A escasas horas de la celebración del Consejo de Política Fiscal y Financiera y con dos días previos de tormenta política, era evidente que la condonación de la deuda autonómica iba a centrar buena parte de la sesión de control al Gobierno de este miércoles. Y así fue. "La condena es usted", resolvió Alberto Núñez Feijóo. Que se lo piense "en serio", le contestó Pedro Sánchez, porque puede sucederle al PP lo mismo que le pasó con la revalorización de las pensiones, que primero votó no al real decreto ley y luego pasó al sí cuando ya el texto estaba salvado por el pacto del Ejecutivo con Junts.

Los 83.252 millones de euros que Hacienda propone perdonar a todas las comunidades autónomas planearon durante toda la mañana en la Cámara baja. En las preguntas al presidente, pero también en las que recibió la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. Para el PP, no deja de ser un "pago" a ERC, porque el Gobierno consensuó con la formación de Oriol Junqueras los 17.104 millones de quita a Cataluña, y luego hizo extensible al resto de CCAA el modelo, hasta ese montante total de más de 83.000 millones.

Nos obliga a pagar las hipotecas de los suyos y sus tropelías. Aquí resulta que también piden por catálogo los independentistas, pero lo que volvemos es a pagar todos los españoles", le espeta el jefe del PP

"Usted se mantiene en el poder —le lanzó Feijóo a Sánchez— porque crea un infierno de impuestos a los españoles para pagar los caprichos de sus socios. La última muestra, el regalo fiscal al precio que ha decidido ERC, 17.000 millones. Y su portavoz pregunta si condono o condeno". El líder del PP se remitía así al juego de palabras de Pilar Alegría del martes, cuando le dirigió la pregunta de si condonaba la deuda o si condenaba a los ciudadanos. Feijóo, por tanto, retomaba ese guante. "Señor Sánchez, para la mayoría de España la condena es usted, que nos obliga a pagar las hipotecas de los suyos y sus tropelías. Aquí resulta que también piden por catálogo los independentistas, pero lo que volvemos es a pagar todos los españoles".

Entonces el presidente contraatacó con el giro del PP con las pensiones, por si vuelve a ocurrir ahora lo mismo: "¿Usted de verdad ha pensado lo de la condonación de la deuda? ¿Lo ha pensado en serio, señoría? Lo digo porque son 83.000 millones de euros que van a dejar de pagar las comunidades autónomas. Lo que le digo es que no le vaya a pasar como con las pensiones y la revalorización, que queda atrapado en sus propias contradicciones. Piénseselo mejor, señoría".

Cada vez que Abascal se hace fotos fuera, quien se retrata es usted. Rompa con aquellos que quieren romper con Europa. Rompa con la ultraderecha como hace la derecha alemana", responde el presidente

Pero Feijóo también se había referido en su pregunta a lo sucedido en las elecciones alemanas del domingo, tras las que el país se dirige, probablemente, a un nuevo Gobierno de gran coalición entre democristianos y socialdemócratas, esta vez dirigido por el derechista Friedrich Merz. "Si usted fuese como sus compañeros alemanes y no hubiese comprado su presidencia del Gobierno, hoy España seguiría siendo un país de derechos e igualdad para todos los ciudadanos. La diferencia entre España y Alemania es Pedro Sánchez. Su antiguo rival en las primarias [Susana Díaz] le dijo [en 2017] 'Pedro, tu problema eres tú'. Ahora se ha convertido en el problema de todos los españoles".

Sánchez devolvió el golpe recordando las alianzas del PP con Vox. Si el 23 de julio de 2023, en las últimas generales, hubieran sumado ambas derechas, dijo, España tendría hoy de vicepresidente a Santiago Abascal, y hoy estaría "defendiendo los aranceles de la Administración estadounidense contra Europa", mientras que Esteban González Pons sería el ministro de Exteriores que diría que el presidente norteamericano es "un ogro naranja". "No lo digo yo, lo dice el señor Pons. ¿Ve usted a dónde quiere llegar, señoría? Es que no hay color entre su potencial Gobierno de coalición y este Gobierno de coalición. Cada vez que el señor Abascal se hace fotos fuera, quien se retrata es usted. Rompa con aquellos que quieren romper con Europa. Rompa con la ultraderecha como hace la derecha alemana", le instó, en línea con sus últimos discursos.

A Montero le afeó Cuca Gamarra, la número dos del PP, "97 subidas de impuestos", le reprochó que Hacienda sea insaciable. La vicepresidenta replicó que con Mariano Rajoy en la Moncloa se subieron impuestos en más de 74.000 millones de euros, mientras que Sánchez los ha bajado en 30.000 millones, y España sigue estando en presión fiscal cuatro puntos por debajo de la media europea. "Ustedes que dicen que hemos subido los impuestos, ¿me puede decir en qué página del Diario de Sesiones este Congreso ha aprobado aumentar los impuestos a las rentas de 1.184 euros al mes? Se lo digo yo, en ninguna, porque sencillamente es mentira", respondió de vuelta la titular de Hacienda, refiriéndose a la tributación del SMI.

Largo aplauso a Aitor Esteban en su última pregunta al Ejecutivo antes de dejar su escaño para asumir la presidencia del PNV. Recuerda la petición histórica de su partido: la reforma de la ley de secretos oficiales

Pero la sesión de control tuvo realmente otro protagonista: Aitor Esteban, el portavoz del PNV. La de este miércoles era su última pregunta al presidente, porque tendrá que dejar su escaño en el Congreso para asumir la presidencia de su partido. Él mismo lo recordó desde su escaño y aprovechó para hacer una última petición a Sánchez, una histórica de los nacionalistas vascos, la reforma de la ley de secretos oficiales en esta legislatura. Tras su intervención, la mayoría del hemiciclo le correspondió con un largo aplauso, con excepción de PP y Vox. El Gobierno y las bancadas de PSOE y PNV incluso le ovacionaron en pie.

El presidente le felicitó por su elección como jefe del EBB y reconoció que la formación jeltzale gana un "extraordinario presidente", con el que el Ejecutivo espera seguir contando y trabajando, pero las Cortes en cambio "pierden a uno de sus más brillantes parlamentarios". Y sí, acabó, la coalición se compromete a cumplir su compromiso de cambiar la ley de secretos antes de que acabe la legislatura.