El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mandó un mensaje claro y directo al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, desde Santiago de Compostela. En territorio de mayoría popular. El socialista se reivindicó frente al PP retratándolo como un partido "sin ideas, sin oposición y sin escrúpulos". Lo hizo en un periodo crucial para Europa que Sánchez quiere aprovechar para relanzar su perfil de cara a unas futuras elecciones generales que, por el contexto de tiranteces con sus socios, como Podemos o Junts, pueden llegar en cualquier momento.

En pleno replanteamiento de lo que será la Unión Europea en los próximos años, y con la necesidad de rearmarse frente a la amenaza que supone Vladimir Putin y Rusia por el Este, o el distanciamiento de Donald Trump con sus socios de la OTAN, Sánchez afirmó que en plena oleada de "desafíos", nuestro país "necesita liderazgos seguros, no incertidumbre" o una oposición que "va dando tumbos", "sin rumbo", dijo en referencia por el rechazo a avalar la subida de las pensiones en enero y la posterior rectificación. Sánchez defendió relaciones internacionales en igualdad de condiciones, "sin vasallajes ni que impere la ley del más fuerte", en alusión a Putin, pero también a Trump y el desdén que impera en la Casa Blanca respecto a la UE.

De hecho, Sánchez reclamó que tanto Volódimir Zelenski como Europa, a quien afecta de lleno la invasión rusa de Ucrania, se sienten en la mesa de negociación con EEUU y Rusia. "Estamos con la paz, jamás con la guerra ni en Ucrania ni en Gaza", añadió el socialista.

Así se posicionó el secretario general del PSOE durante la clausura del 15º Congreso del PSdeG-PSOE junto al secretario general de los socialistas gallegos, el reelegido José Ramón Gómez Besteiro. También le acompañaron el secretario de Organización y su número tres, Santos Cerdán, y la gallega Enma López, concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid y secretaria de Política Económica y Transformación Digital de Ferraz. Durante su intervención una asistente, Olalla, tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios, obligando a Sánchez a interrumpirlo. Le deseó "una pronta recuperación".

Además de infravalorar el liderazgo de Feijóo como principal representante de la oposición, marco discusivo que también emplea Santiago Abascal y su formación, Sánchez también arremetió contra el gallego, con intención de querer desgastar su perfil en su territorio, le acusó de proteger a Vox. Principalmente, por demandar Feijóo que Abascal y su grupo sea partícipe de la ronda de reuniones que mantendrá el presidente del Gobierno con todos los grupos parlamentarios a excepción de los ultraconservadores.

"Feijóo dice que por qué no hablo con ellos. La verdad es que ya no nos sorprende, pero nos avergüenza", lanzó Sánchez. "A nosotros nos preocupa la seguridad de Europa, no la soledad de la ultraderecha", a quien el presidente vinculó con satélites próximos al Kremlin que buscan desestabilizar a la UE. Para él, Feijóo debe "mirar a otros países" donde sus socios "no se dejan tutelar por la ultraderecha, sino que se independizan y la aíslan", mencionó Sánchez con una alusión clara a la CDU de Friedrich Merz y AfD. Los democristianos ya negocian un futuro Gobierno de coalición con el SPD. Curiosamente, desde Vox se le reprocha a Feijóo lo contrario, de potenciar ese cordón sanitario en vistas a una hipotética gran coalición con el PSOE de Sánchez.

Para Sánchez, "cuanto más aislada esté la ultraderecha en cada país, mayor seguridad tendrá Europa". Apunta que "Feijóo debería estar más preocupado en romper con los que quieren destruir Europa" que en demandar que se sienten a negociar sobre la protección de la UE. "La amenaza no solo viene de Rusia, también de sus sucursales en Europa", apreció Sánchez, que hizo, además, una defensa de la socialdemocracia frente a esos partidos de "motosierra" [en alusión a Javier Milei y Argentina, o al propio Trump].

Grupos que buscan "talar los avances sociales para dar pelotazos" a costa de la sanidad o la educación pública, "conquistas de la clase trabajadora". El antídoto que propone el socialista es el Boletín Oficial del Estado (BOE): "Que no quieren feminismo, dos tazas. Pacto de Estado contra la Violencia de Género y más agenda feminista", ejemplificó el presidente. A los suyos los animó para seguir ganando elecciones en todos los ámbitos para, así, frenar a la ultraderecha. Formaciones, dijo Sánchez, que protegen a las "oligarquías que estafan a la gente". Mencionó el caso de la criptomoneda Libra en Argentina.

Además de la defensa de su liderazgo, el socialista recordó la capacidad de ir frente al discurso liberal, de los poderosos durante estos años posteriores a la crisis económica. "La izquierda que puede es el PSOE", dijo, interpretando el lema gallego del 15º Congreso (A esquerda que pode). Así, mencionó la subida del SMI o la reforma laboral, de la que dijeron "que iba a destruir empleo" y ha generado "un millón". Dos cuestiones que, sin embargo, han potenciado desde el Ministerio de Trabajo Sumar y su líder Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de esa cartera.

Alegato en favor del respaldo a Ucrania

Ucrania estuvo muy presente en la clausura de la jornada. Sánchez admitió que para muchos la lejanía del territorio hace complicado ser conscientes de lo que sucede en el país de Zelenski o lo que implica ello para España. Pero determinó que, tras tres años de invasión rusa, "la paz en Ucrania es la seguridad en Europa", siempre que se de con garantías. "Son las dos caras de la misma moneda" para los españoles, consideró.

"Si se tiene que hablar de la seguridad de Ucrania y Europa, los dos tenemos que estar en esa mesa para que sea una paz duradera". Sánchez, que busca cómo acelerar el aumento del gasto en defensa sin tener que pasar por el Congreso, en vista a la urgencia pero también a la negativa de Podemos, que puede contagiarse a otros socios de izquierdas [aunque tendría el apoyo del PP para sacarlo sin problemas], reivindicó el pacto de los Veintisiete alcanzado en el último Consejo Europeo, del pasado jueves. Para el rearme "visto lo visto". Con ello, volvió a aludir al distanciamiento de Trump con Europa y el atlantismo.

Sánchez, además, matizó que la posición geopolítica de España frente a los países bálticos, Polonia, Finlandia o Rumanía es distinta [no mencionó la proximidad con África y la desestabilización que allí ejercen Rusia y China, que sí puede suponer un problema directo]. Sánchez indicó que, con todo, aunque no tenemos una amenaza que nos lleve a construir tanques, sí tenemos una cibernética, híbrida, que hay que combatir. Hay que recordar que recientemente diversas webs españolas sufrieron un ataque ruso.