El tiempo del shock ya pasó, queda atrás. No cabe llorar más sobre la leche derramada. Ahora el partido debe ponerse las pilas. Era la consigna dada por Pedro Sánchez en el pasado 41º Congreso Federal y la que este domingo reiteraba María Jesús Montero. La nueva secretaria general del PSOE de Andalucía quiere acabar con el derrotismo de su federación, con la sensación de que el PP de Juanma Moreno es ya prácticamente imbatible. "Se le acabó vivir de las rentas" al presidente de la Junta, porque los socialistas están "en condiciones y preparados", decía la también vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE.
Montero cerraba este domingo junto a Sánchez el 15º Congreso Regional del PSOE-A en Armilla (Granada). Con ese mensaje de optimismo —pese a las dificultades objetivas, por la fortaleza de los populares— y de unidad interna. Dos elementos claves para una federación que hasta ahora respiraba rota y desubicada. La nueva jefa de los socialistas andaluces emprende la marcha hacia las autonómicas de 2026 con una dirección amplísima [aquí en PDF], de 65 miembros —apenas cuatro menos que la que compuso su antecesor, Juan Espadas, en enero de 2024, de 69 responsables—, y de integración, con gestos a todas las familias y que, de paso, resuelve buena parte de los conflictos provinciales. El único borrón, el que no se ha logrado resolver en este cónclave, sigue siendo Jaén, que continúa fuertemente dividida y que se dirige a primarias entre el alcalde de Arjona, Juan Latorre, el delfín del barón saliente y presidente de la Diputación, Paco Reyes, y Ángeles Férriz, exvicesecretaria regional del partido y parlamentaria autonómica.
Que Moreno "se vaya preparando", dice la nueva secretaria general, "porque el partido está fuerte, está unido, tiene ganas y lo va a hacer posible". El PSOE "fuerte es imbatible", repite
El PSOE-A presenta un "proyecto renovado", ha "hecho los deberes", ha vuelto a creer en su "ambición por Andalucía", porque no quiere que sea una comunidad que "se resigna y se conforma". Mensajes de coach de Montero, como todos los que fueron inundando el fin de semana. Se trataba de eso, de intentar mostrar el músculo que siempre tuvo la federación más grande del PSOE, de recalcar que cuando se pone en acción es capaz de sobreponerse y de vencer al PP. Que Moreno "se vaya preparando", dijo la secretaria general, "porque el partido está fuerte, está unido, tiene ganas y lo va a hacer posible". El PSOE "fuerte es imbatible", repitió. Es decir, que ha vuelto: el PP se ha "encomendado" durante años a que los socialistas no despertaran "del shock" de la pérdida de la Junta y tener que resignarse a estar en la oposición, pero eso se ha acabado, insistió.
Sánchez, minutos después, también dio por hecho la remontada: en las autonómicas de 2026 su mano derecha se convertirá, pronosticó, en una "extraordinaria presidenta de la Junta". El presidente encadenó un elogio tras otro hacia Montero. Ella es "una extraordinaria gestora de lo público", es "una mujer con convicciones, de izquierdas, con una visión". "Cuando se propone algo, lo logra. Lo siento, Moreno Bonilla, pero la próxima presidenta de la Junta va a ser María Jesús Montero". Su vicepresidenta "lo tiene todo y lo da todo. Por España ahora y a partir del 2026 por Andalucía, por su progreso, por su autogobierno, por el andalucismo que necesita España", remachó. El líder socialista señaló que uno de los días más duros de su vida política fue aquel en que ella le trasladó que quería ser secretaria general del PSOE-A. "No porque no sea consciente de sus capacidades y su fuerza, lo hemos visto aquí, sino porque voy a renunciar a una de las más estrechas colaboradoras y una extraordinaria amiga", relató el presidente.
La nueva ejecutiva, de 36 hombres y 29 mujeres, es refrendada por el 94,5% de los delegados, diez puntos más que la primera de Espadas, la de 2021
El congreso proyectó los nuevos rostros que acompañarán a Montero en esta pretendida nueva etapa, la de intento de relanzamiento del partido después de la pérdida de la Junta tras las elecciones autonómicas de diciembre de 2018. Son 65 los miembros de la nueva ejecutiva (36 hombres, el 55,38%, y 29 mujeres, el 44,61%), refrendados por el 94,5% de los delegados, según informó el presidente del cónclave, el todavía secretario provincial de Granada, Pepe Entrena. La dirección de Montero logró diez puntos más de respaldo que la que tuvo Espadas en el congreso de 2021. El comité director, el máximo escalón de poder regional, obtuvo el aval del 97%.
La secretaria general combina juventud y experiencia en su núcleo duro. Así, su número dos, la vicesecretaria general, es la diputada por Huelva María Márquez (San Juan del Puerto, 1990), y el secretario de Organización, el hombre por el que pasará todo y el encargado de revitalizar la federación y engrasar la maquinaria, es Paco Rodríguez, alcalde de Dos Hermanas (Sevilla), localidad en la que nació en 1970. La presidencia del PSOE-A recae en la histórica Fuensanta Coves, presidenta del Parlamento andaluz entre 2008 y 2012 y consejera de Medio Ambiente de Manuel Chaves entre 2000 y 2008. Montero también ha decidido crear el cargo de presidente de honor, reservado para el primer presidente de la Junta, Rafael Escuredo. Como responsable de Igualdad, Olga Manzano, diputada regional por Granada. El nuevo portavoz de la dirección (y coordinador de Cultura y Nuevos Derechos de Ciudadanía) será Paco Cuenca, exalcalde de Granada.
Los susanistas, satisfechos
El amplísimo respaldo a la nueva cúpula dice mucho de la labor de integración llevada a cabo por Montero durante el congreso. Los partidarios de Susana Díaz, que se sentían orillados en la etapa de Espadas, salieron plenamente satisfechos, porque varios de los suyos se colocan en puestos relevantes del nuevo equipo del PSOE-A: Fernando López Gil, primer teniente de alcaldesa en San Fernando (Cádiz), es el secretario coordinador del área de Comunicación Política y Formación; Alejandro Moyano, líder de las Juventudes de Andalucía, como secretario adjunto de Organización; Rodrigo Sánchez Haro, exconsejero de Agricultura, como secretario coordinador del área de Transición Ecológica Justa y Cambio Climático; Gabi Cruz, exalcalde de Huelva, como responsable de Vivienda; Javier Fernández Hernández, exconsejero de Turismo y Deporte, como secretario de Turismo; Pablo Valdera, concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Bollullos Par del Condado como secretario coordinador del área de Impulso Digital, o Lola Amo, alcaldesa de Montoro (Córdoba), como responsable de Servicios Sociales y Diversidad. También son cercanos a la expresidenta Isabel Moreno, Juan Bravo y Antonio Fernández Liria, alcaldes de El Gastor (Cádiz), Mengíbar (Jaén) y Cuevas del Almanzora (Almería), titulares de Ciencia, Economía y Nuevos Derechos, respectivamente.
El núcleo duro de Montero lo conforman sus números dos y tres, la onubense María Márquez y el sevillano Paco Rodríguez, además de Fuensanta Coves en la presidencia. El presidente de honor es Rafael Escuredo, exjefe de la Junta, y el portavoz de la dirección, Paco Cuenca, exalcalde de Granada
Todos, por tanto, susanistas declarados. Nombres a los que hay que añadir este otro: Verónica Pérez, mano derecha de Díaz y que entró en el Parlamento andaluz esta semana tras la renuncia de su acta de Espadas. Además, en el comité federal del PSOE entra el exvicepresidente regional Manuel Chiqui Jiménez Barrios y en el comité director Juan Pablo Durán, Estefanía Martín Palop y la propia Verónica Pérez, aparte de Susana Díaz como miembro nato.
Montero también sitúa en su ejecutiva regional a los secretarios provinciales de Málaga, Dani Pérez —él dirigirá el área de Política Institucional, una de las más relevantes—, y de Almería, Juan Antonio Lorenzo (Relaciones Institucionales). La dirección autonómica se convierte para ambos en la plataforma de salida, puesto que ambos dejarán el liderazgo de sus provincias.
Y es que otra clave básica de este 15º Congreso era, precisamente, el apaciguamiento territorial. Porque a partir de este lunes comienzan las batallas provinciales, así lo quiso Montero, y antes de este cónclave, siete de los ocho territorios —todos, menos Sevilla— estaban divididos y sin un jefe claro. La cita en Armilla ha servido para aplacar prácticamente el lío interno.
Así, ya se pueden dar por cerradas varias provincias, dado el trabajo interno desplegado en estos dos días por Montero y su hombre de confianza, Paco Rodríguez. En Málaga, Dani Pérez pasará el testigo al parlamentario autonómico Josele Aguilar. En Granada, Pepe Entrena, que ya había advertido de que no optaría a la reelección, cederá el mando al delegado del Gobierno, Pedro Fernández. En Almería, el diputado en el Congreso Juan Antonio Lorenzo será reemplazado en la secretaría provincial por José María Martín, el subdelegado del Gobierno.
Ya están prácticamente cerrados los liderazgos en casi todas las provincias: Sevilla (Javier Fernández), Málaga (Josele Aguilar), Granada (Pedro Fernández), Huelva (Maru Limón), Córdoba (Rafi Crespín) y Almería (José María Martín)
En Huelva, continuará al frente Maru Limón después de que le prestara su apoyo el referente del sector crítico, Ezequiel Ruiz. El hombre fuerte del ala contraria a Limón es el parlamentario autonómico Mario Jiménez, vicesecretario general del PSOE-A en la época de José Antonio Griñán y sumado ahora por Montero en su ejecutiva como secretario de Desarrollo Estatutario. En Córdoba, se prevé la continuidad también de Rafi Crespín, también diputada en el Congreso, ya que finalmente no se prevé que compitan contra ella sus críticos, Lope Ruiz y José Antonio Romero.
Pérdida de peso de Jaén en la dirección
Jaén, una provincia que ha sido históricamente central en el PSOE-A, muy compacta y numerosa, continúa partida. La nueva secretaria general no ha logrado desactivar la guerra interna entre Paco Reyes y su heredero, Juan Latorre, y la parlamentaria regional Ángeles Férriz. Ella promete seguir adelante e ir a primarias el 16 de marzo si no hay acuerdo. Y el acuerdo, defienden en su entorno, debe girar en torno a ella. Es decir, que ella sea la nueva secretaria provincial, algo que choca con los planes del histórico Paco Reyes, barón jiennense desde 2010 y que decidió dar ahora un paso atrás pensando en una sucesión pacífica que no se ha producido. Montero ofreció a Férriz ser la nueva delegada del Gobierno pero ella lo rechazó. Su tesis es que Jaén necesita "un liderazgo fuerte" tanto dentro de la provincia para recuperar el poder municipal como de cara al resto de cúpulas provinciales y a la ejecutiva regional. "Es una de las agrupaciones más importantes de España y no puede poner a alguien que tiene que crecer políticamente, y eso lo ve todo Jaén. Lo que ha hecho Paco es dejar a un heredero que aún está muy verde", señalan en el entorno de Férriz. Latorre tiene a su favor el férreo control del aparato que hasta ahora ejercía Reyes.
En Jaén, provincia hasta ahora muy compacta, se ha desatado la guerra entre Juan Latorre, alcalde de Arjona y heredero de Paco Reyes, y la parlamentaria regional Ángeles Férriz. En Cádiz, podría seguir al frente el diputado nacional Juan Carlos Ruiz Boix
Lo cierto es que la división interna ha penalizado a Jaén en la dirección de Montero. En la primera cúpula de Espadas, la salida del congreso regional de 2021, Férriz era la vicesecretaria general, la número dos. Y en la remodelación que él acometió en enero de 2024, ella salió de ese cargo, pero el nuevo tres, el secretario de Organización, era el jiennense Jacinto Viedma, muy cercano a Reyes. Ahora, para encontrar al primer dirigente de Jaén hay que bajar hasta el puesto 32, hasta Juan Bravo, responsable de Economía y Hacienda. La de mayor rango es María Manzaneda, secretaria general de Beas de Segura. De entre los jiennenses que entran en la cúpula destaca la exdiputada en el Congreso y exsenadora Micaela Navarro, para la cartera de Mayores y Envejecimiento Activo. Navarro fue la primera presidenta del PSOE con Pedro Sánchez —y una de las integrantes de la ejecutiva que dimitió para provocar su caída— y después presidenta del PSOE-A.
Cádiz es otra provincia con futuro incierto. El barón actual es el parlamentario en el Congreso Juan Carlos Ruiz Boix, también alcalde de San Roque, y se espera que logre desactivar la candidatura rival de Jaime Armario, próximo a la exlíder provincial Irene García, miembro ahora de la ejecutiva de Montero. Pero, si no hay acuerdo, habrá primarias. Por tanto, la batalla está abierta en Jaén y en Cádiz hay posibilidades, aunque parece más sencilla de evitar ahora mismo.
La provincia ganadora de este 15º Congreso es, sin lugar a dudas, Sevilla. Es la que ya llegaba apaciguada, pues estaba clara la continuidad de su secretario general desde 2021, Javier Fernández de los Ríos, presidente además de la Diputación provincial. De Sevilla es Montero y su responsable de Organización, Paco Rodríguez, pero también varios miembros de la cúpula en puestos relevantes: Demetrio Pérez —titular de la estratégica cartera de Acción Electoral—, Raquel Vega (Campañas y Actos Públicos), la eurodiputada Lina Gálvez (Política Europea e Internacional y Cooperación), la exlíder de UGT Andalucía y diputada nacional Carmen Castilla (Empleo), Rosario Andújar (Movimientos Sociales), Antonio Conde (Economía Circular) o Ana Isabel Jiménez, alcaldesa de Alcalá de Guadaíra (Movilidad Sostenible y Transportes). El mayor peso de Sevilla obedece al modo de diseño de este organigrama: la jefa del PSOE-A ha tenido manos libres para elegir a su equipo. Sin ataduras.
Sevilla es la gran provincia ganadora. Montero ha podido diseñar libremente su equipo. También ha reivindicado la figura de Chaves y Griñán
También ha sido significativa la reivindicación que del pasado hizo Montero. No solo por situar en la presidencia de honor a Rafael Escuredo, sino por la defensa de la figura y del legado de los expresidentes Manolo Chaves y Pepe Griñán —este último ausente del cónclave granadino—, después de que el Tribunal Constitucional anulase parcialmente sus condenas por el caso ERE. La secretaria general también le dedicó un gesto a Díaz, al recordar que ella sí ganó las elecciones autonómicas de 2018, pero no pudo gobernar por la alianza de PP, Ciudadanos y Vox, el "pacto de la vergüenza".
El PSOE-A comienza nuevo camino con Montero al frente. Con las filas internas bastante apretadas, salvo en Jaén y puede que en Cádiz, y mirando a la primera cita electoral, la de las autonómicas de la primavera de 2026, si es que Moreno no las adelanta. Entonces se medirá la fortaleza de la todavía vicepresidenta primera del Gobierno y la recuperación del partido en su esquina más importante, la de Andalucía. Porque el siguiente desafío serán las municipales —la única capital de provincia en sus manos es ahora mismo Jaén capital— y las generales. Y eso explica que Sánchez haya elegido a su número dos para reconquistar un territorio fundamental, porque aporta 61 diputados al Congreso. Claves para que él pueda continuar en la Moncloa. Y también justifica que hayan pasado por el cónclave, además del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, hasta siete ministros: Félix Bolaños, Isabel Rodríguez, Diana Morant, Fernando Grande-Marlaska, Luis Planas, Pilar Alegría y Óscar Puente. Andalucía vuelve a estar en el centro del proyecto socialista.
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