María Jesús Montero, la gran ausente este miércoles en el Congreso de los Diputados por enfermedad fue la máxima protagonista del debate parlamentario en un momento en el que PSOE y Sumar prolongan a un tercer día su choque por la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Con la posibilidad abierta de que los magentas instalen un bloque de oposición a la supresión de la exención histórica para los perceptores del salario mínimo, al que podrían adherirse desde populares hasta incluso Vox, el socio minoritario del Gobierno de coalición confía en una pronta rectificación de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, o bien que los propios socialistas la hagan rectificar.
Conscientes de que la ausencia de reparos por partes de Montero y el PSOE deja expuesta a la coalición frente a su electorado, dado que la tributación se come la mayor parte de los cincuenta euros de subida del SMI para este año, los magentas alertan de un daño colateral para los socialistas en Andalucía. Especialmente cuando la vicepresidenta primera, ministra y vicesecretaria general del PSOE ha asumido ya las riendas de la secretaría general de la federación y se medirá en las próximas elecciones autonómicas de 2026 contra el popular y actual presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla.
Hay que tener en cuenta que Andalucía es uno de los territorios con más perceptores del SMI. Según una estimación para la subida anterior, el año pasado, desarrollada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social que lidera Yolanda Díaz, 510.500 personas cobraban el sueldo mínimo en la región de los algo más de 2,5 millones totales. Son un quinto del total, seguidos por Madrid, Valencia o Cataluña con algo más de 300.000. De hecho, la propia Díaz hizo un inciso este martes al respecto en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que se evidenció la disonancia entre socios: "El 12,9% de la población asalariada andaluza" recibe el SMI. "Este dato es clave para ver la importancia que esta herramienta tiene" en la comunidad, la segunda con más desempleo.
La posición de Montero, "incomprensible" para Sumar
"Incomprensible", es el término que utilizan fuentes nacionales de Sumar al ser consultadas por la posición de Montero respecto a la tributación. "Nos parece incomprensible que un miembro del PSOE o el propio partido apoye esta subida. Es de completa antipolítica, absurdo, no es de un partido progresista", se quejan.
"A Montero le va a ser muy difícil, si no hay un cambio antes, justificar esa medida en la carrera electoral de 2026". "¿Cómo se va a presentar ante los andaluces y decirles a miles de ellos que les ha quitado 50 euros y que le tienen que votar?", se muestran indignadas las mismas fuentes. Sobre todo se señala la brecha de género que existe entre los usuarios del SMI. "Va contra las mujeres andaluzas", dicen. Desde el ámbito más próximo a Díaz, se recalca esta idea. Es más, aprecian que "esto le hace un daño terrible" a Montero.
Esto le hace un daño terrible a Montero. Es una decisión absurda, antipolítica e impropia de un partido progresista
De esos 50 euros que elevan a 1.180 euros el salario mínimo, fuetes del Grupo Plurinacional calculan que al menos 30 serán papel mojado por esa tributación [para los que menos bonificaciones tengan]. Otras figuras del grupo matizan que solo afectará a los perceptores sin cargas familiares o hijos, generalmente a personas solteras, dado que el resto tienen otro tipo de bonificaciones que cubrirán ese efecto. Ahora bien, entienden que el compromiso debe ser firme para todas las personas. "Es una cuestión de política, y ahora tampoco corresponde, con los altos precios de la vivienda, hacer políticas que haría un partido de derechas", sentencian. "Si el afán de Montero es recaudatorio, que empiece con el impuesto de sociedades", puntualizan, ello cuando Díaz señaló en esa rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que las cargas tributarias de las empresas son muy bajas, del 3,6%, en comparación con la de las familias.
La idea de Sumar, pese a todo, es que se conseguirá que el PSOE cambie de parecer sin llegar a ir a un choque total en el Congreso de los Diputados, donde, apuntan, los socialistas "tienen mucho que perder y pueden quedarse solos". Este miércoles, mientras acontecía la sesión parlamentaria, diversas figuras de los magentas confiaban en la rectificación tanto en privado, como en abierto. De los segundos, es el caso de Tesh Sidi, de Más Madrid, o Toni Valero, de IU, ambos parlamentarios de Sumar.
Hay un margen de actuación, con todo, de un año. Dado que la medida no tendrá carácter retroactivo, explican en Sumar, sería efectiva cuando llegue el proceso de declaración de la renta de 2026. Para entonces creen que estará solucionado.
Los magentas avanzan la idea de llegar a un consenso con los socios progresistas, caso de Podemos, EH Bildu, o ERC, que se abre a "apoyar la primera iniciativa que llegue"; el PNV, y también con el PP. Magentas, morados y populares presentaron este martes tres proposiciones de ley para devolver al SMI la exención de tributación.
La duda es qué desenlace tendrán todas las normas. El PP parece tener lejano su cupo en el Congreso para incluir en pleno su propuesta, si se califica en la Mesa. Podemos solo tiene un hueco en todo el periodo de sesiones, y Sumar sí que parece que puede tener oportunidad en las próximas semanas. Otra cuestión es si el PSOE impondrá un veto a las iniciativas. De ser así, PP y Sumar, que tendrían mayoría en la Mesa y podrían levantarlo, pero eso sería un antes y un después para la coalición. Los magentas vienen denunciando que su socio mayoritario ha tenido varios desplantes con ellos que han quedado mermados, como el voto en contra para elevar la tributación de las socimis vinculado al paquete fiscal. El PSOE lo pactó con ellos para acabar tumbándolo con Junts.
La advertencia de Sumar, aunque dirigida para meter presión a los socialistas, radica de fondo en una idea de que la desafección entre los simpatizantes del PSOE que no votarían a ninguna opción de su izquierda puede perjudicar a una hipotética suma alternativa a la del PP andaluz. Desde facciones de IU evitan ponerse en ese escenario, piensan que todo se resolverá antes. No ha habido, de hecho, posicionamientos de líderes como la de Por Andalucía en el Parlamento andaluz, Inmaculada Nieto, que pertenece a IU. Tampoco de Esperanza Gómez, de Sumar Andalucía. Ni si quiera ha tocado el tema Podemos, que a diferencia de lo que sucede a nivel nacional, se muestra más proclive a repetir alianza.
La duda será Adelante Andalucía, la izquierda anticapitalista que persigue perfil propio. Su portavoz parlamentario, José Ignacio García, fue muy beligerante contra Montero tras conocerse la decisión, y la resistencia del PSOE. Rechaza las explicaciones de Montero sobre que se trata de "pedagogía fiscal". "Esto lo hace el Gobierno del PSOE con Sumar, que no sé que hacen todavía", criticó García, recalcando que Andalucía es la más perjudicada.
El PSOE admite que le perjudica en términos generales
Sin entrar en la cuestión andaluza, y en privado, distintos dirigentes del PSOE acreditan que esta situación les hace daño. Todo pese a que perfiles como Patxi López, el portavoz parlamentario, defendió en el Congreso que aunque no es agradable el choque, el SMI "tiene que tributar". La prioridad es cerrar esta crisis cuanto antes, porque lo que debería ser una noticia positiva para el Gobierno, puede desgastarles. Se deja la puerta abierta a una solución en próximas fechas. Pero esa rectificación que pide Sumar no llega en público.
Hilado a la cuestión de "pedagogía" a la que invita Montero, desde el PSOE insisten en la progresividad fiscal y que, tras una subida como la experimentada desde 2019, no puede mantenerse la exención. "La izquierda no puede favorecer a los populistas fiscales que dicen que el dinero está mejor en el bolsillo de la gente, sin pararse a pensar cómo se pagan" los servicios públicos. A juicio de fuentes socialistas, el impacto de esa tributación será mínima tras subir un 61% el sueldo mínimo. Recalcan que el ascenso de ese salario ya colinda con otros sueldos que, por una diferenciación muy pequeña, por ejemplo 20 euros, fijados en 1.200 euros, sí deberían pagar ese IRPF. Diferenciar por categorías con un margen tan escaso sería una deslegitimación del sistema.
El problema de los socialistas ha sido la falta de explicaciones y la renuncia a las mismas, mientras que el argumento de Sumar, de que las ventajas fiscales en IRPF aprobadas para los caseros que abaraten sus rentas de acuerdo al precio real del mercado establecen una diferencias sociales abismales. El frente que tiene el PSOE por delante es resolver de qué manera saldrá de esta encrucijada autoimpuesta.
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