El magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, que instruye el 'caso Koldo', incluyó el pasado jueves en su interrogatorio al exministro de Transportes José Luis Ábalos cuestiones sobre un centro social que está a su nombre en la localidad de Chimbote en Perú. Este inmueble corresponde a una etapa anterior muy a la política, cuando Ábalos se especializó en cooperación internacional. Documentos a los que ha tenido acceso El Independiente muestran que la Municipalidad firmó un acuerdo para utilizar este centro y que se entregó un inventario de lo que contenía el local.
Antes de que Ábalos fuera diputado de las Cortes Valencianas (entre 2003 y 2007), concejal del Ayuntamiento de Valencia (1999-2009) o diputado del Congreso (a partir de 2009), el valenciano vivió una vida de cooperante. Entre 1989 y 1992 fue director de Cooperación Internacional de la Generalitat Valenciana, puso en marcha el programa de Cooperación y Solidaridad Norte-Sur del gobierno regional, entró en un circuito de consultores y cooperadores de Latinoamérica y llegó a estar a sueldo de la Agencia Alemana de Cooperación GTZ.
En este periodo se convirtió en presidente de la Fundación Internacional de Apoyo al Desarrollo Local y Social (Fiadelso) que ha salido a relucir en las últimas semanas después de que 'El Debate' desvelara que existe allí un inmueble a nombre de Ábalos que no se conocía. El exministro ha defendido en intervenciones televisivas, en sus redes sociales y delante del juez que se trata de un centro social construido en un terreno municipal que cede el alcalde a la Fundación. Como ésta no tiene la presencia jurídica para actuar en Perú se escritura a nombre de Ábalos que era el presidente, si bien él asegura que en las escrituras se dice que la finalidad es para la Fundación, es decir, actúan para Fiadelso.
"De México para abajo ha participado en todos los países menos en Brasil", dicen fuentes de su entorno. Según dichas voces, fue el alcalde de Chimbote el que por agradecimiento a toda su labor en Perú les entregó el terreno para que se establecieran en el lugar, donde ya habían construido aulas de escuelas o habían mejorado el sistema de saneamiento del lugar. Ábalos es, incluso 'honoris causa' de la Universidad San Pedro de Chimbote.
En varios documentos a los que ha tenido acceso este medio no se menciona de forma alguna al exministro, sino que se reconoce a la Fundación como responsable de la edificación. Por ejemplo, en una resolución firmada el 17 de enero de 2008 en la que la Municipalidad de Nuevo Chimbote asevera que Centro Social de Fiadelso está exento de pagar impuestos (cuyo equivalente en España sería el Ibi) por estar destinado a fines sin ánimo de lucro. Las fuentes consultadas resaltan que si se tratara de una vivienda del exministro esto hubiera quedado reflejado en el documento oficial.
Unos meses antes, el 16 de julio de 2007, se firmó un acuerdo de cooperación entre la Fundación y, de nuevo, la Municipalidad Provincial de Chimbote por el que se establecía que ese Centro Social Polivalente Miguel Grau sería explotado por estos últimos por un plazo de 2 años "prorrogado por tiempo igual en los mismos términos, si ninguna de las partes lo denuncia". En la rúbrica aparece el presidente entonces de Fiadelso (que ya no era el exministro, sino Gustavo Casal) y el alcalde provincial Guzmán Aguirre, y ni rastro de Ábalos en todo el documento. Según las fuentes consultadas este plazo se fue extendiendo en el tiempo y se fueron llegando a acuerdos con otras entidades públicas como la Universidad de la localidad peruana para que pudieran utilizar las instalaciones.
La utilización del centro social quedó en vía muerta a partir de 2016, cuando Fiadelso dejó de buscar financiación y de tener caras visibles que la impulsaran. "Murió por inanición", explican. Según la versión que ha dado Ábalos, a partir de entonces la Generalitat de Valencia inició un proceso de extinción que no ha concluido todavía, si bien un juzgado sentenció la disolución. Esto ha generado un limbo burocrático por el que la propiedad de Chimbote está en desuso, pero sin posibilidad jurídica de traspasarla.
En el acta de recepción que firma la municipalidad cuando se le cede el centro social, se puede ver cómo está constituido el inmueble que no tiene habitaciones ni estancias personales. "En Chimbote, a los 18 días del mes de enero del año dos mil ocho, y en cumplimiento del acuerdo de cooperación", refleja dicha acta. A lo largo de tres páginas se detalla cómo se distribuyen los pisos del recinto: en el primer piso una Sala de Espera (puerta de madera, ventana de sistema directo, tomacorrientes, interruptor simple...), una sala de capacitación (44 sillas de metal con tapiz de yite, una pizarra acrílica...), un auditorium (80 butacas fijas de material con tapiz, 10 equipos fluorescente...), dos oficinas, una cochera, y los servicios de damas y de varones; mientras que en el segundo piso hay una tercera oficina, más otras dos de de Fiadelso, unos servicios más y un patio.
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