El Ministerio de Exteriores ha premiado a la hasta hace pocos días embajadora de Mauritania, Miriam Álvarez de la Rosa Rodríguez, tras los escándalos destapados por El Independiente en la delegación diplomática española en el país africano. El Consejo de Ministros del pasado martes la ha nombrado embajadora en misión especial para Derechos Humanos, Democracia y Estado de Derecho.
El nuevo cargo de Álvarez puede considerarse un ascenso. Mientras hasta ahora representaba a España en un país clave como Mauritania en materia de inmigración, ahora lo hará en múltiples foros internacionales. Participará en debates en organismos multilaterales como la ONU, la Unión Europea o el Consejo de Europa.
Este nuevo puesto le dará a la diplomática más visibilidad a nivel internacional. Además, según ha podido saber este periódico, los embajadores en misiones especiales son elegidos por sus destacadas trayectorias. En la embajada de Mauritania le sucederá Pablo Barbará Gómez.
Según recoge las referencias del Consejo de Ministros, Álvarez de la Rosa se licenció en Derecho en 1992 en la Universidad de la Laguna. Después cursó un máster en Derecho de las Comunidades Europeas en la Universidad Libre de Bruselas durante un año. Ingresó en la carrera diplomática en noviembre de 1999 y desde 2021 venía siendo la máxima autoridad de España en Mauritania. Ha pasado por la Embajada en Quito (Ecuador), por la OTAN, y en las embajadas de Estocolmo, Rabat y Lisboa.
A lo largo de su carrera profesional ha sido condecorada con la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica, la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil, la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco y la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Ahora vuelve a Madrid, a la sede del Ministerio de Exteriores en la plaza del Marqués de Salamanca, a pesar de los escándalos ocurridos en el complejo de la embajada de Mauritania.
Los escándalos
El año pasado, El Independiente publicó varias exclusivas que afectaban a la gestión y el trabajo de Miriam Álvarez al frente de la embajada de Mauritania. Un funcionario, que estuvo destinado allí entre junio de 2023 y de 2024, ha presentado varias denuncias en los tribunales por distintos hechos.
El más grave, es el que afecta al segunda jefatura de la época, Lorenzo Outón. Este diplomático, supuestamente, tuvo viviendo en un garaje de la embajada a una familia de Sudán, a la que tenía trabajando como personal de servicio sin haber tramitado la petición. Outón, ahora destinado en París, los habría traído desde su país de origen, donde estuvo antes de llegar a Mauritania.
Según las fuentes consultadas en su momento, la idea de Outón era llevarlos a una finca que tiene en Cádiz para que trabajasen allí. Según la denuncia presentada, los hechos "han sido de general conocimiento de las personas que habitaban dentro del recinto de la Embajada", incluida la embajadora. Desde que Outón está en Francia, las fuentes consultadas desconocen el paradero de la familia, una pareja y dos hijos.
Otra de las exclusivas de este diario estaba relacionada con presuntos delitos medioambientales. Entre 2022 y 2024, una de las piscinas del complejo diplomático sufrió grandes pérdidas de agua. Tanto, que se vaciaba cada día. La solución de Miriam Álvarez fue abrir un grifo para llenarla cada 24 horas. Incluso tuvo que sumar una manguera para llenarla por completo a diario. Otra fuente que estuvo destinada en Mauritania afirmó que el paso de agua lo abría la canciller, María Jesús Del Pozo Gavilán. A raíz de esta publicación, The Objective tuvo acceso a una serie de facturas que revelaron que el gasto al mes era de un millón de litros. Exteriores confirmó la información de El Independiente, pero achacó la pérdida de agua a la evaporación.
Sin jefe de visados y enchufismo
Durante la grave crisis migratoria del año pasado, a finales de septiembre, este periódico reveló que la embajada de Mauritania llevaba tres meses sin jefe de visados. Este es un puesto clave en la gestión de la inmigración que llega a España desde el país. La mayoría de los cayucos que recibe las Islas Canarias parten de Nuakchot, la capital. Tras preguntar por esta situación, Exteriores convocó la plaza dos días después.
La última de las denuncias está relacionada con un caso de enchufismo. El sindicato UGT denunció dos procesos selectivos y pidió que se repitiese el proceso. Según la denuncia que publicó El Independiente, la hija de la secretaria de la embajadora Miriam Álvarez consiguió uno plaza temporal como auxiliar. La diplomática ahora promocionada por el ministro José Manuel Albares era suplente en el tribunal.
La hija de su secretaria vivía cuando se produjo el concurso dentro de la embajada. Según las bases de las dos convocatorias del pasado agosto, los miembros del titular tendrían que abstenerse si compartiesen "despacho profesional" o estuviesen "asociados" con alguno de los aspirantes "para el asesoramiento, la representación o el mandato". También si tuviesen "relación de servicio con persona natural o jurídica interesada" en conseguir la plaza o si tuvieran "amistad íntima o enemistad manifiesta" con alguno de los aspirantes.
Además, añadía la denuncia, la canciller, María Jesús del Pozo Gavilán, que hizo de secretaria del tribunal, tenía una "enemistad manifiesta con una de las candidatas". Un funcionario le envió un correo en el que se la acusó de racismo y trato denigrante a esta persona en diferentes ocasiones, "sin que exista respuesta en contra", es decir, que no se negaron las acusaciones.
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