Hace justo un año, el 27 de enero de 2024, Santiago Abascal salió reelegido presidente de Vox de la Asamblea General Extraordinaria del partido en el Hotel Marriott Auditorium de Madrid. Lo hizo por aclamación, sin oposición pública en las primarias, pero sí con un enorme ruido mediático de fondo, por filtraciones y desavenencias existentes entre una corriente ultraliberal cada vez más aplacadas que aquejaba la deriva dura que la hasta entonces dirección nacional. La salida de figuras históricas de la formación, como el hasta entonces portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, no ayudaba. Tampoco el arrinconamiento de otros perfiles como el de Javier Ortega Smith, compensado con presencia en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) a cambio de no concurrir contra a Abascal. O Rocío Monasterio, que pese a su presencia esa jornada ya se veía fuera de Vox.
Las previsiones electorales, igualmente, no daban buena proyección tras semanas caldeando la investidura de Pedro Sánchez en la sede de Ferraz —con la presencia de otros grupúsculos ultra— y después del declive electoral de las generales de 2023. Reducida de 52 a 33 la representación en el Congreso, a Abascal se le estimaba un peso de entre 20 y 28 parlamentarios como horquilla amplia entre todos los estudios publicados. Ante un auditorio repleto por unos 2.000 asistentes entre cargos y afiliados, Abascal negó división interna y llamó a la unidad, a "no tirar la toalla" y seguir "adelante, le pese a quien le pese". Tras ello, hubo dos decisiones clave que han revitalizado el partido. Ambas ligadas al plano internacional, donde ahora están consolidados. Abascal citará a todo el grupo de Patriotas a una cumbre de trabajo en Madrid el próximo mes de febrero.
La primera de esas decisiones fue implementar la cuestión migratoria y el rechazo al islam y la inmigración ilegal como eje de toda la narrativa. A imagen y semejanza de los socios europeos, los que habían conseguido despuntar en los últimos años en sus respectivos países. Un guiño a la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen o el Partido de la Libertad de Geert Wilders, pero con Hermanos de Italia y la primera ministra Giorgia Meloni como referente más claro, aplicando sus recetas ya desde el poder. Eso permitió mejorar levemente las cifras en los comicios gallegos y vascos, consolidarse en Cataluña y despuntar en las europeas con dos nuevos cargos hasta los seis.
CPAC y encuentro con Trump
En paralelo, el partido se focalizó notablemente en el plano internacional para incrementar lazos y tejer otros nuevos, sin perder de vista el debate doméstico con la amnistía como protagonista. Con Estados Unidos primero, con Europa y Latinoamérica después. Si bien el terreno ya estaba abonado por el trabajo de Disenso en América y el entablado en Europa por Vox, la intervención de Abascal en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en febrero fue determinante. Pese a haber asistido con anterioridad entre el público, los contactos de Disenso con Heritage Foundation, el Instituto Hudson y la Unión Conservadora Estadounidense, permitieron el primer contacto directo con Donald Trump, así como su mención expresa en su mitin de cierre al líder de Vox. "Encantado de conocerte, has avanzado mucho [...] y pronto serás número uno" en España, le dijo.
De fondo en este interés del ala más dura del Partido Republicano se esconde la amistad que une a Abascal con Javier Milei [al que Trump admira y apunta a imitar políticamente] y el interés por los nexos establecidos por Disenso desde 2020 hasta la fecha con él y otros liderazgos latinoamericanos homólogos. Desde el chileno José Antonio Kast, pasando por Eduardo Verástegui en México. Con Jair Bolsonaro, Trump ya estableció vínculo. Fuentes nacionales de Vox así lo acreditan, aunque señalan, además, al Foro de Madrid y el interés que suscita en Trump. Un grupo derechista y anticomunista que aglomera a organizaciones del espacio de Milei y Kast que busca ser contrapeso del Foro de Sao Paolo y el Grupo de Puebla.
Vistalegre como llave de Patriotas
Esa apuesta por lo internacional tuvo que ver, en gran parte, por las elecciones europeas y las expectativas de que la oleada de partidos de corte nacionalpopulista avanzasen en conjunto para convertirse en tercera fuerza europea e intentar condicionar al PP. Aprovechándose la coincidencia temporal con el VIVA —los actos que viene celebrando Vox desde 2021 para reivindicar sus políticas y visibilizarse con sus socios—, Vox decidió darle un toque internacional como preámbulo a la campaña, eligiendo, además, el Palacio de Vistalegre, con gran significado para el partido desde su salto nacional en 2018. La idea era anexionar en la cita al máximo posible de los actores, y España, por los nexos con Hispanoamérica de Vox, era el enclave perfecto. Se contó con representantes de la CPAC y Heritage.
La cumbre de Patriotas valorará la victoria de Trump y los efectos en Europa. Será independiente al VIVA25
Pese a que Milei fue el gran protagonista, tras su victoria en Argentina y como figura de impulso para Europa, hubo un componente clave: la unión de toda la ultraderecha europea. Nacionalista, antiinmigración, reivindicativa de las tradiciones y la familia, y contrapuesta con otras propuestas del mismo corte pero más abiertas con la mujer y la sexualidad para amplificar el rechazo al islam. Se evidenció la intencionalidad de tejer un supergrupo en la Eurocámara, en Vox había disposición y deseo a ello, pero había un gran escollo: la convivencia entre Meloni, Le Pen y Orbán en un mismo nicho. Tres perfiles cercanos pero opuestos al mismo tiempo, y de gran liderazgo individualizado.
Después de las europeas ese cambio se materializó, aunque no del todo. El partido de Identidad y Democracia, donde estaban desde Matteo Salvini a los nacionalistas flamencos, evolucionó a Patriotas por Europa. Y a él se adhirió Vox, sacrificando a Meloni y a los socios polacos de Ley y Justicia. ID pasó de diez miembros a 16 dentro de Patriotas. Son 86 eurodiputados [76 en 2019] frente a los 80 [62 en 2019] de los Conservadores y Reformistas de ECR [22 partidos], aunque Meloni y Mateusz Morawiecki aportan casi la mitad de escaños. A su no entrada, por proximidad con el atlantismo o diferencias con Putin y otros grupos prorrusos, le siguió el distanciamiento de Alternativa por Alemania [al menos en la distribución parlamentaria, integrado en la Europa de las Naciones Soberanas]. Aunque Vox defiende que la división en tres bloques no impide la colaboración conjunta.
Por ligazón a ECR por su paso y la amistad que mantiene con Meloni, que permitirá acuerdos; sumado al puente que sirve Vox con lo que determinan la Iberosfera o Milei, entre otros, Abascal ha sido premiado con la presidencia del partido Patriotas [Jordan Bardella, presidente del partido de Le Pen lo dirige en la Eurocámara]. Un reconocimiento que no solo le sitúa frente al control de buena parte de las decisiones, aunque Orbán y Le Pen seguirán teniendo mucho poder. Esa presidencia de Patriotas, además, otorga a Vox visibilidad en el acercamiento deseado e incentivado a Trump. Especialmente cuando haya colisión entre EE.UU. y Bruselas.
Cita en Madrid este febrero
No hay fecha, ni lugar ni formato aún, pero en febrero el grupo de Patriotas por Europa volverá a reunirse. Abascal, como presidente electo, designó Madrid para ser anfitrión. La intencionalidad del evento, recalcan fuentes nacionales del partido, no es tanto el mitin, como lo será el VIVA25, que transcurrirá entre abril o mayo, como sí la celebración de una jornada de trabajo. No hay nada concretado aún. La idea radicaría en replicar el encuentro con líderes europeos de 2022 en la Cumbre de Madrid, a finales de enero. Ésta se desarrolló en privado en el Hotel VP Plaza España Design, se reflexionó sobre el estado de la UE y sobre la invasión de Ucrania.
En este caso, todo se acotará a Patriotas. A la Fidesz de Viktor Orbán y la RN de Le Pen se unirán la Liga de Salvini, los checos de ANO 2011, Juramento y Motoristas, el Partido de la Libertad de Austria y el Partido por la Libertad neerlandés, los flamencos Vlaams Belang, la portuguesa Chega, la griega Voz de la Razón, Letonia Primero, el Partido Popular Danés, el Movimiento Popular polaco, y el Partido Popular Demócrata Cristiano húngaro. El objetivo será el de analizar el regreso de Trump a la Casa Blanca y cómo explotar los vínculos con su nueva administración [Heritage está dentro y tiene interés en la red de la Iberosfera] en provecho desde Europa.
Por el momento, Patriotas solo se ha reunido una vez en París este 2024 para una primera asamblea general [no confundir el partido con el grupo parlamentario, que se reúne periódicamente]. Allí Abascal fue designado. El tema principal que se trató fue la inmigración ilegal y cómo hacerle frente.
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1 Comentarios
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hace 4 horas
¿Qué ha sido del Frijolito gallego, el gran líder del «centroderecha moderado»? es un mindundi al que nadie recibe, un don nadie que no pinta nada en las relaciones internacionales.
PP = Partido de la Nada. La derechita peperra acomplejada ya ha sido superada por la derecha alternativa en Francia, Italia, Países Bajos, Austria …. Aquí tardaremos más pero también llegaremos.