En los despachos puede hacer mucho frío. Sucede cuando el calor de la ilusión no se ha extendido y el apoyo a quien lo va a ocupar es algo incierto. Más aún cuando la salida del anterior inquilino ha sido inesperada, incómoda y algo confusa. En el PNV vivirán ese momento en apenas unas semanas. Quien llegará a tomar el timón será Aitor Esteban, el que se lo cederá algo decepcionado será Andoni Ortuzar. Lograr ese poder ha requerido del precio de su amistad de juventud. Fue labrada en décadas de vivencias y complicidades políticas pero en los últimos meses se ha sumido en una sombra oscura que no la ha situado en la ruptura pero sí en la decepción.
Los últimos pasos del largo proceso de elección de la cúpula y la dirección del partido aún se deben completar. Lo hará a finales de marzo. Para entonces habrán transcurrido casi seis meses desde que todo el proceso de renovación se inició, allá por mediados de octubre.
En estos meses un inesperado tornado ha agitado la vida interna del partido. Desde abril lo presidirá Aitor Esteban. No lo tendrá fácil. Hace sólo unos meses el PNV ya provocó un primer terremoto interno tras la decisión de desbancar a Iñigo Urkullu y relevarlo por Imanol Pradales para optar a ser lehendakari de nuevo. Por un “necesario relevo generacional”, se justificó entonces por la Ejecutiva que aún preside Ortuzar. La pregunta de si él tomaría nota y también dejaría paso a otro candidato –Ortuzar y Urkullu pertenecen a la misma generación- no tardó en hacerse repetitiva e incómoda.
La idea entonces más extendida era que Ortuzar lo dejaría tras doce años como presidente y tras haber relegado a Urkullu, empezó tambalearse. El presidente del PNV ya no lo insinuaba con tanta claridad. El 18 de enero anunció que se dejaba querer y que seguiría si así lo decidían las bases. El 6 de febrero dio marcha atrás. Las votaciones en las asambleas locales le abrieron los ojos: tenía mayoría de apoyos pero por muy poco margen, las bases del partido no le secundaban tanto como él pensaba. Seguir un mandato más con un partido partido en dos era demasiado riesgo a asumir. Por eso optó por la retirada, por dejar el camino despejado a Esteban, el ‘candidato sorpresa’ que una parte de la militancia impulsó.
La "ambición" y la "amistad"
En su adiós Ortuzar habló de la “ambición” de Esteban. Este, en cambio, agradeció el gesto del presidente del PNV al que calificó de “amigo”. Es evidente que entre ambos se ha abierto una distancia que va más allá de lo político. En los últimos días, tras un largo periodo si verles juntos en público, han intentado trasladar normalidad. Para ello se dejaron fotografía juntos en un acto en San Sebastián. Habían pasado más de tres semanas desde la última vez que lo hicieron.
Ortuzar nunca había previsto librarse en duelo con su compañero de trayectoria política y generación. El anuncio de Itxaso Atutxa, presidenta de la Ejecutiva en Bizkaia y esposa de Esteban de que no optaría a repetir fue un aviso claro de que algo se movía. Si como había sonado en más de una quiniela ella no sería la primera presidenta del PNV, quizá su marido sí podría alcanzar tal responsabilidad. Atutxa procede de una familia con una influencia importante en el partido, no en vano ella lo ha dirigido durante una década y su padre también llegó a ostentar ese mismo cargo. Ambos en Bizkaia, el feudo más sólido del PNV. Para entonces el PNV ya estaba dividido entre detractores de Ortuzar y defensores de otra candidatura. Y la única que tomó forma con apoyo suficiente fue la del aún portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados.
Esteban tampoco levanta pasiones. En el proceso de votaciones abierto para respaldar su única candidatura apenas ha participado el 15% de la militancia. Además, quienes sí han acudido a votar en muchos casos lo han hecho para mostrarle sus dudas a través de votos en blanco.
Un partido fraccionado, poco movilizado y desilusionado es el que tendrá que recomponer el futuro nuevo presidente del PNV. La pérdida de apoyo electoral fue el primer gran revés que dejó noqueado al partido. Casi uno de cada cuatro votantes prefiera no acudir a repetir su voto. El PNV perdió 100.000 votos las últimas elecciones. Lo hizo en plena pujanda de apoyos a EH Bildu y en territorios hasta ahora dominados por el PNV.
Un partido alejado de la sociedad
Esteban cumplirá 63 años en junio. Tiene a su favor una amplia formación académica, es doctor en derecho constitucional, y una larga trayectoria política. Primero como presidente de las juntas generales de Bizkaia y desde hace dos décadas como diputado en las Cortes. De oratoria brillante, Esteban la necesitará para volver a ilusionar. También podrá recurrir a su larga experiencia negociadora para volver a unir corrientes en el partido.
Una de las ponencias debatidas en todo este proceso interno, y que aún deben ser votadas, concluía en el diagnóstico de que el partido se ha alejado de la sociedad: “No constituye un reflejo fidedigno de la sociedad actual”, se afirma. También apunta que se ha convertido en un partido de cuadros, falto de humildad y empatía. Recetaba a quienes lo lideren dotarlo de mayor emocionalidad para llegar a nuevas generaciones y para recuperar a las que se marcharon.
El próximo 30 de marzo en San Sebastián se celebrará la Asamblea General del PNV en la que además de la proclamación de Esteban como nuevo presidente del PNV hasta 2029 se proclamará la Ejecutiva del EBB que ha pactado con Ortuzar y la corriente guipuzcoana. De ella saldrán algunos de los nombres de peso que han marcado las decisiones del PNV de los últimos años. El más destacado es el de Joseba Aurrekoetxea, responsable de organización y hombre fuerte de Ortuzar. Será una Ejecutiva con muchos más hombres que mujeres.
Cuarto 'jobuvi' en la presidencia del PNV
Esteban tendrá que coser el partido y volver a inyectar ilusión a sus bases. Lograr recuperar la empatía con la sociedad será una labor a más largo plazo. Sabe que no simboliza un cambio de generación –tiene la misma edad que Ortuzar-, ni siquiera una revolución del modelo de partido. Apenas ha trascendido las medidas que tiene previsto aplicar. A nadie se le escapa que Esteban ha sido durante los últimos años la voz e imagen del PNV de Ortuzar en Madrid. Como portavoz del Grupo vasco en la Cámara Baja –cargo que asumió tras relevar a Josu Erkoreka- ha sido quien defendió la moción de censura contra Rajoy primero y la alianza de apoyo a Sánchez desde 2018.
Un apoyo que el presidente del Gobierno quiso destacar en el Congreso esta semana, ovación incluida. Su agradecimiento y reconocimiento como “uno de los mejores oradores” estuvo acompañada de llamadas a seguir colaborando.
El próximo presidente jeltzale será el tercero de los ‘jobuvis’ que alcanzará el mando del partido. En aquel grupo de jóvenes que durante la Transición comenzaban a destacar y que sucedieron a la era Arzalluz estaban Urkullu, Ortuzar y Esteban. Ellos impulsaron la candidatura de Josu Jon Imaz –hoy consejero delegado de Repsol- que se impuso a la de Joseba Egibar, ‘delfín’ de Arzalluz- que también ocupó la máxima dirección del partido.
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3 Comentarios
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hace 2 horas
Que le den
hace 15 horas
Espero que reciba lo que le corresponda.
hace 16 horas
Que se compre un tractor porque el pene en v no da más de sí ! Traidores, cobardes, corruptos y malos gestores ! Pobre Talgo