Por segundo año consecutivo, Santiago Abascal acudió este jueves invitado como ponente a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) de Washington, la cumbre de mayor relevancia dentro del mundo ultraconservador a nivel global. El año pasado, el apretón de manos inmortalizado junto a Donald Trump abrió la senda hacia la consolidación del perfil internacional del partido y de Abascal, destapó el giro europeo hacia las alianzas con Viktor Orbán y Marine Le Pen. Esta edición, que se prolongará hasta el sábado con el cierre del propio Trump, tiene mucho más significado para esos socios: de celebración tras la victoria del republicano y su retorno a la Casa Blanca. Una oleada, en definitiva, para Occidente, de la que ya se empiezan a ver los primeros efectos.
A falta de saber si el sábado habrá fotografía nuevamente con el magnate, Abascal va a aprovechar su estancia hasta entonces para reunirse con distintos actores de la Administración como ya hizo hace un mes en la víspera a la toma de posesión del presidente. Lo hace acompañado del director de Disenso, Jorge Martín Frías, del vicepresidente de Patriotas por Europa, Hermann Tertsch, y del director de Foro Madrid, Eduardo Cader.
La intención de seguir estrechando vínculos con el trumpismo, tras la escenificación de la cumbre de Madrid con Patriotas, se da en un momento delicado en el que el seguidismo ya empieza a poner a Vox frente a sus propias contradicciones. Primero con los aranceles a la Unión Europea, y ahora respecto a la guerra en Ucrania. Y, en vista a los microdatos del CIS y encuestas concretas sobre Ucrania, como la de GESOP en diciembre, pueden ir en prejuicio de una parte importante de su propio electorado. Este jueves Abascal omitió aludir al papel de Trump con Ucrania y se limitó a culpar a la UE de haber financiado con la compra de gas a Putin a la vez que desatendía su defensa y la confiaba en EE.UU. Avaló que Trump defienda "los intereses de sus ciudadanos" respecto a los aranceles.
Insiste en que "el peor arancel" es Bruselas
Respecto a la cuestión arancelaria, en Vox tuvieron desde finales de enero a principios de febrero una evolución en el discurso. Primero se justificó que Trump pudiese adoptar la imposición de gravámenes a productos europeos por el interés de defender a su pueblo, y se optó por señalar que es de difícil comprensión en Europa porque la UE no vela por los intereses de sus ciudadanos. A ello se sumó la rebaja del impacto que supondrían esos aranceles, atribuyendo mayor relevancia a las políticas agrarias, industriales y climáticas de Bruselas. En eso insistió desde Washington.
Se redobló ese argumento en la cumbre de Madrid junto a los socios europeos, y se insistió que con gobiernos afines a Trump el impacto sería mínimo. Todo pese a que la imposición arancelaria es homogénea para toda Europa. Tanto para España, con Pedro Sánchez al frente, como para la Hungría de Orbán o la Italia de Giorgia Meloni. Finalmente, cuando Trump fijo un 25% de aranceles al acero y un 10% al aluminio, a falta de ver cómo se establecerán otros a la industria agroalimentaria, por ejemplo, Vox cambió el tono y espetó que "es probable" que esas tasas "dañen" a la economía española.
Pese a estar en descrédito por la aplicación de la cocina para la estimación electoral, es decir, la adaptación de la muestra a la realidad social, el conjunto de microdatos del CIS son los más completos de los que se pueden disponer en España. En su edición de febrero, el barómetro preguntó a los encuestados sobre la percepción que tienen de las amenazas arancelarias de Trump. Generalmente, esta es negativa. Sorprende que de los votantes que recuerdan haber votado a Vox en las últimas generales de 2023, el 63,1% de ellos creen que el impacto será muy negativo.
El 61,3% de los votantes de Vox, según el CIS, se muestran entre bastante y muy preocupados por el efecto arancelario de Trump en España
En concreto, el 41,5% asegura estar "bastante preocupado", y "muy preocupado" el 21,6%. Solo dos de cada diez lo descartan. Hay que recordar que, según la profesión, ese estudio fija en torno al 20% y el 33% el respaldo electoral de Vox en el sector primario y el secundario respectivamente, los que se verán más afectados. Queda por conocer qué productos españoles se verán gravados por la Administración Trump llegado el momento. Pero a los aranceles ya impuestos desde hace años a la aceituna negra de mesa, se espera que se añadan tasas al vino, al aceite de oliva o la cerámica, entre otros. Pueden oscilar entre ese 10% y 25%. Si a los problemas que ya pueden tener los agricultores de por sí, por influencia o no de las decisiones europeas, se añaden estos aranceles, los afectados que voten a Vox buscarán una respuesta por parte de su partido.
Vox tiene por delante tejer un discurso sólido que le permita seguir bajo la cuerda de Trump y no ver desmantelado un nicho importante de su voto como es el rural. Un posible termómetro de ese impacto, si los aranceles empiezan a estar vigentes a mitad de este año, serán las próximas elecciones de Castilla y León, que se adelantarán previsiblemente a finales de este año. Desde el PP son conscientes, de hecho, de la ventana de oportunidad para competir ahora por el voto del campo con Vox, después de un efímero intento de cara a las europeas que quedó pronto en un segundo plano.
El PP quiere exprimir la contradicción de Vox con Trump en el sentido arancelario, aunque sin una confrontación directa, sino señalando el perjuicio que suponen, sin ataduras con Trump, aunque sin entrar en el cuerpo a cuerpo con el magnate como ha hecho Sánchez y la izquierda.
Ucrania, un punto de inflexión
A diferencia de los aranceles, la cuestión de Ucrania golpea con mayor impacto en Vox por el momento, las negociaciones que se están dando y el interés de Trump en poner fin al conflicto rápidamente como prometió el campaña. Hay un precedente significativo: el paso de ECR a Patriotas por Europa en septiembre. En ECR se integran partidos ultraconservadores pero claramente atlantistas y comprometidos con la defensa de Ucrania frente a la agresión rusa. El paso al grupo de Orbán, prorruso, junto a Le Pen, que en el pasado se ha financiado gracias al Kremlin, o a los austriacos del FPÖ, claramente alineados con Putin y críticos con las sanciones europeas al país. Vox salió en tromba a apagar cualquier duda sobre su posición a favor de Ucrania y de la OTAN. El propio Jorge Buxadé lo trasladó en una entrevista con El Independiente.
La cumbre de Madrid fue el primer contrapunto. En enero de 2022 diversos socios firmaron una declaración culpando a Putin de la agresión ucraniana, pero el pasado día 8, la intervención de Orban desde el Hotel Marriott Auditorium de la capital, en la cumbre con Patriotas, marcó un punto de inflexión criticando a Bruselas por destinar dinero para un apoyo explícito a Kyiv. "Se está destinando nuestro dinero a Ucrania, a una guerra sin esperanza". Vox no se ha pronunciado sobre ello, pero ve favorable la intervención de Trump para lograr la paz, aunque ello está pasando sin que Ucrania o la UE, las partes más afectadas junto a Rusia por el conflicto, hayan sido convocadas a participar en las primeras conversaciones con el régimen de Putin.
Al compromiso de defensa de Ucrania de 2024 de Vox se topa ahora con el rechazo al hipotético escenario de envío de tropas de paz al territorio, como propone el primer ministro británico Keir Starmer [no se contempla por ahora entre los socios europeos]. El lugar de los militares españoles, para Vox, es España y la protección de la frontera sur. Por otro lado, el principal argumento de defensa a la estrategia de Trump, sostenido por el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, ha sido rápidamente mermado por otra vuelta de tuerca de Trump.
Si bien Vox aseguraba el lunes que la última palabra para la resolución de la guerra debería ser de Zelenski, y negaba que Trump le estuviese aislando, las propias quejas del presidente ucraniano por quedar fuera del encuentro de Riad (Arabia Saudí) entre las delegaciones estadounidense y rusa, añadido a los insultos de Trump a Zelenski, dejan a los de Abascal entre el dilema de marcar distancias con el de EE.UU. o dar un giro a su concepción de lo que debe ocurrir entre Ucrania y Rusia.
Hubo un ligero amago este miércoles por la tarde por parte de Tertsch y el también eurodiputado Juan Carlos Girauta, que no ha sido compartido por los canales oficiales del partido y que el propio Tertsch, posteriormente, se ha encargado de rebajar. Ante el insulto de 'dictador' que Trump lanzó a Zelenski, siguiendo el patrón del propio Putin, que no lo reconoce como interlocutor [hay que recordar que con la ley marcial en vigor, Zelenski no puede convocar elecciones], Tertsch aseguró que "lamento mucho este primer gran borrón de Trump con su innecesaria diatriba contra Zelenski". El de Vox le trasladó que a diferencia de Putin, sostenido desde 2000 hasta la fecha en el poder, Ucrania ha tenido seis presidentes desde entonces.
A partir de entonces no ha habido mención alguna a la cuestión. Este jueves, la portavoz en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino declinó contestar sobre esos insultos a Zelenski instando a trasladar la pregunta a Bambú. Desde allí la única apreciación hecha es por Abascal y en respuesta a un tuit de Feijóo y para cargar contra la UE a la que culpa de la invasión. A su juicio "la guerra la empezó Putin" porque "populares y socialistas" han desarmado a Europa y se ha financiado a Rusia por la dependencia energética. Se justifica con ello la denuncia de Trump, de que Europa debe defenderse sola.
El 51% de los votantes de Vox, según GESOP, respaldan el apoyo económico a Zelenski para que Ucrania gane la guerra
En el mismo CIS de febrero se pregunta al conjunto de votantes, incluido a los de Vox en particular, qué opinan del plan de Trump para la paz, bajo la idea de diálogo con Rusia y Ucrania. Mayoritariamente los de Vox están de acuerdo en un 63% [41,5% 'bastante' y el resto 'muy de acuerdo']. Ahora bien, la cuestión no atiende a desdeñe que Trump está haciendo a Zelenski. Hay que remontarse a un sondeo explícito sobre Ucrania de GESOP en diciembre para comprobar que el 51% de los votantes de Vox defiende un apoyo explícito a Ucrania para que gane la guerra, generalmente económico. Precisamente lo que Orbán denunció a principios de febrero en Madrid y que el aforo incluido Vox aplaudió.
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5 Comentarios
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hace 5 horas
Abascal es uno de los políticos más ineptos de España, que actúa con total insensate. Mientras los dirigentes voxeros buscan la mamadita a Trump, mientras promocionan la gilipollez rancia ante millones de Europeos,los españoles clamna por una Europa libre de interferencias trumpistas, más social y menos económica.
hace 6 horas
La ultraderecha era esto.
hace 7 horas
Abascal es el único político que actúa con sensatez. Mientras los dirigentes europeos wokes buscan la censura en X y otras redes sociales, mientras promocionan cordones sanitarios para apagar la voz de millones de Europeos, Abascal clama por una Europa más fuerte , más libre y más patriota
hace 8 horas
No tenéis ni p■ta idea de lo que pensamos lo votantes de VOX, y mira que es fácil saberlo! Basta con que os leyérais el programa del partido.
hace 12 horas
Cuando nos han preguntado? Yo estoy con Abascal