El juicio contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por su beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso el 20 de agosto de 2023 tras la final del Mundial de Australia ha arrancado este lunes en la Audiencia Nacional. El que fuera máximo dirigente del fútbol español ha llegado pronto, junto a su abogada, 45 minutos antes de la hora a la que estaba citado. Junto a él, están acusados el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador del equipo femenino Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la Federación, Rubén Rivera.

El magistrado José Manuel Clemente Fernández-Prieto González ha dado comienzo a la primera sesión del juicio a las 10:09. Tras escuchar las cuestiones previas, ha dado paso a Hermoso, que ha entrado en la Sala a las 10:24, y que previamente había coincidido con Rubiales en el vestíbulo, hasta que ha sido desplazada a una sala habilitada para testigos.

Como hizo durante el período de instrucción, la deportista ha asegurado ante las preguntas de la Fiscalía que el beso de Rubiales no fue consentido. "Tocaba el pasillo de saludar a las autoridades. Saludé a la reina, a la hija, y lo siguiente fue encontrarme con Rubiales. Le dije 'la que hemos liado' y ahí fue donde pegó el brinco. La jugadora ha sostenido que fue Rubiales el que pegó un salto sobre ella. "Ahí me sostengo, el cuerpo lo echo un poco hacia atrás, sus piernas las eleva y las pone en mi cintura. Hay un retroceso hacia atrás y me mantengo fuerte para sostenerme", ha comenzado relatando Hermoso. "Me dijo que habíamos ganado el Mundial gracias a mí. Lo siguiente fueron sus manos en mis orejas y lo siguiente el beso".

Cuestionada por la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, si escuchó a Rubiales preguntarle si le podía dar "un besito o un piquito", la futbolista ha afirmado que no. "No escuché nada, cuando él me puso las manos en las orejas lo siguiente fue darme un beso en la boca", asegura. "¿Hubiera accedido si le hubiera escuchado?", ha proseguido la fiscal. "No", ha contestado Hermoso, que ha sostenido que en ese momento era consciente de que estaba siendo besada por su jefe. "No debe ocurrir en ningún ámbito laboral".

Asimismo, ha indicado que Rubiales "manchó uno de los días más felices de su vida" y ha subrayado que ni buscó ese acto en ningún momento ni lo esperó. "Creo que se me faltó al respeto". Sobre su encuentro con el expresidente en los vestuarios, mientras las jugadoras celebraban el triunfo, ha relatado que abandonó la fiesta durante unos instantes. En ese momento, Rubiales le explicó que ya se estaba hablando mucho del beso en las redes sociales, que eso "podían pararlo" y le aseguró que lo había hecho con "efusividad".

En el autobús de camino al aeropuerto, ha contado que se le acercaron los responsables de prensa de la Federación con un comunicado "supuestamente escrito" con sus palabras y al que ella habría dado "consentimiento a que lo escribieran y lo mandaran". "Yo ya bajé, la verdad que bajé bastante como un poco atosigada. Ahí ya dije que no, que yo no iba a hablar, que yo no iba a hacer nada. Que no quería hacer nada más, y en un momento de hartazgo dije: 'Haced lo que queráis'. Y me volví a por mis maletas".

Hermoso ha querido enfatizar que el hecho de que durante esas horas no llorase o se mostrase alegre se debía a que quería disfrutar de ser campeona del mundo, lo cuál no afectaba a cómo se sentía. "No me iba a quedar ningún ápice de remordimiento de no haber podido disfrutar de ese momento. Seguía bebiendo, seguía comiendo, quería emborracharme, quería hacer lo que una futbolista o un futbolista hace con una alegría tan grande de haber sido campeona de un Mundial", ha remarcado ante el juez.

El viaje de regreso a España

Mientras hacían escala en Doha durante el viaje de regreso a España, Rubiales volvió a hablar con ella. "Me dice que por favor le ayude, que haga un vídeo con él, que se está liando mucho fuera. Le dije que no, que no iba a hacer nada, que no había propiciado nada y que no era quién para hacer ningún vídeo" ha relatado Hermoso, que además ha narrado cómo le pidió que lo hicieran por sus hijas, que estaban llorando. "Yo le dije que lo sentía pero que no iba a hacerlo. Me comentó que tenía una novia y que a ella no le había molestado. Y también me dijo una cosa, que sí que me dolió un poco: A ti y a mí nos gusta lo mismo. Dando a entender como que no tenía más importancia".

Durante su relato, la futbolista ha señalado a la Federación, poniendo de manifiesto que nunca recibió apoyo por parte del organismo: "Ni en Sídney, ni en el avión, ni en Madrid. Me sentí sola en todo momento. Suerte que tenía a mi agencia [de representación] y a mi gente conmigo. La Federación me hizo sentir totalmente sola". Por otro lado, también ha afirmado que, en las semanas posteriores a los hechos, todo lo ocurrido tuvo tanta repercusión que se tuvo que ir de Madrid con su familia. "Por un momento sentí miedo de ir por la calle. Recibí amenazas de muerte, era insostenible la situación. Mi vida cambió desde ese momento".

Después de la futbolista, que ha declarado durante más de dos horas, están citadas para comparecer como testigos este lunes la directora de fútbol femenino, Ana Álvarez Mesas, y la responsable de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez.