La fiscal jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, ha declarado este jueves ante el Tribunal Supremo que ella no filtró ninguna información sobre el procedimiento contra el novio de Isabel Díaz Ayuso, que se seguía en su Fiscalía por un fraude a Hacienda, y que a la denuncia inicial tuvieron acceso más de "571 personas", así como otras "60 a los correos". La subordinada del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha seguido la senda de su jefe, sin contestar a las acusaciones, en cambio, sí ha respondido al juez instructor que ha vuelto a remarcar que la nota de prensa que se emitió desde la Fiscalía General fue delictiva, según fuentes jurídicas.

Rodríguez ha estado cerca de dos horas declarando ante el magistrado Ángel Luis Hurtado que la mantiene tanto a ella como a García Ortiz imputados por un delito de revelación de secretos, además de al jefe de la Secretaría Técnica, Diego Villafañe, que tendrá que acudir a declarar el próximo 5 de febrero.

La declaración de la fiscal provincial madrileña, que ha comenzado a las diez de la mañana, era relevante porque es el tercer vértice del triángulo formado por García Ortiz y por la fiscal Superior de Madrid, Almudena Lastra, que la noche del 13 de marzo cuando se filtraron los correos internos del procedimiento se cruzaron numerosas llamadas.

Según fuentes con acceso a la declaración, Rodríguez ha explicado que a partir del día 5 de marzo que la Fiscalía interpuso la denuncia contra Alberto González Amador (pareja de Ayuso) tuvieron acceso a ella más de medio millar de personas del decanato de Plaza de Castilla, de la Agencia Tributaria y del propio Ministerio Público. La fiscal ha intentado expresar con este dato que la filtración del expediente tributario que terminó publicando 'Eldiario.es' el pasado 12 de marzo pudo venir de cualquiera de esos lugares.

Hurtado habla de "actuación coordinada"

El volcado de su teléfono que realizó la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil reveló que ella envió un Whatsapp a García Ortiz el día 8 de marzo: "Hola jefe, me pongo a tu disposición". El juez Hurtado le ha resaltado que la impresión que se puede tener leyendo su teléfono es que hubo una "actuación coordinada", a lo que ella ha contestado que "en absoluto".

El comentario "a su disposición" tenía que ver con la renovación en su cargo de jefa que se produjo entre los días 7 y 8 de marzo cuando se celebró el Consejo Fiscal y, según su versión, ese día 8 el fiscal general la llamó para darle la enhorabuena y ella no lo pudo atender, así que fue más tarde cuando le dejó ese mensaje para que supiera que ya podían hablar.

Además, Rodríguez ha cargado contra el informe de la UCO en el que los agentes dicen que ella podía estar esperando otra plaza. Es "humillante" que la Guardia Civil "realice esa inferencia", ha verbalizado.

Correos

Ha incidido en el acceso a los correos, expresando que fueron 60 personas las que pudieron leer el del 2 de febrero antes del 13 de marzo, que fue cuando ella y el propio García Ortiz tuvieron acceso, como han reconocido hasta cuatro periodistas distintos en sede judicial.

Rodríguez ha detallado que hasta 12 fiscales y 4 funcionarios de Delitos Económicos tuvieron acceso al email y que el papel estuvo encima de una mesa impreso durante 20 horas en un despacho "que no se cierra con llave". En esa planta de la Fiscalía Provincial hay 21 fiscales y 11 funcionarios, ha dicho. También está el teniente fiscal y su secretaria.

La fiscal provincial fue la persona que la mencionada noche llamó en varias ocasiones al fiscal del caso, Julián Salto, para que le reenviara los correos que había intercambiado con el novio de Ayuso a sus superiores. Se trataba de una dación de cuenta, es decir, un mecanismo que tiene la Fiscalía, un órgano muy jerárquico, para hacer llegar a la cúpula toda la información de algún tema sensible que los fiscales más rasos tengan entre manos.

Sobre el porqué se lo envío al correo personal de García Ortiz, ha explicado que "no le parece extraño" que él pidiera la documentación en una dirección distinta a la corporativa porque esa noche y a esas horas quizás no tenía acceso al otro mail. Además de que a ella cuando se le da una orden no cuestiona al fiscal general del Estado.

"¿Esa urgencia a partir de las 21:30 no le pareció extraño?", ha incidido el magistrado. Tanto Lastra como García Ortiz aseguraban que las informaciones que se estaban publicando no eran veraces por lo que se debían atajar y ella no sabía qué estrategias se debían seguir en esos casos, así que si se le requiere con urgencia ella acata, ha dicho. No se le dieron explicaciones, se le dieron instrucciones.

Hurtado ha preguntado si tampoco le chirrió que el fiscal general insistiera en tener el último correo, el del 12 de marzo, con expresiones como "lo necesitamos para cerrar el círculo" y que siete minutos después apareciera publicada una noticia en 'El País'. Ella siguió la misma línea, que no cuestiona lo que le pedía su jefe. Desconocía los correos, le transmitían que se estaban tergiversando las cosas y tampoco supo qué hizo con ese material García Ortiz posteriormente. Desde luego, no se convino con nadie para actuar, ha subrayado.

La nota de prensa

A pesar de que cuando el Tribunal Supremo inició la investigación quedó a un lado el supuesto componente delictivo de la nota de prensa que se envió la mañana del 14 de marzo por parte del Ministerio Público para explicar lo sucedido, el juez Hurtado ha remarcado hoy que este documento también forma parte del material incriminatorio.

Rodríguez ha vuelto a explicar que a ella la nota de prensa se la mandaron hecha y sólo tuvo que revisar que la cronología de los acontecimientos estaba correcta, que no tuvo participación en la elaboración, que no promovió la redacción, ni difundió su contenido. Su actuación se basó en examinar si el iter procesal que se mencionaba en la nota en realidad había ocurrido.

El juez Hurtado en este punto ha puesto de relieve que, con independencia de que ella no la redactase, el visto bueno que dio al documento implica que estuvo de acuerdo en la publicación. Y esto, según él, es "parte nuclear" de lo que se está discutiendo con el delito porque si ella hubiera "puesto un pero" la nota no habría terminado en los medios de comunicación. Además ha remarcado la diferencia entre la actitud de Rodríguez con la de Lastra que "quería ir con más cautela". La fiscal ha insistido que ella no lo validó, sino que sólo corroboró que los datos eran correctos.

El instructor le ha indicado que ellos son garantes de la confidencialidad y que por qué no advirtió de ello para que suprimieran esa parte del documento para la prensa. Rodríguez se ha mantenido: que esos datos no eran confidenciales o no reparó en ello. Además, la UCO incluyó en el informe que ella proponía incorporar un poquito de "cianuro" en la citada nota, a lo que hoy ha explicado que se trataba de un desahogo porque se estaba poniendo en duda su imparcialidad y profesionalidad.

"Lastra testigo parcial"

En un momento del interrogatorio, la Abogacía del Estado le ha preguntado si tenía alguna explicación al hecho de que Lastra sospechara que la filtración podía provenir de la Fiscalía General del Estado. El juez ha cortado este tipo de preguntas, pero la letrada --en defensa de Rodríguez-- ha contrapuesto que estas cuestiones servían para "cuestionar la parcialidad" de Lastra como testigo.

Le han preguntado además por el mensaje en el que ella le cuenta a Villafañe que Lastra se ha enfadado porque la noticia de que había una investigación contra González Amador solo se hubiera filtrado a un medio. Rodríguez ha esgrimido que Lastra pensaba que había salido de Fiscalía General sin ningún argumento, pero que son comentarios que ella ni asume ni comparte. Su línea ha sido similar a la de García Ortiz al desmentir las afirmaciones de que la fiscal Superior advirtió que podía haber filtraciones.

Sobre si es habitual que se le dé publicidad a este tipo de denuncias, la fiscal ha dicho que sí y ha mostrado como ejemplo varias notas con delitos fiscales de Cristiano Ronaldo o de Shakira con otros asuntos de naturaleza tributaria.

Esta es la segunda vez que Rodríguez da su versión ante un juez, si bien la primera fue el pasado mes de junio cuando la causa todavía permanecía en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) después de la denuncia de González Amador.