Esperando a Rubio. A principios de esta semana el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio hizo la última de las llamadas telefónicas con un mandatario extranjero. Fue el turno del primer ministro del Reino de Esuatini (la antigua Suazilandia), Russell Dlamini y el ministro de Exteriores de Benín Olushegun Adjadi Bakari. Ha protagonizado decenas de conversaciones telefónicas similares desde que tomara posesión el pasado enero. Pero el ministro de Exteriores española José Manuel Albares no figura entre los destinatarios de ninguno de esos telefonazos.

El socialista sigue esperando poder descolgar el teléfono e inaugurar las conversaciones con la nueva administración Trump. "Nosotros no tenemos ningún contencioso bilateral con Estados Unidos, no hay ningún tema contencioso en estos momentos", ha deslizado este miércoles antes de participar en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, en la que ha defendido la necesidad de rearmarse militarmente y ayudar a Ucrania y ha brindado apoyo al plan para la Franja de Gaza diseñado por los países árabes.

Albares, en declaraciones a los periodistas, ha tratado de minimizar la magnitud de "este olvido" de Washington. "En la conferencia de seguridad de Munich, yo estuve hablando con el general Keith Kellogg [enviado especial de Trump a Ucrania y Rusia] sobre la posición norteamericana en Ucrania, intercambiando posiciones. No tengo ningún problema en hablar con ningún miembro de la administración norteamericana de la misma forma que el presidente del gobierno habló con el presidente Donald Trump y no tengo ningún un problema", ha subrayado.

"De la misma forma que yo espero que la reunión que se canceló con la Alta Representante [Kaja Kallas] se retome lo antes posible. Yo creo que es muy positivo el diálogo entre europeos y Estados Unidos, por supuesto, desde nuestros valores y desde nuestros intereses", ha matizado. Se da, además, la circunstancia de que crecen las voces que en Washington cuestionan el papel de Kellogg, con el que supuestamente mantuvo conversación con Albares.

Según publicó este martes Político, citando algunos miembros de la administración estadounidense, "Kellogg ha quedado en gran medida excluido, ya que otros, como Rubio, Waltz y Witkoff ocupan un lugar central en las conversaciones con los ucranianos y los rusos". "El papel de Kellogg está muy en entredicho", apuntó un funcionario de la administración Trump a NatSec Daily.

Sí ha llamado a Francia, Alemania, Italia y Reino Unido

No obstante, Rubio sí ha mantenido conversaciones telefónicas con otros socios de la Unión Europea, en un momento crucial marcado por las presiones de Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania, la controvertida reanudación de las relaciones con Vladimir Putin y la decisión de excluir a los Veintisiete de las negociaciones sobre el futuro de Ucrania. El pasado 18 de febrero Rubio, habló con los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido y con la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, inmediatamente después de su reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, celebrada en Riad, Arabia Saudí.

"El secretario informó a los ministros de Asuntos Exteriores sobre la reunión. El grupo acordó mantenerse en estrecho contacto mientras trabajamos para lograr un final duradero del conflicto en Ucrania", desliza la nota difundida entonces por el Departamento de Estado.

Espero que Putin acepte "la mano tendida" de Zelenski

Por otro lado, Albares ha mostrado su esperanza de que el presidente ruso, Vladímir Putin acepte "la mano tendida" que le ofrece Volodímir Zelenski como un primer paso para alcanzar una paz "duradera, justa y global" y que no sea un mero paréntesis entre dos guerras, informa Efe.

Ucrania, ha señalado el ministro, demuestra una vez más "que siempre piensa en la paz y que no quiere esta guerra como nunca la ha querido", recordando que "esta es la guerra de un solo hombre", de manera que "el mismo que la inició puede terminarla hoy mismo". Albares ha reitrado que la UE y España van a estar junto a Ucrania "tanto tiempo como sea necesario para que gane también la paz".

A favor del plan árabe para Gaza y el rearme de Europa

Durante su intervención en el Hemiciclo, Albares ha rechazado "la inaceptable violencia" de los últimos días en Siria y ha exigido que sea investigado todo lo sucedido y que los responsables "no queden impunes".

Albares se ha referido en una interpelación del BNG en el Congreso a la situación convulsa que vive este país, tras la ola de violencia en las provincias costeras de Latakia y Tartús, dónde la ONU y otros organismos han notificado centenares de ejecuciones sumarias de civiles a cargo de fuerzas oficialistas, la mayor parte de ellos alauíes, como la familia del derrocado Bashar Asad.

El ministro ha recordado el viaje oficial que realizó en febrero a Siria, entrevistándose con las nuevas autoridades del país así como con diversas minorías, y ha insistido en que el país tiene que transitar hacia un futuro democrático y en el respeto d elos derechos de todas las minorías.

También ha respondido en la interpelación al diputado del BNG Néstor Rego que le ha pedido explicaciones por el plan de rearme europeo además de exigir al Gobierno que desista de la escalada belicista y que "apueste decididamente por la paz" al aludir también al compromiso del Ejecutivo de invertir un 2 % del PIB en defensa antes de 2029. Albares ha defendido que la propuesta de la presidenta comunitaria, Ursula von der Leyen, de movilizar hasta 800.000 millones de euros "no es un plan armamentístico, sino para la seguridad" y ha pedido al diputado que no intente confundir a los españoles.

"Es simplemente disuasión", ha insistido el ministro, disuasión para garantizar los proyectos de vida de los españoles y de los europeos y por eso, ha recordado, Finlandia y Suecia renunciaron a su neutralidad y solicitaron su entrada en la Alianza Atlántica: "La OTAN no hace guerras, disuade" y hasta ahora ha sido exitosa, ha esbozado.

A Rego no le han convencido las explicaciones del ministro y ha repetido que lo que hay que hacer es apostar por la vía de la desescalada y el desarme a nivel mundial, además de defender la salida de España de la Alianza, "una organización militar y agresiva que carece de sentido".