La crisis en el seno de la coalición no ha remitido pero lo que el ala socialista no quiere hacer es agravarla públicamente, aunque mantenga sus tesis. Pedro Sánchez tuvo la oportunidad este miércoles de defender la tributación del salario mínimo interprofesional (SMI) en el Congreso, tras la pregunta de Alberto Núñez Feijóo, pero eludió hacerlo, como había ocurrido hace justo una semana. El presidente prefirió reivindicar el alza del suelo retributivo, sacar pecho de los buenos números de la economía, pero sin profundizar en la brecha con Sumar. El careo en la Cámara baja con el líder del PP se quedó, como suele, en un cruce de duros reproches. Desde el "nunca un Gobierno ha sido tan inútil, tan caro y tan dividido como el suyo" que le dijo Feijóo hasta el "es un colosal engaño" que le replicó el jefe del Ejecutivo.
¿Cómo va esto, señoría? ¿Ahora los mileuristas son los nuevos ricos de la época sanchista? Usted no encuentra recursos para bajar el IRPF al salario mínimo, pero sí para gastarse 2.000 millones de euros en controlar Telefónica", le reprocha Feijóo
"¿La vicepresidenta [Yolanda] Díaz sabía que los perceptores del salario mínimo iban a pagar IRPF o mintió cuando dijo que se enteró por la prensa?", disparó primero Feijóo. No era la pregunta registrada en la Cámara baja —la que constaba en el orden del día era si le preocupa "la calidad de vida de los españoles"— y Sánchez se quejó aunque admitió el quiebro: "Hombre, hablando de las retenciones en el IRPF, ¿los sobresueldos de Bárcenas a la dirección del Partido Popular? Eso seguro que no se retenía en el IRPF. En todo caso, ustedes preguntan por el bienestar de los españoles y yo les voy a responder. En el año 2018 el salario medio en nuestro país era de 1.700 euros. Hoy es de 2.100 euros. En el año 2018 la pensión media era de 1.000 euros. Hoy es de 1.500 euros. En el año 2018 había 19 millones de personas ocupadas. Hoy hay casi 22 millones. Señor Feijóo, ¿sabe cuál es el patrón? Empieza a adivinarlo. Que la diferencia entre lo que les preocupa a ustedes y lo que nos preocupa a nosotros se mide en números. Y a diferencia de ustedes, señoría, los números no engañan".
"Es usted tan constante en no responder como en saquear a los trabajadores españoles", le replicó de vuelta Feijóo. El líder del PP reprochó a Sánchez haber subido "97 veces los impuestos", "y sigue", y "la gota que colma el vaso es que pretenden que los mileuristas también paguen". "¿Cómo va esto, señoría? ¿Ahora los mileuristas son los nuevos ricos de la época sanchista? Usted no encuentra recursos para bajar el IRPF al salario mínimo, pero sí para gastarse 2.000 millones de euros en controlar Telefónica", le espetó. Y le sacó a colación el aumento de "400 asesores más" respecto al Ejecutivo de Mariano Rajoy o que no haya "dinero para el tren a Extremadura".
Yo no sé si usted no es presidente porque no quiere, pero España no merece la oposición que usted hace", le espeta Sánchez de vuelta
El jefe de los conservadores acusó al Gobierno de "freír a impuestos" a los ciudadanos mientras se afana en "cesiones para sus socios, mordidas y pisos para su entorno y sus ministros". Este es, para el PP, "el Gobierno más caro de la democracia". "¿Cómo nos van a respetar en el mundo si a usted no le respeta a la vicepresidenta [segunda] del Gobierno? ¿Cómo va a creerle usted hablando de aranceles si el mayor arancel se lo pone a los trabajadores más modestos? Señor Sánchez, nunca un Gobierno ha sido tan inútil, tan caro y tan dividido como el suyo", remachó.
Sánchez no regresó al SMI en su réplica. Recordó las cifras de afiliados a la Seguridad Social —casi 22 millones—, la reducción de la tasa de pobreza. Y salió al ataque contra Feijóo. "Tengo que decirle que después de escucharle una y mil veces en las sesiones de control, es usted para la política española lo que es la criptomoneda de [Javier] Milei para los votantes argentinos. Un colosal engaño. Usted vino aquí y se presentó ante la política española diciendo que iba a traer la política para adultos. La política para adultos era hacer propuestas, moderación, pactos de Estado y lo que trae ha sido bulos y crispación. Fíjese, el señor [Miguel] Tellado, el señor [Esteban] González Pons y Miguel Ángel Rodríguez. Esos son los estadistas con los cuales usted comparte la estrategia política. Gente que amenaza en las redes sociales a los medios de comunicación de cerrarlos. Gente que utiliza datos privados para defender lo indefendible y es precisamente defender a la señora [Isabel Díaz] Ayuso de la mala gestión que hizo de las residencias de mayores durante la pandemia de la covid-19. Señor Feijóo, yo no sé si usted no es presidente porque no quiere, pero España no merece la oposición que usted hace".
Sánchez se refería por tanto al uso que el portavoz de los populares, Miguel Tellado, ha hecho de las acusaciones del empresario imputado Víctor de Aldama contra el exministro Ángel Víctor Torres —y que este desmintió con pruebas ayer—, y también a los tuits ofensivos contra los familiares de las víctimas que murieron en las residencias madrileñas en lo peor de la primera ola de la pandemia, un mensaje por los que se disculpó pero que se negó a retirar.
Montero sí defiende el pago del IRPF, que supone no que Hacienda recaude más, sino que "no recaude menos", y recuerda que el 80% de los que cobran el SMI seguirán sin tener que tributar nada
La tributación del SMI estuvo muy presente durante toda la sesión de control. Para empezar, en la siguiente pregunta al presidente, la que le dirigió la portavoz de Junts, Míriam Nogueras. La diputada posconvergente defendió un SMI territorializado, porque el coste de la vida en Cataluña es "más caro que en cualquier otro punto del Reino", ya que "con 20 euros" se pueden hacer "muchas menos cosas" que en otras partes del país. El líder socialista incidió en que el Ejecutivo ha subido el salario mínimo un 61% en los últimos siete años y en que pretende seguir haciéndolo el resto de la legislatura. Y le remarcó que no defiende la política fiscal de Junts ni del PP, que "siempre baja impuestos cuando está en la oposición" y cuando gobierna, "no hace sino crujir a la clase media trabajadora".
Quien sí defendió la tributación del SMI fue la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, con Yolanda Díaz sentada a su lado. No se trata de recaudar más, sino de "no recaudar menos", explicó, porque si se elevara el mínimo exento, como ocurrió en los años anteriores, Hacienda pierde ingresos (en torno a 2.000 millones de euros), ya que automáticamente tendría que ajustar la imposición de los salarios inmediatamente superiores para corregir el llamado error de salto —que los sueldos brutos algo por encima del SMI no perciban menos en neto por el efecto del pago del IRPF—.
"Esa es la propuesta que está detrás de la exención que proponen algunos grupos", criticó la vicepresidenta primera en referencia a las proposiciones de PP, Sumar y Podemos que piden revertir la decisión de Hacienda y que los perceptores del SMI sigan sin pagar el IRPF. Montero reiteró que el 80% de los que lo cobran seguirán sin tributar porque podrán acogerse a deducciones por sus circunstancias familiares, insistió en que el Gobierno no ha subido la presión fiscal a las rentas bajas y medias, la ha bajado. Pero si el Ejecutivo quiere seguir elevando el SMI, como pretende, necesita esos recursos. Impuestos que son precisos para sostener el Estado del bienestar, subrayó. A su izquierda, tenía a Díaz, con gesto en ocasiones serio, evitando a veces el aplauso a su compañera de Gabinete. La crisis interna no se ha cerrado.
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