Mar gruesa en el negocio mediático de Javier Moll en Madrid. La empresa ha comunicado este martes a cuatro trabajadores de El Periódico de España su decisión de rescindir sus contratos por causas económicas y organizativas, dentro de un contexto de dificultades para incrementar el volumen de negocio digital.

Así lo han detallado fuentes internas, que han expresado que este lunes se ejecutaba un nuevo despido en la edición de El Periódico de Catalunya en la capital, que se unía a otros tres que se produjeron una semana atrás. En esta ocasión, en los servicios centrales del periódico.

El Periódico de España se gestiona a través de la sociedad Unidad de Medios Escritos S.A.U., que forma parte del grupo Editorial Prensa Ibérica, comandado por Javier Moll. Durante el ejercicio 2023, las pérdidas de esta empresa ascendieron a 2,98 millones de euros, frente al déficit de 2,2 millones de 2022 y el de 1,19 millones de 2021.

Dificultades económicas

Su cabecera madrileña salió a la calle el 12 de octubre de 2021 con el objetivo de ayudar a "vertebrar el territorio de España" a través de una apuesta periodística por información original y analítica.

Así se expuso durante la presentación de la cabecera, a la que acudieron varios ministros y miembros del mundo empresarial y social madrileño; y en la que tuvieron un papel protagonista Javier Moll -el dueño- y Fernando Garea, quien fue su primer director.

El ciclo de este último al frente del periódico duró tan sólo unas semanas. A finales de enero de 2022, la empresa le comunicaba su despido, al considerar que su labor no había cumplido con el objetivo que se había marcado. Fue sustituido por Gemma Robles. Actualmente, la cabecera está dirigida por Ferran Boiza.

Su redacción estaba compuesta por alrededor de una treintena de personas, que se desempeñan en exclusiva en su edición digital desde que el pasado marzo la empresa decidiera cerrar su edición en papel. Esta última tenía una difusión de apenas unos cientos de ejemplares en Madrid.

Complejidad del negocio digital

A los trabajadores despedidos se les ha hablado este martes de que la decisión no se tomaba por razones profesionales, sino por causas económicas y organizativas.

Dentro de la redacción de la cabecera existía desde hace un tiempo el temor de que se produjeran recortes en la plantilla, dada la escasa tirada del negocio digital. Este fenómeno es común a gran parte de las cabeceras digitales españolas, dado que, desde que el pasado verano Google realizara cambios en su algoritmo, su visibilidad en el buscador ha caído y eso ha hecho que merme su influencia y peligren sus ingresos publicitarios.

Fuentes de varias de estas cabeceras han lamentado durante los últimos meses la falta de transparencia de la multinacional norteamericana con respecto a estos cambios y la incertidumbre en la que sumen a las empresas informativas este tipo de decisiones, que son periódicas.