Con el paso de las semanas, desde que a finales de enero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su intención de imponer diversos aranceles a productos extranjeros, como hizo en su anterior mandato (2017-2021), el partido que pilota Santiago Abascal ha atravesado distintas fases. Desde una clara omisión inicial de la cuestión, al ya inevitable hecho de rechazar cualquier gravamen que afecte a la exportación española. Ahora bien, pese a que integrantes de la dirección como Javier Ortega Smith reclaman no hacer seguidismo a Trump con aquello que "perjudique a España", desde el partido siguen insistiendo en el principal argumento de choque frente a esta cuestión: "Bruselas es el principal arancel". Para Vox, la legislación europea como el Pacto Verde o la permisividad de la UE, dicen, con la competencia desleal de terceros países como Marruecos, es peor que lo que pueda decretarse desde EE.UU.
A priori, la imposición de aranceles de un 25% al acero y de un 10% al aluminio afectará a la industria siderúrgica española en 400.000 millones de euros, aseguran desde el sector. Con el anuncio de este lunes de la Administración Trump, de gravar todos los productos agrícolas del extranjero a partir del 2 de abril, se calcula, en base a datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa que en el caso nacional están en jaque hasta 3.800 millones de euros de venta directa con EE.UU., especialmente de vino, el aceite de oliva y la aceituna negra de mesa. Ésta ultima ya arrastra aranceles desde la primera etapa de Trump sin que el Gobierno anterior de Joe Biden los levantase pese a que la Organización Mundial de Comercio los declaró ilegales desde 2021.
Tras el anuncio de Trump a última hora de este lunes en España, Vox, a nivel nacional no se ha pronunciado al respecto. Tampoco lo han hecho fuentes del partido a demanda de El Independiente. Sí lo hizo el portavoz en Andalucía, Manuel Gavira, que reincidió en la postura del partido más reciente: "Si los aplica, Vox no está de acuerdo con esos aranceles que plantea el señor Trump. Que no haya duda". No obstante, insiste en que "el principal arancel que sufren nuestros agricultores viene del Pacto Verde Europeo" por favorecer "la competencia desleal". "Perjudica al campo de Andalucía y el de España", aseguró Gavira antes de plantear que Trump "lo único que hace es defender al campo estadounidense". Para él ni PSOE ni PP defienden el campo español en la UE.
Las reacciones no se han hecho esperar tampoco por parte de las distintas asociaciones agrarias. También de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), que en las últimas tractoradas de febrero del año pasado, meses antes de las elecciones europeas, fue de la mano de los de Abascal. A Asaja no le gustan los anuncios que ha hecho Trump y pide rebelarse contra su figura. En concreto, este martes, dos perfiles presidenciales de la organización han cuestionado la decisión de Trump y han expresado que será muy perjudicial para los intereses del campo español.
3.800 millones de euros en España están en juego con el anuncio de aranceles a productos agrícolas extranjeros de Trump. El vino, el aceite y la aceituna de mesa, en la diana
La entidad defiende la pluralidad de integrantes, desde la izquierda a la derecha. La realidad es que desde su creación a finales de los ochenta ha estado vinculada al PP con un claro signo conservador. A su presidente, Pedro Barato, en 2006, se le propuso ser candidato en Castilla-La Mancha. Desde la aparición de Vox y su consolidación, camina entre las aguas populares y ultraconservadoras. Para sus gobiernos, tanto el PP como PP y Vox, han contado con perfiles vinculados a Asaja. Gerardo Dueñas, expresidente de la organización en Castilla y León fue consejero de Agricultura a partir de 2022 tras la llamada de Abascal. Incluso se hizo militante de Vox. En Aragón, se designó en 2023 al hasta entonces secretario de Asaja, Ángel Samper.
Asaja pide dar "caña" a Trump por sus aranceles
Asaja, como Vox, se ha mostrado crítica contra la Política Agraria Común (PAC) o el mismo Pacto Verde al que señala Vox. De hecho, recientemente, la cúpula de Castilla-La Mancha fue a Bruselas a pedir el fortalecimiento de la primera, y que las políticas verdes vayan en consonancia de la realidad del campo español. Se pide, en general, que estas legislaciones, así como la Ley de la Restauración de la Naturaleza, se adapten y tengan en cuenta y defiendan los intereses del sector. En definitiva, es la reclamación que se ha hecho asiduamente en la calle estos últimos años tras la pandemia del coronavirus, a principios de 2024, y en 2023.
Uno de los integrantes de esa comisión enviada a Bruselas fue José María Fresneda, presidente en la región castellano-manchega. Este martes, el líder autonómico de Asaja aseguró en una rueda de prensa que "lo cierto y verdad es que como ciudadano europeo, no me gustaría estar en manos de Trump". De hecho, Fresneda pidió darle "caña" con un mejor cuidado del producto europeo, rebelarse en este momento ofensivo del magnate. "Me gustaría estar en manos del Gobierno de España potenciando el modelo productivo español y sacando adelante propuestas que garanticen de verdad la rentabilidad de lo que producimos", criticó, no obstante, al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Mientras Vox se limita a señalar a Bruselas, Asaja recomienda dialogar con los países europeos para que "haya una inercia de entenderse bien" con EE.UU. y se puedan negociar esos aranceles en conjunto. Pero también apuestan por "contrarrestar" los aranceles con otros a productos estadounidenses de no prosperar el entendimiento. "Recibimos muchos", valoró Fresneda. Esa vía ya la vuelve a explorar la Comisión Europea tras la anterior etapa de Trump. Se contemplan aumentar las tasas a productos como el bourbon, el zumo de naranja o las motos Harley-Davison entre muchos otros.
Muy crítico con esos aranceles de Trump se mostró en la misma jornada el presidente nacional de Asaja, Barato, en su participación en un seminario de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela de la Universidad Miguel Hernández. Para él, son "una barbaridad". Espera que la diplomacia surta efecto, dado que "existen unas reglas del juego y en estos momentos", por la parte de EE.UU. "no se están cumpliendo". De hecho, apreció que en las relaciones comerciales actuales con el país norteamericano, España sale ganando en 3.000 millones de euros. "El campo no puede ser moneda de cambio en disputas políticas", añadió.
Asaja pide a la UE tomar represalias arancelarias si no prospera la negociación con EE.UU. Su presidente cree que las tasas de Trump son una barbaridad
Mientras Vox carga contra Bruselas, Barato valoró como positiva la actitud del nuevo comisario de Agricultura de la UE, el popular luxemburgués Christophe Hansen, muy distinta, apreció, al del anterior, el polaco de Ley y Justicia [socio de Vox], Janusz Wojciechowski. Porque habla de competitividad, dignidad de precios y relevo generacional. "Es una visión sobre el sector muy distinta a la que había hasta ahora por parte de la UE", aseguró Barato.
Guerra entre PP y Vox para captar al campo
La posición de Asaja, tras estos pronunciamientos, se acerca más a la defendida por el PP de Alberto Núñez Feijóo que a la de Abascal y su cúpula. Básicamente porque, a diferencia de Vox, los populares, que piden no entrar en un choque directo con Trump, insisten en la necesidad de no caer en el seguidismo permanente como, bajo su criterio, lo está haciendo Vox. Instan a negociar y a no decir "a todo que sí" al estadounidense. A diferencia los ultraconservadores, más que una defensa legítima de los intereses de EE.UU., Feijóo consideró a finales de febrero que, además de "romper las reglas del mercado mundial" con esos aranceles, "es un camino inadecuado para la economía norteamericana". Nunca ha sido "una tradición del Partido Republicano" este tipo de políticas, aseguró en un coloquio de Madrid Foro Empresarial el popular.
El PP, a conciencia, quiere aprovechar el momento para agitar el avispero y sacar rédito de lo que consideran es una entrada en callejón sin salida para Vox, que sigue haciendo equilibrios en mantener las buenas relaciones con Trump y queriendo asegurar el voto del campo cuando, a día de hoy, las dos no son compatibles. No lo harán de forma directa contra Bambú, en todo caso, ello cuando el contacto no pasa por su mejor estado, con notables reproches cruzados.
Asaja cuenta con alrededor de 200.000 socios inscritos. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que tiene un espectro ideológico más amplio, 150.000. Pero los trabajadores del sector primario en España, según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca en el último trimestre de 2024, es de 991.258 empleados. Sobre esas cifras, según el CIS de febrero, el PP recibiría el apoyo del 44,6% del sector de celebrarse elecciones generales. El 21,6% en el caso de Vox. 214.000 votos de Vox dependen de la posición que defina respecto a estos aranceles de cara al futuro.
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