El historiador Julián Casanova, que ha publicado este miércoles una nueva biografía de Francisco Franco, ha lamentado que se defienda la memoria histórica de las víctimas de ETA sin haber encontrado a los muertos que provocó el franquismo en España, en relación con el discurso de la productora de la película La infiltrada, María Luisa Gutiérrez, en la gala de los Premios Goya el pasado 8 de febrero.

"No hemos solucionado las cunetas. No puedes echarle tierra encima a los de las cunetas pensando 'a los de ETA no'. Son palabras vagas, lo que tienes que decir es que no puede ser que miles de personas no hayan encontrado a sus muertos. Lo que cuenta 'Patria' (el libro de Fernando Aramburu), esa gente tiene certificado de defunción, los que están en las cunetas no y sus familias no saben ni donde están. Eso está al margen del discurso político", ha explicado Casanova en una entrevista con Europa Press.

Gutiérrez, que dedicó el Premio Goya a la Mejor Película --ganado 'ex aequo' junto con 'El 47'--, destacó durante su discurso que "la memoria histórica también está para la historia reciente de este país", algo que Casanova cree que se ha interpretado como una forma de "metérsela" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presente en la gala.

"A la gente que le gusta esto dice: 'mira, cómo se la ha metido a Sánchez'. No puede ser, a mí ni se me ocurre. La inteligencia hay que utilizarla para algo, encima con tanta ignorancia. Eso sí, que diga que hay que hacer estas películas para hacer Torrente, lo hemos sabido todos. Todos sabemos que esto funciona, pero de ahí a ese discurso... No me preocuparía mucho si no fuera por la atmósfera que estamos viviendo", ha añadido.

El historiador, que se considera un gran "cinéfilo" y que ha trabajado como asesor histórico en películas como Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar, ha defendido que él no hace "uso político del cine".

"Cabemos todos, los que no caben son los que quieren excluir, pero ahora hay más gente que quiere excluir, por lo que vamos cabiendo menos. Las políticas de exclusión de Franco, que las habíamos superado, volvemos a ellas", ha lamentado.

"Nada raro" en conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Franco

Casanova, que firma una nueva biografía del dictador pensada para los lectores del siglo XXI, 'Franco', en la que pone el acento en cómo condicionó Francisco Franco Bahamonde la historia contemporánea de España, ha precisado que "no hay nada extraño" en conmemorar el 50 aniversario de su muerte porque es "historia" y porque supuso la derrota del fascismo que trajo la democracia.

"¿Cómo un historiador va a decir algo en contra de conmemorar, de que salgan libros, haya congresos y lleves la nuevas versiones de Franco para la gente que no lo ve? Nadie en ningún país hace unos años hubiera tenido problemas por decir que hace 50 años que a Mussolini lo encontraron colgado cabeza abajo. Ahora sí, porque ya hemos cambiado. Nada extraño hay (en conmemorar). Hay gente que dice que es remover el pasado, entonces qué quieres, ¿qué no haga historia? (...) El Gobierno tiene razón en una cosa, que para que haya democracia en el 46 en Alemania, tiene que aparecer la derrota del fascismo, y para que haya democracia en España un requisito es que muera Franco. Su muerte es el preámbulo de lo que va a pasar", ha apuntado.

En ese sentido, Casanova ha relacionado la ausencia del Rey Felipe VI al acto de inaugural del cincuentenario con que se habrá "dado cuenta" de que su padre, el rey emérito Juan Carlos I, no estaba predestinado a ser un rey demócrata. "El Rey sabe lo que hace", ha apuntado.

Ni austero ni pacifista

En esta nueva biografía, Casanova trata de derribar algunos de los mitos que han rodeado a la figura de Franco, como "la austeridad" que se relaciona con el régimen franquista, que a Franco "no le gustaba la guerra" o que salvó a España de entrar en la Segunda Guerra Mundial.

"Creó el mito de que libró a España de la Segunda Guerra Mundial. Lo cual, además, siempre se considera una gran bondad. Si hubiéramos entrado en la Segunda Guerra Mundial de verdad, él hubiera desaparecido en 1945. La gente no piensa", ha manifestado.

Sin embargo, Casanova -- que es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza y profesor visitante en la Central European University de Budapest-- ha señalado que ve entre los jóvenes una "banalización" de la figura del dictador y que por eso, siempre le dice a sus alumnos que lean, viajen y "aprendan idiomas", para tener "pensamiento crítico".

"De repente reaparece en Europa el fantasma del pasado y en Europa se revisa la historia y ahora Mussolini ya no era un fascista. Como profesor diría que no es lo mismo la dictadura que la democracia, al joven le diría 'no, no te lo creas'. En la democracia pasa esto, en la dictadura pasa lo otro. Que tú no tengas ahora muchas expectativas sobre tu futuro, aunque tienes a tus padres, seguridad social, no te lo creas. A mis alumnos les digo que tienen el privilegio de vivir en unas sociedades avanzadas. Fíjate que si estuviéis en Gaza o en cualquier otro sitio, entonces hacer lecturas críticas, leed, leed, que es un privilegio", ha concluido.