Vox mueve ficha en su planteamiento estratégico tras una semana clave y difícil a la vez para las siglas. Por un lado, se han consolidado como ente esencial del ultraconservadurismo y la derecha populista en Europa por la Cumbre de Madrid; y a la vez, la solidez interna de la marca —otra vez— se ha puesto en cuestión después de la salida del hasta ahora rostro protagonista en Castilla y León, Juan García-Gallardo. Tras ello, Vox alumbra un nuevo órgano político en el partido para ser más incisivos en el debate y perfilar su rol de gobierno.

Este movimiento se da, especialmente, en un momento de rivalidad máxima con el PP, en el que su líder, Alberto Núñez Feijóo, ha decidido pasar al cuerpo a cuerpo y denunciar que los de Santiago Abascal apuestan más por hacer "oposición de tumbona" y de "dedito levantado", que por tener una oferta propositiva real de alternativa de Gobierno. Génova afirma que ellos sí la tienen mientras que Bambú apuesta por el ruido. Incluso se ha llegado a denunciar que Vox es una UTE al servicio de los intereses de unos pocos.

Feijóo, de hecho, ha dado pasos estas últimas semanas para articularse como alternativa al Gobierno en materia de vivienda, con la presentación progresiva de su plan y distintas propuestas de acceso que van dirigidos a los jóvenes, los más damnificados en este aspecto. Especialmente por la dificultad de acceder alquileres rentables o permitirse la compra de un hogar. Entre las propuestas más recientes, está agilizar la construcción de nueva obra o una 'hucha hogar joven'. Ese acercamiento a un público que cada vez más se les escapa más a los populares, en vista de las encuestas, ha motivado a Vox a dar respuesta.

Los de Abascal presentaron este lunes un gabinete compuesto por doce portavoces nacionales con los que quieren pasar de ser un partido protesta centrado en "la confrontación sin más", a orientarse, sin abandonar el tono duro, hacia una organización que cuente con propuestas sólidas en diferentes áreas que, en estos momentos "preocupan a los españoles". Abascal ha delegado esta tarea de composición en el vicepresidente y secretario general, Ignacio Garriga, que supervisará el día a día del grupo y será el puente con el Comité de Acción Política (CAP) y el Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

El objetivo: analizar cuál es el debate en cada momento, abordar el asunto de forma más ágil dentro de la cúpula y trasladar un rápido posicionamiento de cada tema a los potenciales votantes. Ello, por ejemplo, en una semana en la que al grupo le sigue costando trasladar una postura firme sobre la imposición de aranceles por parte de Donald Trump a Europa. Pero también al ser conscientes de que pese a priorizar la inmigración hay otros asuntos a debate que impiden jugar esa baraja permanentemente si se quiere tener opción de gobierno.

Ese gabinete estará integrado por los tres principales portavoces: el nacional, José Antonio Fúster; la del Congreso, Pepa Millán; y el jefe de la delegación en Bruselas, Jorge Buxadé. Se complementará con nueve nombres más. Samuel Vázquez, policía suspendido que viene desde verano ejerciendo el cargo de portavoz de Seguridad e Inmigración. Recientemente, a él se le unió Ainhoa García, como portavoz de Familia y Asuntos Locales. Ahora se abre espacio a perfiles que vienen despuntando dentro de Vox, con especial guiño a las mujeres —solo tres de cada dos votantes de Vox lo son— y los jóvenes en un momento en el que un tercio del electorado de entre 18 y 24 años vota a Vox, según los sondeos. Algo que quiere revertir el PP, consciente que de ello depende su futura viabilidad.

Hay dos perfiles elegidos a conciencia para ello por parte de Vox, el de Julia Calvet, clave para Garriga en Cataluña, que será portavoz de Juventud, pero más Carlos Hernández Quero, designado para Vivienda. Es uno de los rostros al alza en el Congreso que, de hecho, suplió la semana pasada en el CEN a García-Gallardo. Contrasta, cabe destacar, con los asistentes a la cumbre de Patriotas este sábado, donde la media de edad de los afiliados era de 50 años.

El elenco se completa con Isabel Pérez Moñino, la portavoz en la Asamblea de Madrid, y apuesta de futuro del partido en la Comunidad tras la destitución y salida de Rocío Monasterio, que, por su perfil duro, será la portavoz de Agenda España; contrapeso de la Agenda 2030 en la que comulgan cuestiones como el antiglobalismo y también la inmigración. José María Figaredo tutelará las cuestiones de Economía y Energía; Rodrigo Alonso, parlamentario andaluz y líder del Sindicato Solidaridad ejercerá Trabajo y Campo; el canario Alberto Rodríguez temas de Industria; y Rocío de Meer, sobrina de Kiko Méndez-Monasterio, asesor de Abascal, se dedicará a Emergencia demográfica y políticas sociales, algo que ya viene haciendo en la Cámara Baja. Al menos dos tercios de los elegidos han nacido entre finales de los ochenta y en los noventa.

Los nuevos portavoces sectoriales de Vox, durante la rueda de prensa del partido, este lunes
Los nuevos portavoces sectoriales de Vox, durante la rueda de prensa del partido, este lunes | EFE

Alejar una imagen de atrincheramiento y descomposición

Fuentes de la cúpula de Vox acreditan que en parte esto es reacción a las críticas de Feijóo hace dos semanas. Se quiere salir de la imagen de oposición a la oposición que intenta retratar el PP, cimentado sobre todo en declaraciones de los de Abascal donde se anticipa que se votará en contra de todo lo que proponga Sánchez y su gobierno. Independientemente de si es positivo o no. Pero, además, por lo trasladado por esas fuentes, se confirma que es un intento de promocionar el talento interno de la marca después de la marcha de García-Gallardo y de haber manifestado que solo importa Abascal. Este lunes, de hecho, no se conocía que el partido fuese a anunciar este gabinete, ni si quiera se había dado cuenta de las intenciones con anterioridad.

"Con esto ponemos caras, queremos decir que hay cantera y que Vox no son solo cuatro personas", se señala en alusión de Abascal, Garriga o Buxadé. Se confirma que es una "decisión del presidente y del vicepresidente" destinado a "acelerar los pasos" de cara a un futuro Gobierno [se plantea en solitario] "para que la gente sepa que tenemos propuestas". Pero, además, para que el electorado vea que "tenemos valor humano y profesional y lo reconozca". Internamente, se destaca que "hay equipo para aburrir", una nueva promoción con la que se quiere dejar de lado el romanticismo del primer Vox del que, tras las bajas de Iván Espinosa de los Monteros y del sector ultraliberal depurado, solo quedan Abascal y un Javier Ortega Smith arrinconado y sin casi protagonismo.

Redoblamos esfuerzos para que no digan que somos 'la oposición del dedo'. Hay que entrar en los debates con propuestas y mostrando que tenemos valor humano y profesional

En oposición a las reiteradas denuncias de democracia interna o de acotamiento de los espacios que hizo García-Gallardo, Vox pretende transmitir una imagen de partido más abierto, donde hay pluralidad interna y debate. Cada portavocía nacional dará pie a un grupo de trabajo sectorial. No se descarta la ampliación de este gabinete donde, por ejemplo, cuestiones como la Cultura o la Sanidad han quedado fuera. "Lo hemos hecho suficientemente grande para que sea dinámico", consideran fuentes nacionales del partido, que no descartan que puntualmente, aspectos como el sanitario puedan ser abordados, por ejemplo, por la responsable de Políticas Sociales. Cuando se habla de "imagen de Gobierno" no se hace con intencionalidad de hablar de un 'Gobierno en la sombra', sino de dar visibilidad de capacidad de gobierno y gestión.

Con todo, lo vinculan a la necesidad de "seguir creciendo" en un momento de ascenso en los sondeos en el que, además, el partido tiene cada vez más peso internacional. "Redoblamos esfuerzos, para que no digan que somos la oposición del dedo, hay que entrar en los debates", argumenta una fuente de la dirección nacional en alusión al PP.

Condenados al entendimiento con el PP

Pese a obviar al PP —y al PSOE— en la cumbre del sábado [André Ventura, el homólogo de Vox en Portugal consideró que "Feijóo y Sánchez son lo mismo"], Abascal cargó duramente contra los populares y para reivindicar su liderazgo interno en una cita con afiliados el domingo en Murcia, donde reunió a 1.400 personas. "No hay crisis internas en Vox, es ruido periodístico. Vox es un partido que defiende el mismo programa desde hace diez años y mientras siga siendo presidente no va a ser ni manejable ni dirigible por nadie ajeno a Vox. Solo obedezco a los militantes, aquí ni hay baronías ni emperadores, solo un presidente elegido por aclamación hace un año sin oposición", reafirmó Abascal.

Respecto a los populares, y aupado por los socios europeos horas antes, Abascal subió el precio para un acuerdo presupuestario en los territorios pasando de exigir ruptura en Bruselas con los socialdemócratas en cuestiones como el Pacto Verde o la inmigración. La ruptura con el S&D dejaría sin mayoría a Ursula von der Leyen. En plena ofensiva estratégica de Vox, para reafirmarse como la oposición natural a Sánchez y a sus políticas frente a la "oposición numérica" del PP, por contar más representación, en la que además de este gabinete entran en juego los presupuestos de 2025 aún pendientes en las comunidades, fuentes nacionales del partido matizan que, de haber mayoría clara entre el PP y Vox en el futuro, tendrá que hacerse 'tabula rasa'; empezar de cero.

Tendrá que haber entendimiento. Se justifica así, por tanto, una dureza por cuestiones electoralistas. No obstante, las mismas fuentes ven claro que Sánchez se prolongará en el gobierno hasta final de legislatura. "No hay elecciones a la vista", entienden.