La suya es una historia a la que no le falta casi de nada. Discrepancias teológicas y doctrinales, denuncias cruzadas, amenazas de desahucio, excomuniones, falsos obispos franquistas, negocios rocambolescos… El último episodio de las exmonjas de Belorado, las religiosas cismáticas que que tildan de herejes a todos los Papas posteriores al Concilio Vaticano II, es una venta de lingotes de oro que ya investiga la Justicia. Hace apenas una semana saltó la noticia de que las exreligiosas Clarisas, hoy convertidas en asociación, habrían vendido 1,7 kilos de oro. Una operación con las que obtuvieron 130.000 euros. La cuestión que ahora se debe determinar es de quién eran realmente esos lingotes, ¿de las monjas cismáticas o de las entidades jurídicas canónicas titulares de los monasterios?

La exabadesa del monasterio de Belorado, Laura García de Viedma, ha publicado este miércoles un vídeo en el que asegura que se trata de una cuestión financiera, "como en todas las casas" que no suele conocerse "pero en este caso hay un interés en que todo esto se sepa y por eso puede parecer más o menos escandaloso". A lo largo de cuatro minutos relata que fueron las propias religiosas, bajo el asesoramiento de expertos, las que en 2020 habrían tomado la decisión para salir de las dificultades económicas en las que les dejó la pandemia: “Fue una operación de prudencia económica”, asegura. Destaca el impacto que tuvieron en sus negocios los cierres y los costes económicas del Covid, “lo que nos pasó fue una hecatombe económica”.

Recuerda que tener que cerrar los negocios de dulces con los que se financiaban, así como el incremento de precios del chocolate y los frutos secos, “en hasta un 100% 0 150%”, les afectó mucho: “Era difícil seguir adelante”. Por eso optaron por un cambio en sus finanzas. El camino se lo marcó lo ocurrido a “la madre Nieves, que vino de Bergara”. La religiosa, según su relato, tenía “muchas acciones” del Banco Popular que con la venta de la entidad financiera, -sumida en una profunda crisis- “por un euro” se devaluaron “hasta hacerle perder 120.000 euros”.

La exabadesa de Belorado detalla cómo las religiosas del monasterio burgalés contaban con acciones del BBVA adquiridas con los ingresos “de nuestro buen hacer durante años”: “Veíamos que las acciones bajaban y bajaban y no estábamos para perder dinero”. Fue entonces cuando según afirma se tomó la decisión de vender las acciones e invertir en oro, “que creíamos que era más estable”.

250.000 euros en oro

Y hasta ahí. Quien fuera Sor Isabel de la Trinidad y a la que hoy la Iglesia ni siquiera reconoce como monja, no hace ninguna referencia a la venta reciente de aquel oro comprado en 2020. Es precisamente en ese movimiento donde se centra la investigación de la justicia ahora en marcha sobre una operación que suscita dudas.

Unos recursos que presuntamente habrían invertido en lo que han presentado como el primer ‘restaurante de clausura’ en España. Las monjas excomulgadas habrían alquilado el Hotel Ribera del Chicu, en la localidad asturiana de Arriondas. Un complejo que, además de permitirles poner en marcha el nuevo negocio de hostelería, les facilitaría convertirlo en la nueva sede de su vida monacal. El carácter de clausura incluso aseguran que intentarán preservarlo, al limitarse a cocinar sus recetas pero no a atender al público, servicio que se asignaría a personal contratado.     

El Arzobispado de Burgos ha reconocido aquellas compras de oro. Incluso las ha detallado. Fueron siete adquisiciones entre los meses de julio y agosto de 2020 por un montante de 250.000 euros. La mayor parte, 195.686 euros, corresponden a compras realizadas por la comunidad de las Clarisas del Monasterio de Belorado y los 56.480 restantes por el Monasterio de Derio (Bizkaia), también perteneciente a esta orden. “Fueron adquiridas legalmente y pertenecen a las entidades jurídicas canónicas” de cada uno de los monasterios, ha recordado el Arzobispado.

Lo que ahora se trata de determinar es si, una vez excomulgada y expulsada de la orden de las Clarisas, la exabadesa tenía capacidad legal para vender el oro que se compro hace cuatro años. Según el Arzobispado, no: “El único que puede hacerlo es quien ostenta la administración y representación legal de los monasterios, que es el Comisario Pontificio, reconocido a todos los efectos por todas las administraciones públicas y las entidades económicas y financieras”.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Briviesca es el encargado de realizar la investigación por si pudieran haber incurrido en un delito por la venta ilegal de unas piezas de oro que no eran suyas. Por ahora la Policía ha pedido a la empresa que compró y pagó por el oro vendido por las exmonjas para que “se abstenga de realizar cualquier actuación” con el oro.

El Arzobispado ha pedido que se esclarezca quién es la titular de la cuenta bancaria donde se habría ingresado el dinero de la venta del ‘oro cismático’ vendido. Recuerda que no ha sido en ninguna de las cuentas de las “entidades jurídicas monásticas legalmente reconocidas”.