En el PNV hace días que estaban tranquilos. Mientras los días navideños pasaban y el inicio del nuevo año avanzaba, hicieron "lo que teníamos que hacer". El decreto por el que el 24 de diciembre el Gobierno aprobaba la restitución al PNV del inmueble situado en el número 11 de la Avenue Marceau de París, sería publicado al día siguiente en el BOE. Pese a que ese decreto 'omnibus' aún debía ser convalidado en el Congreso de los Diputados su contenido entraba automáticamente en vigor desde el mismo momento en el que era publicado.
El PNV no perdió el tiempo. Aprovechó el mes transcurrido desde su aprobación en Consejo de Ministros y la votación que el pasado miércoles -que lo derogó- para formalizar su registro y blindar así la restitución aprobada por el Ejecutivo: "Ya es nuestro, ya no hay vuelta atrás", aseguraban hace días desde Sabin Etxea.
El acuerdo del nuevo decreto 'omnibus' alcanzado ayer entre el Gobierno y Junts también incluye de nuevo la cesión al PNV del inmueble parisino en el que ahora se ubica el Instituto Cervantes. Desde el partido manifestaron que en realidad "no era necesario" ya que el proceso de registro de su propiedad ya estaba completado pero que así se remarca y "apuntala" la "seguridad jurídica de esta justa restitución". El partido manifestó ayer que, pese a los intentos por impedir la restitución, el proceso se ha completado. Incluso cuestionó la "fijación torticera" de calificar de "palacio" al inmueble recuperado, cuando siempre se han referido a él como "sede" o "edificio".
El PP, insiste: "Lo compró el Gobierno vasco"
En el PNV insisten en que ya está completada una restitución que consideran de justicia por un inmueble que aseguran fue adquirido por personas afines al partido y que actuaron en nombre de la formación y no del Gobierno vasco. El edificio, construido en 1883, cuenta con cuatro plantas y 1.309 metros cuadrados de estilo Haussmanniano.
La historia de la adquisición del número 11 de Avenue Marceau de París está llena de episodios en los que intervienen testaferros, sociedades interpuestas, tesoreros del PNV y empresarios nacionalistas exiliados en el extranjero. En su relato no faltan la Gestapo y la dictadura franquista. El enfrentamiento con el PP en torno a la propiedad del inmueble se ha ido intensificando en las últimas semanas. Los populares acusan a la formación de Andoni Ortuzar de apropiarse de un edificio que en realidad aseguran que pagó el Gobierno vasco.
El presidente del PP vasco, Javier De Andrés, reiteró ayer que la devolución del edificio fue rechazada en dos sentencias de la Justicia francesa y una del Tribunal Supremo español. Insiste en que el PNV nunca pudo acreditar que pagó el inmueble. De Andrés recordó en Cuatro que el PNV pactó con Aznar la devolución de inmuebles confiscados durante la guerra y que entre ellos se incluyeron numerosas sedes y 'batzokis' pero no el Palacio parisino "porque en realidad lo compró el Gobierno vasco en 1937, no el PNV": "En un acuerdo con los italianos de Mussolini, bochornoso para ellos, se fueron a Cantabria con el dinero que les habían dado para defender Bizkaia y La República, pero no lo hicieron. Es verdad que lo incautó la Gestapo pero al Gobierno vasco, no al PNV, por eso debe retornar al Gobierno vasco", aseguró De Andrés.
La 'diáspora' vasca afín al PNV
Demostrar si fue el PNV o el Gobierno vasco quien lo pagó es una de las claves, no la única. En Sabin Etxea insisten en que el primer Gobierno vasco, presidido por José Antonio Agirre, se constituyó después de que se hubiera formalizado la compra del edificio. Es precisamente el rastro del dinero el que en su opinión determina quién, cuándo y cómo se adquirió el edificio. El PNV da por acreditado y documentado que fueron ellos quienes adquirieron el edificio.
Recuerdan que el nacionalismo vasco, afín a la República, comenzó a moverse y prepararse para un posible exilio. El aquel contexto político comprar un edificio en el exterior se convirtió en una prioridad y la diáspora vasca nacionalista podría ayudar. El PNV defiende que fue un emigrante vasco vinculado al PNV y asentado en México, Francisco Belaustegigoitia, quien inició el proceso de compra. Es a él a quien se asigna el envío desde México de 65.000 dólares al tesorero del PNV, Heliodoro de la Torre, a una cuenta del Banco Bilbao en París. La fecha del documento que consta en la Universidad Iberoamericana-Laguna de México es el 12 de septiembre de 1936. El Gobierno vasco aún no existía. Faltaban apenas 25 días. Aguirre juró el cargo el 7 de octubre.
El PNV asegura que su reclamación viene motivada por razones más históricas, sentimentales, que económicas. Pero a nadie se le escapa que un inmueble de esas características, con esa ubicación privilegiada, también es un patrimonio muy valioso. Las estimaciones realizadas lo valoran entre los 15 y 16 millones de euros. El acuerdo alcanzado permitirá al Instituto Cervantes seguir ocupando el edificio hasta 2030 pero pagando un alquiler. La cifra podría rondar el millón de euros anual.
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