Vivir del viento no siempre es sencillo. Depende de su intensidad, su orientación y su frecuencia. En ocasiones ni siquiera aparece, en otras lo hace para correr a favor y otras en contra. En esa incertidumbre, depender de él puede hacerse difícil de llevar. Es lo que empieza a sentir el sector eólico español y no precisamente por el flujo de aire que alimenta sus aerogeneradores. En nuestro país son cerca de 27.000 las torres que cada día intentan ‘bailar’ a su ritmo para generar energía con el movimiento de sus palas. Hasta ahora lo habían hecho a buen ritmo, creciendo en número y productividad de año en año. Pero el ascenso empieza a ser cada vez más lento, a aflorar cierta fatiga. Cada vez se ve más inalcanzable el objetivo que el sector tiene marcado para 2030: pasar de los 32 GW de potencia actual instalada a los 62 GW.

Apenas quedan cinco años hasta entonces. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) determinó ese objetivo en 2021. En estos años la extensión de parques eólicos y la implantación de aerogeneradores a lo largo y ancho del país se ha ido ralentizando. Pese a que España es una de las potencias del sector en Europa, sólo por detrás de Alemania, la velocidad de progresión se ha visto ralentizada. Las limitaciones burocráticas y normativas, los recursos judiciales contra algunos proyectos y un creciente rechazo social a estas instalación han contribuido a ello.

Varios aerogeneradores funcionan en un campo. Javier ALAMO/AEE

“Nos gustaría ser optimistas, pero la situación es muy preocupante”, asegura Heikki Willstedt, director de Política Energética y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Afirma que no se están impulsando medidas para favorecer la extensión de esta energía clave para la descarbonización y la generación de energía limpia, sino para el abaratamiento de precio de la misma: “Estamos viendo cada vez más decisiones judiciales que deberían ser corregidas y no se hace, además de una mayor presión fiscal sobre este tipo de instalaciones”.

Willstedt apunta que el sector tendría actualmente una capacidad para crecer a un ritmo anual de 3.000 MW más de potencia instalada al año pero que sólo lo está haciendo a un ritmo de 1.000 MW “y es posible que este año y el próximo aún menos”. Los enfrentamientos de carácter medioambiental que complican el desarrollo de proyectos, la obtención de permisos o los recursos, “están bloqueando proyectos”. Asegura que la legislación que aún se aplica en muchos casos es “muy garantista” y no se ajusta a las necesidades que conlleva el proceso de transición energética en el que estamos inmersos.

1.400 parque eólicos

Dificultades que habrían ido dañando el nivel de inversión en energías renovables, según el representante de la AEE. Recuerda que si en 2023 se invirtieron casi 9.000 millones en energías renovables en España “el año pasado fueron 4.000”: “Algo estamos haciendo mal cuando en lugar de acelerar las inversiones las estamos ahuyentando”.

Actualmente en España existen casi 1.400 parques eólicos distribuidos por algo más de un millar de municipios. En muchos casos se trata de instalaciones con más de dos décadas de antigüedad y en los que la presencia de aerogeneradores ya se ha normalizado. En los últimos seis años la producción eólica ha aumentado un 30%. El último dato anual facilitado por la AEE es de 2023, cuando se generaron 62.569 GWh. Se trata de una cifra récord, muy por encima de los 47.907 GWh de 2017. Pero la inquietud radica en que el ritmo de crecimiento interanual podría ir mucho más rápido y no lo hace. En los últimos años los incrementos apenas han sido de entre un 2% y 3%.

La ampliación del parque eólico y sobre todo su renovación y modernización son factores determinantes. Desde la AEE subrayan que actualmente se podría producir lo mismo con casi un tercio de aerogeneradores. Una parte importante de las torres que ahora existen en España corresponden a modelos menos productivos. En muchos casos son estructuras con una torre central de 30 metros sobre la que se instalan las ‘palas’, de entre 3 y 6 metros, lo que conforma estructura de entre 80 a 100 metros. Actualmente existen aerogeneradores con el triple o cuatro veces más de potencia, con mayor capacidad, si bien son significativamente más grandes: torres de entre 80 y 100 metros y ‘palas’ de 40 a 60 metros más, hasta rondar los 160 o 200 metros de altura.

8.000 aerogeneradores más

Willstedt asegura que para alcanzar los objetivos del PNIEC haría falta instalar alrededor de 8.000 aerogeneradores más en España. Deberían ser estructuras más modernas y con mayor capacidad que, frente a los viejos aerogeneradores de entre 0,3 MM y 1 MW “ya se están cambiando por máquinas de 4 y 5 MW”: “Esto permite reducir el impacto. Por ejemplo, en un parque con 70 aerogeneradores pequeños se podrían sustituir por 10 de estas características. Con eso el efecto visual que se provoca en el paisaje cambia mucho y deja más espacio entre una y otra torre”.

Un mar de nubes cubre un parque eólico en una cordillera. Pedro Esteves. / AEE

Actualmente comunidades como Castilla y León, Aragón y Galicia lideran en nuestro país la producción de energía eólica. Sólo en la primera se produce el 21% de la energía generada en España. Aragón produce el 19% y Galicia el 14,5%. Frente a esta alta producción, en otras comunidades el sector apenas ha logrado implantarse. Es el caso de Cantabria, Extremadura y Euskadi, donde se produce entre el 0,1% y el 0,4% de la energía eólica española.

Uno de los ámbitos que aún está por explotar y en el que España también acumula un gran retraso es la energía eólica marina. El desarrollo de esta alternativa en nuestro país apenas se plasma en dos proyectos experimentales en Canarias y Euskadi: “Además, tenemos una dificultad, nuestra costa es muy desigual y en realidad requerimos de la energía eólica flotante. Esto se ha retrasado mucho y nos estamos quedando sin tiempo parta alcanzar los 3 MW de potencia marina instalada que plante el PNIEC”, asegura Willstedt.  

La eólica, clave en el 'mix energético'

El peso de la eólica en el ‘mix energético’ –la distribución de tipo de energía con la que se cubre la demanda- no ha hecho más que aumentar. Hoy supone ya el 25,6% y es la primera energía limpia. Hace seis años ese porcentaje era del 18,3%. Por detrás se sitúa la energía de procedencia nuclear, el 20%, la que llega de los ciclos combinados, el 17%, y la solar fotovoltaica, con un 14% de peso.

Cuando el viento lo permite y la generación de energía eólica aumenta –fundamentalmente los meses de invierno y primavera, su aporte al ‘mix energético’ facilita rebajar de manera importante los precios de la energía. El sector estima que el año pasado gracias a la eólica se rebajó el precio medio anual en un 32%

Iberdrola es la compañía con más peso tiene en este sector. Produce 6.000 MW al año, seguida por Acciona Energía que supera los 4.000 MW y Enel que roza los 2.800 MW. Se trata de un sector que da empleo a casi 36.000 personas.

En Europa sólo Alemania cuenta con más potencia instalada, más potencia con sus aerogeneradores. Supone el 7% del total de potencia mundial. En el caso de España representa el 3%. Sin duda la gran potencia es China, que cuenta con nada menos que el 43% de la potencia o capacidad eólica mundial instalada. Estados Unidos es la segunda con el 16%.