Ni en Valencia ni en Bambú fuentes del PP y de Vox trasladan qué razones están obstaculizando consagrar un acuerdo sólido que permita al Gobierno de Carlos Mazón presentar las nuevas cuentas para 2025, las de la reconstrucción tras los efectos de la DANA en la provincia de Valencia. Por el momento, la previsión es de que se tendrán que abordar con los presupuestos anteriores, pactados por PP y Vox a finales de 2023. Los aparatos de ambos partidos en Valencia afirman que la negociación va bien, que no está cerrada y "quedan cosas por negociar".
Pero las palabras de Ignacio Garriga este miércoles, más escuetas, aprecian que los populares no aceptan algunos "condicionantes" exigidos por Vox. El vicepresidente y secretario general de Vox afirmó desde Bilbao que el PP debe aceptar esas peticiones para "sacar adelante" las nuevas cuentas, que "serán fundamentales para que siga o no Mazón".
La dirección nacional de Vox da, con ello, un ultimátum a los populares para apretarles y que acepten todas sus reclamaciones si no quieren quedar en minoría en las Corts, ante la oposición de PSPV-PSOE y Compromís. Lo hacen en plena crisis de Mazón tras un enésimo cambio de versión por la DANA, por la hora de llegada al Cecopi y por no aclarar qué hizo en las horas previas. Sin un respaldo claro desde Génova o el resto de barones, con sectores cuestionando su intento de ganar el relato. Y con una presión cada vez mayor en la calle, con protestas y piquetes durante algunos de sus actos de agenda. Aún ni si quiera ha tenido presencia en las Fallas.
Ello llevaría a convocatoria de elecciones anticipadas y beneficiaría a los de José María Llanos en la Comunidad, dado que la crisis de Mazón ha dado alas a Vox en los sondeos: de los trece diputados regionales obtenidos en 2023 a entre 18-20 escaños de media. También Génova tiene la pelota en su tejado y, en un momento en el que evita abrir la puerta de salida al president, tendría que decidir repentinamente un relevo como candidato. Fuera del plano de la negociación, Garriga azuza a los populares y les mete presión advirtiendo que hay que "dejar de pelear" y hacer "realidad la reconstrucción", porque "muchos valencianos están abandonados, y algunos pueblos están en la miseria".
Ya El Independiente publicó a mediados de enero que Vox pasaba de situar a Valencia como una excepción por la DANA a igualarla al resto de negociaciones en las otras cinco autonomías dependientes del PP. Pedían un veto completo a la inmigración irregular, así como 'recuperar' las medidas del acuerdo de Gobierno no ejecutadas antes de la ruptura de julio. Ahora, según trasladan fuentes nacionales de Vox, esos inconvenientes tendrían que ver con "la voluntad del PP de presentar unos presupuestos de verdad" para esa reconstrucción en Valencia, "y que recojan lo mejor de nuestras peticiones". Otras fuentes valencianas de Vox detallan que, en vista de las circunstancias, Mazón "no puede poner muchos reparos ante las sugerencias presupuestarias". "Ni en eso ni en ninguna otra materia", inciden.
Vox pide que el PP de Mazón recoja lo mejor de sus peticiones. La inmigración parte como clave
Los inconvenientes apuntan a ser por cuestiones económicas. Vox planteaba semanas atrás austeridad extrema respecto a sindicatos y patronal, en lo que ayudas se refiere, así como quite de las aportaciones para ONG que promuevan la inmigración. Pero señalan que "no todo es dinero", apuntando con ello contenido ideológico que sería "Lo estamos negociando", insisten y concluyen esas fuentes consultadas. Desde el PP no determinan un punto de fricción concreto tampoco.
La presión de Vox pone en un aprieto a Mazón, que depende de esas cuentas para cumplir su principal objetivo, ligar a la reconstrucción su papel como presidente, en una búsqueda desesperada de poder salvar su perfil político. No es descartable que los de Santiago Abascal, con quien Mazón está negociando directamente esos flecos, busquen hacer daño aprovechando el deterioro con el valenciano con algún tema polémico que enfrente a Mazón con Alberto Núñez Feijóo.
Es un hecho que quieren hacerlo a través de la inmigración, después de que el PP se abra a sentarse a negociar con el Gobierno las reformas a llevar a cabo con la crisis migratoria de Canarias y Ceuta de fondo [aunque el Gobierno pretende sacarlo con Junts] o la regularización pendiente de abordar en el Congreso, a demanda de entidades religiosas y populares, de casi medio millón de inmigrantes que ya trabajan en España.
Mazón depende de los presupuestos para cumplir su objetivo de reconstrucción con todas las garantías
Eso deja abierta la posibilidad de que Mazón acabe sin nuevas cuentas, lo que agravaría directamente su crisis particular. Ninguna de las dos partes descarta que eso pueda suceder. Todo pese a que en la Comunidad las relaciones son de las mejores que mantienen PP y Vox en el territorio nacional. Aparte de esa "amistad" con Abascal que defiende Mazón, hay que recordar que ambos fueron los primeros en cerrar el acuerdo de gobierno autonómico, pese a que perjudicó la candidatura de generales de Feijóo. Allí, ningún consejero, ni si quiera el vicepresidente de Vox que acompañó a Mazón hasta el verano pasado, Vicente Barrera, quería romper el Ejecutivo. Lo ordenó Bambú.
El cambio en Vox es patente, dado que el mismo viernes Vox Valencia parecía tomar un sendero muy proclive al acuerdo para evitar enredar aún más un escenario convulso. De hecho, el portavoz, Llanos, preguntado por la disposición de Vox a incentivar la caída de Mazón tras sus giros de versión, expresó que "no es el momento para que cualquier cuestión política ralentice la reconstrucción, no es lo más conveniente". Este mismo martes 4 de marzo, expiró el plazo para la presentación del borrador de nuevas cuentas. El PP quiere tener atado el 'sí' de Abascal para hacerlas públicas. De fondo el PSPV-PSOE y Compromís azuzan la posibilidad de otra moción de censura y se le pide a Feijóo que haga dimitir a Mazón. Un apoyo de Vox a esas cuentas le daría a Mazón un balón de oxígeno en el periodo de la legislatura más complicado.
Los plazos de Mazón
La previsión del Consell era la de presentar los presupuestos antes del 31 de octubre. La DANA lo cambió todo y supuso la necesidad de reformularlos y enfocarlos en esa vuelta a la normalidad valenciana. En enero se amagó con la presentación. Pero entonces Vox ya marcó terreno y lo aplazó. Se situó mediados de febrero, pero las mismas causas llevaron a fijar este martes como tope. Ahora se tendrá que diseñar un nuevo calendario, previsiblemente.
Estaba previsto que después de presentarlos este 4 de marzo, el viernes 7 y el martes 11, los consellers expusiesen cómo afecta y qué partidas están previstas en cada uno de sus departamentos en la comisión de Economía. Se ubicó el 26 de marzo para el debate de la totalidad. El debate de enmiendas parciales se debatirían el 29, 30 de marzo y el 5 de mayo. Finalmente, el dictamen se debatirá y votará entre el 14 y 16 de mayo.
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