Pedro Sánchez no está dispuesto a comulgar con ruedas de molino con Junts. Ya no. No transigirá, advierten en la Moncloa, con todas las exigencias que le presente, no cruzará "líneas rojas, que claro que las hay". Cree que ha sido "valiente", que ha dado el visto bueno a concesiones que le han acarreado un fuerte desgaste, que ha hecho "todo lo que podía hacer", pero no puede "inventar un mundo que no existe". Y se ha encargado en las últimas semanas, en los últimos meses, de lanzar varios mensajes nítidos: no a la delegación "integral" en materia de inmigración, no a la solicitud de cuestión de confianza, no a trocear el real decreto ley ómnibus derrotado en el Congreso para sacar de él la revalorización de las pensiones y los descuentos al transporte. El presidente del Gobierno ha decidido aguantar el pulso a Carles Puigdemont. Una apuesta arriesgada y que puede conducir a un choque de trenes que haga descarrilar la legislatura.
Si se siguen el discurso y los gestos recientes de Sánchez, se halla un hilo conductor. Un endurecimiento de las posiciones del Ejecutivo respecto a los posconvergentes. No en sus manifestaciones públicas hacia ellos, porque se contienen las críticas al máximo para no dinamitar los puentes, pero sí late un patente malestar interno. Y se traduce en una negativa a algunos de sus planteamientos.
Desde el miércoles, Junts y el PP han coincidido en apremiar al presidente a convocar un Consejo de Ministros extraordinario para recuperar dos de las medidas contenidas en el decreto ley tumbado el pasado miércoles por la Cámara baja, la subida de las pensiones y las bonificaciones al transporte. Pero Sánchez confirmó este viernes, como había avanzado este diario, que su plan es otro muy distinto: quiere llevar otra vez al Congreso el mismo pack de medidas, con el argumento de que es un completo escudo social que beneficia a la "mayoría social". Apeló a la "responsabilidad", al "sentido común" y a la "empatía" de los grupos que hicieron decaer el texto.
El Ejecutivo está decidido a no trocear el decreto ómnibus y a salvar por tanto todo su escudo social. Lo que no está claro es cuándo se llevará a Consejo de Ministros, pero no existen "las prisas que han invadido a PP y a Junts", advierten
"Yo creo que tienen que ser conscientes del dolor que se ha causado con su rechazo —señaló a los medios durante su visita a Fitur, dirigiéndose sobre todo al PP, a quien citó explícitamente—. Creo que hay que apelar a la responsabilidad, a que reconsideren su posición y a que permitan la aprobación de un real decreto ley que es en favor de la gente, no es en favor de ninguna minoría". No hay fecha para ese nuevo decreto ómnibus, ni tampoco está claro si habrá algún cambio (menor) respecto al primero. "Vamos a trabajar para que salgan todas las medidas", apuntaló también el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, principal interlocutor con Junts. Los socialistas quieren asegurarse los votos antes.
"No hay una decisión cerrada ni tomada. Pero no existe la urgencia ni las prisas que han invadido a PP y Junts. Ahora ellos sienten necesidad de expiar sus pecados por haber dejado caer el decreto y tienen unas prisas inusitadas. Nosotros hicimos nuestro trabajo y lo hicimos a tiempo", señalan fuentes gubernamentales, que apuntan que la intensa ronda de entrevistas en medios que han desplegado en los últimos dos días los dos partidos de la derecha para explicar su postura obedece a su sensación de que ha podido calar en la opinión pública el mensaje de que ellos son los responsables del naufragio del texto. Un no, aseguran en la Moncloa, que se percibe como impopular.
Los posconvergentes cargan contra la "subida del IVA de los alimentos básicos y de la electricidad" y reprochan a los socialistas que intenten "colar su programa en cada una de las iniciativas"
El Ejecutivo, por tanto, no atenderá a la exigencia de Junts, que este viernes sí se avino a precisar en qué discrepa del decreto. La portavoz de la formación en el Congreso, Míriam Nogueras, en SER Catalunya y en RNE, igual que el secretario general, Jordi Turull, cargaron, como había hecho el PP, contra la "subida del IVA de los alimentos básicos y de la electricidad" —el texto no alza el impuesto, lo que hace es no prorrogar las bajadas que se aprobaron en anteriores decretos para contener la inflación—. Nogueras reprochó a los socialistas además que intenten "colar su programa electoral en cada una de las iniciativas que presenta".
"Límites políticos, no legales"
Pero la dirigente también afeó al Gobierno que siga sin avanzar en las carpetas pendientes desde hace un año, cuando su grupo salvó in extremis el decreto de prórroga del escudo social. Fue entonces cuando se pactó, entre otras cuestiones, la delegación "integral" a la Generalitat de las competencias migratorias. Las conversaciones están muy avanzadas y el pacto es casi completo, pero el obstáculo que impide que se selle es que Junts exige que los Mossos asuman el poder del control de fronteras y tengan la última palabra. Nogueras se apoyó, durante su entrevista en RNE, en un informe elaborado por expertos —rehusó precisar quién lo firmaba y quién lo encargó—, que señala que el artículo 150.2 de la Constitución, el que autoriza la delegación de competencias en las comunidades autónomas, "no marca límites", "tiene toda la flexibilidad". "Los límites son políticos, no legales", repitió.
Junts sigue exigiendo la competencia migratoria de forma "integral" y blande un informe de expertos que dice que todo es delegable a las CCAA. "Los límites son políticos, no legales", según Nogueras
Nogueras situó la responsabilidad directamente en Sánchez, y menos en el ministro Fernando Grande-Marlaska: "Aquí hay un presidente. Si el acuerdo [rubricado hace un año] dice que es un traspaso integral, no quiere decir casi integral". En Interior, la óptica es muy distinta: aunque reconocen que el 150.2 permite la delegación completa de competencias, "no todas las facultades" de una misma competencia son transferibles. Y en este caso, subrayan fuentes muy próximas a Marlaska, el control fronterizo ha de descansar en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con arreglo a la Constitución y al Derecho europeo.
No es una posición solo de Interior. La Moncloa admite que es la postura defendida por Sánchez, la que él mismo fijó como línea roja hace un año y de la que no se ha apeado. Ni lo hará, prometen en su equipo.
Los socialistas siguen negándose a tramitar la cuestión de confianza porque sería "prostituir" una atribución exclusiva del presidente y emplazan a sus socios a sumarse a una moción de censura
Ante la falta de avances en esta materia y en otras —la oficialidad del catalán en la Unión Europea y el despliegue político de la amnistía—, Puigdemont ordenó a los suyos registrar la proposición no de ley por la que su grupo exige que el presidente se someta a una cuestión de confianza. Los socialistas se negaron a ceder desde un principio porque aceptarlo supondría "prostituir" una herramienta constitucional, ya que la Carta Magna atribuye al jefe del Ejecutivo la potestad de someterse a una cuestión de confianza, previa deliberación del Consejo de Ministros.
Hace algo más de una semana, la Mesa del Congreso congeló por segunda vez la iniciativa de los posconvergentes para que el Gobierno pudiera seguir negociando con ellos. Pero en menos de un mes el PSOE tendrá que tomar una decisión. Y, si nada se mueve, la alternativa que se manejaba y que se maneja es la de no admitir a trámite el escrito. Este viernes, en Más de uno (Onda Cero), el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública y secretario general del partido en Madrid, Óscar López, volvía a expresar esa negativa y emplazaba a Junts a tirar de una "herramienta bien sencilla que recoge la Constitución: una moción de censura", que solo prosperaría de la mano de PP y Vox. "Es como si mañana cualquier grupo político trae una iniciativa para el presidente obligándole a convocar elecciones", razonó.
La reunión con Puigdemont se vislumbra lejos. "Las fotos", señalan en la Moncloa, "no son un regalo", y lo previsible es que se produjera con un acuerdo atado
Tampoco se vislumbra cercana la imagen de Sánchez con Puigdemont, que este le reclama para ser reconocido como interlocutor político. Pese a la presión del expresident, en la cúpula gubernamental insisten en que "las fotos no son un regalo". Es decir, que solo se conceden a cambio de sellar acuerdos, no para que el recién reelegido jefe de la derecha separatista catalana se cuelgue el tanto gratis.
¿Un farol?
Dada la volatilidad política y la montaña rusa en que se está convirtiendo la legislatura, la estrategia del Ejecutivo podría cambiar, porque no es la primera vez que se crispa el diálogo con Junts para luego, superado el bache, volver a la distensión y al acuerdo vía concesión. Pero, por el momento, en la Moncloa tienen claro que hay líneas rojas que no traspasarán. Y esas son algunas de ellas. "Junts debe tener claro que hemos sido tremendamente leales, que esa lealtad nos ha costado políticamente, que hemos tenido desgaste, y hemos sido valientes porque entendíamos que el fin justificaba los medios, porque servía para construir convivencia —expresan los colaboradores más cercanos al presidente—. Todo lo que podíamos hacer está ahí y las cartas están sobre la mesa y boca arriba. Ellos no nos pueden exigir. Tienen que ser realistas, saben lo que no está en nuestra mano. Hemos sido audaces, hemos cumplido. Les pedimos confianza y les hemos trasladado la seguridad de que sabemos lo que estamos haciendo. Ellos sabrán lo que hacen. Les pedimos que piensen en los ciudadanos de Cataluña y del resto de España cuando votan en el Parlamento".
En el Ejecutivo recalcan que han sido "tremendamente leales", "valientes", pese al desgaste, y lo seguirán siendo, porque aspiran a rearmar la mayoría con Junts, pero con límites: "No vamos a tragarnos todo lo que nos digan"
En el Ejecutivo reiteran que su objetivo es reconstruir el diálogo con los posconvergentes, rearmar la mayoría. Defienden que ninguna de las dos partes tiene alternativa, que los socialistas son "constructivos y serios" y que lo van a "seguir siendo", aun sufriendo un "coste altísimo". Pero con límites: "No podemos inventarnos un mundo que no existe". "El mensaje es claro: no vamos a tragar con todo lo que nos digáis", resume un cargo de primer nivel de la Moncloa, muy cercano al mandatario socialista. No, pues, al "chantaje permanente", expresión acuñada este viernes en La hora de La 1 por la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Quienes conocen bien al presidente relatan que en el cambio de tono de Sánchez influye un cierto hartazgo, hasta cabreo con los de Puigdemont. "Es que todo tiene un límite. Los hay que siguen sin enterarse de que si acorralas a Pedro y lo dejas sin salida, él te salta a la yugular, sin medir consecuencias", ilustra un dirigente que tiene trato con él y que también cree que ha podido influir la decisión de enviar a la vicepresidenta María Jesús Montero a Andalucía, porque ella tendrá que cuidar mucho más sus gestos y cesiones para ser competitiva frente al jefe de la Junta, el popular Juanma Moreno. "Pedro está aguantándole el pulso a Puigdemont. Hay que ponerle límites, límites que no puedes pasar —afirma otro interlocutor habitual del líder socialista—. Porque Puigdemont mezcla su desesperación por el hecho de que no se le haya aplicado la amnistía con temas que no se pueden resolver como él quiere, como la cuestión migratoria o la oficialidad del catalán. El presidente ha impuesto líneas rojas y sí, se la juega. Estoy seguro de que se buscará un camino para darle solución [al bloqueo actual], pero Junts no puede estar en contra de todo. Y ha de entender que habrá cosas negociables y otras que no lo son".
El presidente ha impuesto líneas rojas y sí, se la juega. Estoy seguro de que se buscará una solución [al bloqueo actual], pero Junts no puede estar en contra de todo", indica un interlocutor habitual de Sánchez
Otra fuente de la Moncloa lo expresa de manera semejante: "Los de Junts han de ser conscientes de que tratan con gente muy mayor que se asusta menos con sus amenazas".
La expectativa, que Junts "recapacite" y baje la inflamación
En el cambio de actitud de Sánchez influye, continúa un cargo del Gobierno, la constatación de que los posconvergentes no aflojan la cuerda, exigen y exigen, y que le molesta no ser respetado: "Cuando has cedido dos y tres veces y ellos siguen, entonces piensas que ya vale con el chantaje. Y a lo mejor si seguimos así perdemos todos. Hay que enseñar los dientes a Junts, porque ellos se juegan tanto como nosotros. Con nosotros pueden llevarse a la boca algo para vender. Que lo piensen, porque nosotros además con ERC vamos a seguir negociando".
Más que enseñarles los dientes a Junts, hay que enseñarles en qué país vivimos y cómo la gente vive en este país. El 'castillo' de Puigdemont será importante, pero hay gente a la que le cuesta llegar a fin de mes", indican desde la Moncloa
Un mando de la Moncloa añade que, "más que enseñarles los dientes a Junts, hay que enseñarles en qué país vivimos y cómo la gente vive en este país". "La gente coge el transporte público, cobra una pensión, o espera que no le desahucien si se encuentra en una situación vulnerable. Esto ha sido un buen baño de realidad. Su castillo [en Waterloo, donde Puigdemont reside desde que huyó de la Justicia española, en 2017] puede ser importantísimo, pero la gente hace cosas: trabaja, estudia, paga la luz, va al trabajo... Él vive en Bélgica, pero aquí hay gente a la que le cuesta llegar a fin de mes".
La expectativa de la Moncloa es que Junts "recapacite" y rebaje su irritación con el Gobierno. Que ceda. Pero podría suceder que rechazara de nuevo un segundo decreto ómnibus, que se negara a apoyar a Sánchez en más iniciativas, que no se desencallaran las materias pendientes. Que la legislatura, en definitiva, entrara en punto muerto. Que colapsara. ¿Y entonces?
¿Elecciones generales anticipadas? En el círculo del presidente se mantiene que ir a las urnas sería una "irresponsabilidad" ahora mismo. La pretensión continúa intacta: llegar al final del mandato, en 2027. Con o sin unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, por cierto. La vicepresidenta Montero repetía en las últimas horas que "en ningún caso" está sobre la mesa la posibilidad de un adelanto. "No se da el más mínimo escenario. No hay un solo motivo para justificarlo, sería un suicidio. Ahora hay bloqueo, pero luego los temas acaban saliendo, no hay un tema trascendente que se haya quedado atrás, y este capítulo no ha acabado", apunta una fuente que tiene contacto frecuente con Sánchez.
Si ninguno cede, puede quebrar la legislatura, y en ese caso, ¿elecciones? En la Moncloa insisten en que sería una "irresponsabilidad", y que no están en el horizonte "en ningún caso"
En privado, no obstante, flota la alternativa de ese plan b, de hipotéticas generales. Porque nadie sabe, en realidad, cómo evolucionarán las próximas semanas, los próximos meses. "En cuanto Pedro olfatee que ha llegado el momento, ejecutará inmediatamente. Sabe que un día de agonía de más es letal. Como en mayo de 2023. El shock Trump y el PP habiendo tumbado la subida de pensiones no es mal momento. El problema ahora mismo es la debilidad de Sumar. Pero hemos llegado a la conclusión de que, si no podemos despertarlos del coma, y parece que no se podrá, mejor absorberlos, salvo los que prefieran volver a Podemos. Dos actores en la derecha, dos en la izquierda", analiza un responsable socialista con mucho olfato y conexión con la Moncloa. Ir a unos comicios sería, pues, muy arriesgado para Sánchez, ya que el PP, según las encuestas, podría llegar a gobernar con Vox. También lo decían los sondeos, no obstante, antes de las generales de julio de 2023, que el presidente convocó de manera sorpresiva tras la debacle de las autonómicas y municipales. Una apuesta arriesgadísima que le salió finalmente bien.
En el corazón del poder, piden a Junts que no tiente la suerte. Porque en el hipotético caso de que Sánchez apretara el botón nuclear, la formación de Puigdemont podría encontrarse con un pésimo resultado en Cataluña. "A Junts le queda hacer como el PP, recoger firmas en Change.org para que apruebe un decreto para subir las pensiones. Que se pongan. España es un clamor deseando que Junts haga eso —ironizan en la Moncloa—. Lo que tienen que hacer es ser más realistas de lo que son".
En el círculo de Sánchez piden a Junts que, no obstante, no tiente a la suerte, porque en unos eventuales comicios puede hundirse en Cataluña. "Esta es una de las pocas veces en las que la gente sabe lo que se vota en el Parlamento", avisan
Algunos cargos socialistas no niegan que este podría ser un buen momentum para un anticipo electoral, porque el marco sería fácil de generar para Sánchez: una convocatoria por la imposibilidad de sacar adelante una subida de las pensiones, por el bloqueo de la derecha y la ultraderecha españolas y de la derecha independentista catalana. "Esta es una de las pocas veces en las que la gente sabe lo que se vota en el Parlamento", aducen. Pero no deja de ser una mera especulación, porque la decisión es del presidente y de momento no ha dado muestras de querer dar por acabado este mandato. Lo que sí hace es preparar el terreno, generando el relato. Por lo que pueda pasar. Y ese es un giro clave en una legislatura alambicada, muy cuesta arriba e imprevisible, en la que el guion se escribe casi hora a hora.
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hace 11 horas
«El Gobierno Sanchista ha escenificado esta semana su debilidad política y yo le recuerdo a Sánchez su lema: Uno no gobierna porque quiere… sino porque puede».
hace 14 horas
Si el Pinocho autocrata no cede a las presiones del Puchi, no es que le enseñe los dientes, ni qué le aguante el pulso (que tonterías se pueden llegar a escribir): lo que quiere el fugado, es ilegal. Así de simple es la cosa. Acaso el Doctor Kum no sabe que todavía no ha podido domesticar al Tribunal Supremo? Acaso no sabe que si cede, puede acabar sentado en el banquillo?. Esas lineas rojas no son suyas, son más bien las de la Ley.
Que lamentable y triste, después de consolidar una Democracia superadora del franquismo y de una guerra civil, tengamos que experimentar de nuevo, el vivir bajo un Régimen : un sátrapa es aquel que ocupa el poder en contra de la voluntad de la mayoría social (el Doctor no gana ni una sola elección y la gente lo aborrece) y, en contra de sus representantes políticos (Congreso y Senado). Asi de cristalino se vio hace unos días, con el ómnibus.
hace 16 horas
Sanchez firmó un acuerdo de investidura, no legislatura como dijo Cerdan, en el que asumió todo el posicionamiento de Junts y en el que no había ni una línea del programa del PSOE ni del resto de sus socios.
Nunca debió firmar aquel acuerdo. Fué la peor negociación de investidura de la historia democratica de país. El Psoe le regaló a Junts sus 120 diputados. A un partido que, pir cierto, había perdido estrepitosamente las elecciones generales.
Aquel acuerdo infirmable lleva teniendo consecuencias inasumibles toda la legislatura. Ahora ha llegado a un punto de retorno.
Sanchez se pone ahora estupendo, pero solo está pulsando la opnion pública. Si ve que le respalda, llevará al maximo la tensión y convocará eleccipnes. Si ve que no tiene apoyo, cederá y seguirá con su gobierno zombi.
Quien seguro que no va ceder es Junts. Una mayoría PP-Vox es precisamente lo que necesita para rearmar su lucha.
hace 18 horas
En la sexta podrás seguir «opinando» junto a Ferreras, maestre, la rubia de bote, vamos, lo más florido