El Grupo Popular votará a favor de la Proposición no de Ley de Junts por la que se insta al presidente del Gobierno a someterse a una cuestión de confianza, según fuentes del primer partido de la oposición. La propuesta se debatirá el próximo martes para ser sometida a votación de la Cámara el miércoles. En todo caso, la PNL no tiene ningún efecto práctico, pues la decisión de someterse a una cuestión de confianza compete en exclusiva al presidente del Gobierno, como lo es nombrar y cesar a sus ministros o disolver el Parlamento para convocar elecciones, y así lo reconocen explícitamente los diputados de la derecha independentista. Pero la de la cuestión de confianza no deja de ser otra pieza en la estrategia de presión a Moncloa que puede ser activada en cualquier momento.

Aunque en el PP no se comunica el sentido del voto a los diputados hasta el último momento, para, entre otras cosas, no ahorrarle al Gobierno ni un ápice de incertidumbre y agonía parlamentaria, en el Grupo Popular dan por hecho que deberán apretar el botón del 'sí', salvo un cambio de última hora, nunca descartable, conforme a unos escenarios políticos que cambian de un día para otro. Se trata de demostrar "la debilidad parlamentaria de Sánchez", explican las distintas fuentes consultadas.

Coincidencias entre ambos partidos

Que PP y Junts coincidan en las votaciones ha pasado a formar parte del paisaje cotidiano. Esta semana pasada salió adelante con el voto de ambos partidos una moción del PP sobre vivienda incluido un punto para acabar con la okupación y la inquiokupación entre 48 y 72 horas. Tampoco tenía efectos prácticos. Pero hay una proposición de ley en este sentido aprobada en el Senado, susceptible de conseguir los apoyos en el Congreso si sale de lo que los populares llaman el "congelador" de la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol.

Desde Génova niegan en redondo un frente común, estable, con los de Carles Puigdemont, a pesar de sus cada vez más frecuentes coincidencias parlamentarias en materia económica, normalmente con el concurso también de los votos de Vox. Está por ver qué hace Santiago Abascal el próximo miércoles, pero para el primer partido de la oposición respaldar la propuesta de Junts no deja de recordar a Sánchez la fragilidad de sus apoyos, además de poner de manifiesto la existencia de otra mayoría alternativa, aunque nunca se pondrá de acuerdo para una moción de censura.

Filibusterismo parlamentario

Los cuatro representantes del PP en la Mesa del Congreso defendieron desde el principio que la propuesta se calificase y se debatiera en pleno. Enfrente estaba la mayoría que conforman PSOE y Sumar en el órgano de gobierno de la Cámara Baja que, en dos ocasiones, dilató la decisión en una actuación inédita, de cierto filibusterismo parlamentario, incluso en contra del informe de los letrados de la Cámara. Finalmente, el martes pasado se calificó la PNL y Junts se apresuró a incorporarla en su cupo de proposiciones para su debate el martes de la próxima semana en la Cámara.

El Gobierno siempre se resistió a dar trámite a esta propuesta y sólo cuando Junts la convirtió en moneda de cambio para respaldar el segundo decreto ómnibus que contenía, entre otras cuestiones, la revalorización de las pensiones, las ayudas a los damnificados pro al Dana y las bonificaciones para el transporte público, los socialistas se tragaron el sapo. "No tiene sentido su astracanada. Ellos sabrán si se van con PP y Vox", decían en Moncloa respecto a la iniciativa de la derecha independentista, que generaba, a su juicio un procedente peligroso.

Normalizar las derrotas en el Congreso

Con otras palabras, mucho más suaves, la ministra portavoz, Pilar Alegría, defendió de manera reiterada desde la mesa de las ruedas de prensa de Moncloa que la exigencia de Junts tenía problemas tanto de fondo -"es prerrogativa del presidente", dijo- como de fondo- "el gobierno cumple con sus compromisos-. Pero una vez más debieron dar marcha atrás. A estas alturas han asumido el riesgo de perder esa votación en una estrategia por la que pretenden normalizar sus derrotas parlamentarias. "Si se pierde, se pierde. No pasa nada", confesaron a El Independiente en el equipo presidencial. La suerte está echada.