El sábado pasado la corriente crítica de Vox tomó forma en casi un centenar de personas. Reunidas en un hotel próximo al aeropuerto de Madrid-Barajas, 94 asistentes validaron y firmaron la 'Declaración de Barajas' en la que instan a la celebración de una asamblea general que refunde la marca, la democratice y la devuelva a los principios del manifiesto fundacional. Entre ellos, exdiputados, militantes de base que aún siguen pagando su cuota y cargos del partido suspendidos o aún en activo con un perfil muy discreto. La reclamación no es nueva, pero sí es la primera vez en la que varias figuras públicas lo exigen huyendo del anonimato.
Destacan Sonia Lalanda, concejal portavoz en Palencia; los dos procuradores expulsados del grupo en Castilla y León, Javier Teira y Ana Rosa Hernando; el excandidato al Congreso por Vigo en 2019, Antonio Budiño; la exportavoz y diputada en Baleares, Idoia Ribas [ya se le ha pedido el acta]; el concejal en Salamanca, Alejandro Pérez, y el autor del anterior programa económico del partido, Rubén Manso. En el encuentro estuvieron ausentes Macarena Olona, Víctor Sánchez del Real o Iván Espinosa de los Monteros, con los que Manso tiene buen trato. Muchos de los asistentes, son los que avalan que Espinosa inicie su proyecto de fundación como paso previo a la competencia electoral por la derecha, al desconfiar en que sus reclamaciones cundan efecto interno en Vox. Es algo que ya publicó El Independiente.
De hecho, no sorprende entre esa capa de críticos, consultado en fuentes por este diario, que el partido haya desprestigiado y rechazado su solicitud este mismo lunes, antes de que se le haya hecho llegar una copia de sus reclamaciones. En rueda de prensa, desde Bambú, el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, de hecho, advirtió que "a veces" tiene "reuniones de amigos más abundantes" que los asistentes al encuentro en Barajas. Si quieren proponer cambios, tienen las asambleas del partido, se limitó a añadir Fúster.
La cuestión internacional apenas se trata en el documento difundido. Además de lo orgánico, se menciona el que es ya un mantra entre muchos críticos: la salida del grupo de Giorgia Meloni y los polacos de Ley y Justicia (PiS), el de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), al que se tacha de "económicamente liberal", para entrar en Patriotas por Europa, al que esos díscolos califican de "extrema derecha". Hubo debate en cómo denunciar el hecho, mientras, in situ, algunos asistentes tomaban notas en libretas con la simbología de ECR. Más allá del cambio de grupo europeo, no se dieron si quiera pinceladas sobre los cambios en política exterior que, desde esa nueva posición, estaría experimentando Vox. Especialmente sobre Ucrania. La permanencia en ECR estuvo justificada, además, por el fuerte atlantismo y defensa del pueblo ucraniano ante la agresión rusa.
Vox cree que es muy pronto y no hay acciones claras por parte de Trump que supongan un arrinconamiento de Zelenski y Ucrania en las conversaciones de paz
En las últimas horas Bambú se ha esmerado a trasladar su posición sobre este asunto, tanto en público como en privado, después de que transcurriese una semana en la que Trump ha dejado fuera del primer acercamiento con Rusia a Volodímir Zelenski, en la cita de Riad (Arabia Saudí), y en la que el estadounidense ha llamado dictador al mandatario ucraniano, por, entre otros, no haber sometido su cargo a urnas cumplido su legislatura, sin atenderse a que el país se encuentra con la ley marcial en vigor; en guerra.
En rueda de prensa, Fúster aclaró que la organización "no comparte" el calificativo de "dictador" para Zelenski. Se suscriben las palabras del eurodiputado y vicepresidente de Patriotas, Hermann Tertsch, quien lo calificó de "innecesaria diatriba" sin apoyo mediático del partido en X la semana pasada. Por otro lado, aunque no se alienta las palabras de la Administración Trump, que viene sugiriendo que fue Ucrania la que empezó la guerra, al no rendirse Zelenski a las demandas de Trump, sí se está dando alas a el marco de que Europa [la de populares y socialistas] ha "abandonado a Ucrania" y la ha dejado a merced de una Rusia financiada con el dinero de la dependencia energética de los gobiernos europeos. Una línea argumental que el partido relaciona, al mismo tiempo, con las políticas verdes para cargar contra Bruselas por partida doble. A juicio del portavoz, esa dependencia de Rusia hace que "los europeos no pintemos nada en el panorama internacional".
En privado, fuentes nacionales de Vox van más allá. Justifican por un lado que Trump margine a Zelenski por cometer "errores" y acusarle de estar envuelto en "una burbuja de desinformación" prorrusa o por haber apoyado a Kamala Harris en la carrera electoral. "Trump es muy rencoroso en ese sentido", aclaran desde Vox. Por otro lado, también avalan que Europa no cuente en estos momentos para Trump, pese a ser uno de los principales actores a los que repercutirá cualquier decisión sobre Ucrania. "Ha habido mucha hipocresía estos años, en los que se ha cortejado" a Putin a cambio de negocios con el gas. Se señala a Alemania, especialmente. Y, en tercer lugar, se valida otro argumento de Trump contra Europa: que no se le ha dotado de ayuda necesaria o de armamento que le permita recuperar terreno ganado por Rusia.
Vox recalca que Trump arrastra rencor hacia Zelenski por su apoyo a Kamala Harris y por sugerir que vive en una burbuja de desinformación
De hecho, el nuevo paquete de ayuda anunciado por Pedro Sánchez en la visita de este lunes a Kyiv ha sido valorado con poca efusividad desde Bambú. "Veremos cuando llega", se han limitado a expresar este lunes en rueda de prensa. Hay que recordar las palabras de Víktor Orbán en la pasada cumbre de Madrid, el 8 de febrero, en la que reprochó la ayuda económica a Ucrania: "Por culpa de Bruselas se está destinando nuestro dinero a Ucrania, a una guerra sin esperanza".
Los críticos denuncian los argumentos de Vox
Preguntadas sobre el asunto, fuentes críticas de Vox rechazan el argumentario de que 'Europa es culpable' y de que 'EE.UU. se ha cansado de sostener solo a Ucrania mientras Europa no hace nada'. "Europa no solo ha donando tanto armamento como EE.UU., también ha acogido a millones de refugiados", se expresa. Para esas fuentes, Vox, aunque ahora no termina de verbalizarlo, "está empezando a justificar abandonar a Ucrania a su suerte". Especialmente, porque "están haciendo un seguidismo ciego de Trump sin atender a nuestros intereses", añaden, aludiendo también asuntos económicos como el tema de los aranceles. También se apunta al rendimiento, dicen, que se está haciendo a Orbán y sus intereses a nivel europeo.
Para los críticos consultados, Vox no está teniendo el "coraje necesario" para denunciar que Trump empiece a dejar de lado a Zelenski en la negociación [pese a creer Bambú que el ucraniano debe tener la "última palabra"], condicione una paz a una contraprestación de recursos naturales que sobre compensen la ayuda desde Washington [Trump cifra en 500.000 millones de dólares una ayuda que de momento supera los 60.000 millones en respaldo armamentístico], o estime que Ucrania deberá ceder territorios a Rusia, el "agresor".
Fuentes nacionales de Vox, ante lo que consideran un "alboroto y ruido mediático" sin fundamento, acreditan que en estos instantes no hay ninguna declaración concreta, movimiento de calado o encuentro significativo que den cuenta "real" de que Trump quiera dejar de lado a Ucrania. "Para que tengamos algo sobre la mesa queda mucho" y, llegado el momento, dicen, "lo valoraremos, para bien o para mal". Desde Vox, con eso, dejan abierta la posibilidad de denunciar cualquier medida de Trump que vaya en contra de esa defensa pro ucraniana que enarbolan en Madrid. No creen que un primer amago de acuerdo vaya ni a satisfacer a Ucrania ni a Rusia.
Ahora bien, para esa masa crítica, el vínculo cada vez más estrecho que Abascal está tejiendo con la Administración Trump, con Heritage Foundation a través de Disenso, e incluso con Elon Musk, con quien Abascal se fotografió el jueves desde la CPAC de Washington, donde avaló el ataque a Europa y esa culpabilización de refuerzo a Putin, dejan poco margen de rectificación llegado el momento. Para otras fuentes críticas, con experiencia militar que han tenido peso en Vox, se cree que Trump está empeñado en marginar a Zelenski y simplificar el término de la guerra en una interlocución entre dos potencias. "Trump tacha de dictador a Zelenski para hacerle daño mientras no tiene problemas para validar a Putin, que sí es un dictador", declaran en conversaciones con este medio.
Mientras Vox cuestiona el papel de Bruselas y cree que no tiene nada que aportar al debate para la paz, desde el sector crítico de Vox se respalda lo contrario, el "papel esencial y fuerte" de la UE en la negociación y, además, una progresiva inversión en defensa para imponer un contrapeso sólido dentro de la OTAN. Se recalca: si bien hay que entenderse con Trump y el resto de socios, "hay que tener una mirada como la de Meloni" y priorizar los "intereses nacionales", del campo y de la industria, "sobre el criterio de Trump".
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