte y unido, como lo está ahora, somos invencibles", acabó.
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