Un alto directivo de Telefónica abundaba en estos días atrás sobre la importancia que tiene la compañía en el panorama mediático actual. Citaba un aspecto que ha pasado desapercibido hasta ahora para los medios de comunicación, y es que esta empresa es la que permite que el fútbol español sea viable. Si los nuevos dirigentes de la rama audiovisual de la teleco quisieran 'debilitar' a Javier Tebas (LaLiga), bastaría con que alteraran el statu quo en la política de adquisición de los derechos audiovisuales.
Lo mismo sucede con su política de medios de comunicación. Bloomberg publicó recientemente que el Gobierno había manifestado a la operadora -todavía presidida por José María Álvarez-Pallete- su malestar por los elevados contratos publicitarios que mantenía con los medios conservadores, con los que libra una batalla que se ha extendido desde el principio de la legislatura.
Según ha podido saber este periódico a través de editores de prensa, los acuerdos institucionales con algunos de los diarios más representativos a la derecha eran del entorno del millón de euros. Las mismas fuentes del grupo consideran difícil que Telefónica aplique a partir de ahora un recorte de la publicidad tan drástico como el que realizó en 2024 a través de las empresas públicas, que 'secaron' a medios digitales conservadores de distintos tamaños.
La SEPI, al mando
Ahora bien, estos informantes llaman la atención sobre un hecho inapelable, y es que Marc Murtra -nuevo presidente de Telefónica- representa a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales y que, por lo tanto, no es de esperar que su estrategia sea distinta a la que persiga el Ejecutivo. Y Pedro Sánchez ha dejado clara su preferencia por algunas empresas mediáticas, así como su marco enfrentamiento con otras.
Dentro de Telefónica, se dan por supuestos distintos cambios en el organigrama de Movistar Plus a corto y a medio plazo. La política de inversiones que fije la operadora no sólo impactará sobre el panorama deportivo, sino también sobre el audiovisual, donde hay múltiples intereses empresariales, pero también políticos.
Telefónica Audiovisual no es un agente cualquiera dentro del sector. Sólo en derechos cinematográficos y audiovisuales invierte más de 200 millones de euros anuales en productoras, en las que, cabe recordar, el Ejecutivo tiene 'afines' como LACOproductora (Prisa) o The Pool Talent.
Los mismos informantes de Telefónica inciden en que, además de los ingresos por los abonados, las patas sobre las que pivota la estrategia de Movistar son la producción y la distribución de contenidos. La clave será si a partir de ahora también se optará por incrementar en el catálogo los productos informativos o explorar alianzas con otras empresas españolas y americanas.
Álvarez-Pallete persiguió durante su mandato una televisión 'blanca' y, de hecho, llegaron a producirse polémicas en el seno de Movistar por el contenido político de algunos contenidos humorísticos de su canal, durante la época en la que se denominaba #0. Está por ver si se mantendrá esa estrategia o si en Movistar también habrá espacio para las producciones más políticas.
Desequilibrio mediático
Conviene tener presente que el presidente del Gobierno y sus asesores sostienen que el panorama mediático en España está desequilibrado en favor de la derecha; entre otras cosas, en la televisión y en el periodismo digital.
Fuentes de los editores de prensa recuerdan que, ya desde 2019, asesores de Moncloa llegaron a proponer a algunos medios de izquierda adoptar una línea más incisiva, ante la evidencia de que existían varios medios conservadores que habían optado por una hostilidad abierta con el Ejecutivo.
Eso derivó, varios años después, en un cambio de discurso por parte de Pedro Sánchez y de los portavoces gubernamentales. Todos ellos comenzaron a hablar de "fango", de "bulos" y de la existencia de una comandita entre la oposición, las organizaciones de ultraderecha y la prensa conservadora para atacar al Gobierno a través de la publicación diaria de mentiras.
Decenas de millones de euros
Unos meses después de que se iniciara esta campaña, Moncloa presentó un Plan de Acción por la Democracia que contenía un paquete de medidas legislativas para luchar contra la desinformación. Entre ellas, una modificación de la norma que regula el reparto de la publicidad institucional -161 millones de euros en 2025- que prevé establecer cuotas máximas de inversión por parte de una Administración en un mismo medio.
El plan también contemplaba el reparto de 124,5 millones de euros en ayudas a los medios de comunicación con el fin de que avancen en su proceso de digitalización, de los cuales 65 millones irán a parar a la prensa.
El paisaje que se describe en los anteriores párrafos permite apreciar que el Ejecutivo ha utilizado su influencia en el Boletín Oficial del Estado y en las empresas públicas y público-privadas para moldear el sector de medios de comunicación a través de normas, inversiones publicitarias y 'castigos'.
Está por ver la política que seguirá en Telefónica, pero hay un hecho claro: desde Moncloa ya deslizaron a Álvarez-Pallete su malestar por las elevadas partidas publicitarias que recibían los medios de la derecha, recuerdan estos informantes.
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