El Gobierno de coalición de PSOE y Sumar no va a quebrar por el aumento del gasto militar. La política de Defensa, ninguno de los socios lo niega, genera fricciones internas, como sucedía en la pasada legislatura cuando era Podemos el hermano menor del Ejecutivo. Pero la alianza no se romperá. Y este martes quedó claro tras la reunión de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en la Moncloa. Dos horas de encuentro "cordial" en las que se evidenciaron las diferencias de criterio de los dos partidos pero también su voluntad de no ir al choque, de no escalar el conflicto. El presidente podrá cumplir con su palabra de que España hará un "esfuerzo" mayor para llegar a una inversión del 2% del PIB antes de lo previsto, antes de 2029, porque lo aprobará, en la medida de lo posible, vía Consejo de Ministros, sin acudir al Congreso. Y Sumar, aunque discrepe, no planteará guerra.

Sánchez quiso dispensar un trato preferente a la vicepresidenta segunda. El jueves tenía programada una maratón de reuniones con todos los grupos, salvo Vox, empezando por Alberto Núñez Feijóo, pero sacó de esa ronda a su socio de coalición. Adelantó su cita con Díaz a este martes, también para lanzar un mensaje de unidad y serenar el debate que estaba soliviantando a las formaciones que integran el grupo parlamentario de Sumar, desde IU hasta los comunes, Compromís, Más Madrid y el propio partido fundado por la ministra de Trabajo. La víspera, de hecho, la posición conjunta era la del no. No al aumento del gasto militar.

Pese a la rotundidad del 'no' de Sumar en las horas previas a la cita, ella no traslada una negativa rotunda al presidente: le dice que engordar el gasto militar "no garantiza una mayor autonomía estratégica"

Tras el encuentro de dos horas, desde el entorno de la vicepresidenta segunda lanzaron un largo comunicado calibrado al milímetro, que respondía a los difíciles equilibrios dentro del grupo y que a la vez manifestaba las discrepancias con los socialistas. Sin hacer sangre. Sin dar portazo rotundo al presidente. Sumar defendió la necesidad de "avanzar en la autonomía estratégica de Europa", en definir un proyecto "claro" que "se haga cargo del cambio de paradigma geopolítico global" operado por Donald Trump. Díaz abogó ante Sánchez por un modelo de defensa y de seguridad europeo "autónomo, defensivo y disuasorio". En ese esquema, y aquí estaba el párrafo más conflictivo, "el aumento del gasto en Defensa de los Estados miembros de forma individual no garantiza la superación de los problemas de coordinación y falta de interoperabilidad de las Fuerzas Armadas de los distintos países de la UE". "No garantiza una mayor autonomía estratégica, ni mayores cuotas de seguridad compartida". Es decir, que una mayor inversión de Defensa no se considera necesaria, ni suficiente para afrontar el nuevo orden mundial. Pero Díaz no respondió con una negativa tajante.

Sánchez reafirmó ante su vicepresidenta su decisión de aumentar el gasto militar, pero le garantizó que no habrá merma de las partidas sociales. Fue todo lo que explicaron fuentes de la Moncloa de la reunión, en línea con lo afirmado por la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, que tenía lugar en paralelo a ese encuentro de los dos socios de coalición. Que el PSOE no respondiera con un comunicado propio era una señal por sí misma elocuente: "De acuerdo con lo que Sumar ha querido expresar".

La entente a la que llegaron Sánchez y Díaz, según describían fuentes gubernamentales, supone que sí, que se llevará a cabo la decisión de acelerar el cumplimiento del objetivo de un gasto militar del 2% del PIB, pero que se acometerá, en la medida de lo posible, sin pasar por el Congreso. Así se ha venido haciendo en los últimos años, de hecho. Y así se seguirá haciendo en tanto no haya nuevos Presupuestos del Estado. En numerosos Consejos de Ministros se han autorizado transferencias entre partidas o créditos extraordinarios con cargo al fondo de contingencia —una sección presupuestaria dotada para hacer frente a gastos imprevistos e inaplazables—.

El presidente está de acuerdo con ir aprobando más recursos para Defensa sin pasar por el Congreso, con cargo al fondo de contingencia o a deuda, siempre sin sacrificar gasto social

Ahora, no obstante, y dado que el fondo de contingencia es limitado (3.964,4 millones de euros en 2024), podría acudirse al endeudamiento, añaden desde la Moncloa. Sería posible gracias a la cláusula de escape que acordó el pasado jueves el Consejo Europeo a propuesta de la Comisión: la flexibilización de las reglas fiscales significará que los Estados miembros podrán rearmarse gastando más sin que les compute en déficit. En Hacienda piden prudencia porque todavía no se ha aterrizado la fórmula técnica. De entrada, lo que está claro es que "los ingresos públicos cubren el gasto y lo que sobrepasa es deuda, pero no está determinado qué se financia vía impuestos y qué vía deuda". Sánchez, además, peleará por que la UE acepte acompañar los préstamos de transferencias (esto es, dinero que no tendría que devolverse a Bruselas), como ocurrió con los fondos Next Generation de la pandemia.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, recordaba este martes desde la capital comunitaria, tras la reunión de los titulares de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin), que "la ausencia de Presupuestos en años anteriores no ha sido un obstáculo" para que se pudieran "incrementar estas partidas". Más aún, España "es uno de los países que más ha incrementado" el gasto en seguridad y defensa en los últimos años, incluido el pasado ejercicio, el de 2024, precisó, informa EFE.

Malestar con los morados

En los Consejos de Ministros, los responsables de Sumar —como antes de Unidas Podemos— han podido presentar sus objeciones, sus reparos al gasto militar, pero finalmente este salía adelante, porque en las reuniones del Gabinete las decisiones salen por acuerdo, sin que se refleje en una votación. Una dinámica que continuará a partir de ahora, como quedó claro en la reunión de Sánchez y Díaz. El Congreso, por tanto, no decidirá sobre el crecimiento de la inversión en Defensa. Al menos, esa es la pretensión de los dos socios de la coalición. Pero los grupos probablemente planteen iniciativas para evidenciar en el hemiciclo las diferencias patentes que existen entre PSOE y Sumar.

La vicepresidenta y los suyos también asumen que quien dirige la política exterior y de defensa es el presidente, y que por tanto no se viola el acuerdo de coalición sellado en 2023

En el entorno de la vicepresidenta segunda molesta que Podemos se erija como el gran defensor del no "cuando ellos se tragaron ese aumento del gasto cuando estaban en el Gobierno". "Ellos aceptaron que el Presupuesto creciera en esa partida más que nunca, más de un 26%. Igual que se comieron la cumbre de la OTAN en Madrid de 2022. Pero es que o aceptas eso o rompes el Gobierno", señalan desde Sumar.

En la actitud de Díaz también opera otra clave: saben, como recordaban en la Moncloa, que la política exterior y de defensa la dirigen los socialistas y, en particular, el propio presidente, por lo que esta decisión "no vulnera el acuerdo de coalición" firmado en 2023. Más aún, en Sumar son conscientes de que el compromiso de llegar al 2% del PIB fue contraído por Mariano Rajoy en la cumbre de la OTAN en Gales en 2014. Reafirmado en la de Madrid en 2022.

En la Moncloa se sienten "agradecidos" por el tono de Sumar y se muestran "comprensivos" con su postura acerca de acelerar el cumplimiento del 2% del gasto. Aplauden que Díaz comparta el concepto amplio de seguridad de Sánchez y el acento en la agenda social

Además, Sánchez se comprometió ante la ministra de Trabajo a blindar el gasto social. Las dos partes asumen que será muy complicado sacar adelante unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, y el presidente entiende que su decisión sobre Defensa habrá de ser compensada concediendo balones de oxígeno a Sumar, potenciando la agenda social del Ejecutivo. El propio comunicado del socio minoritario subraya que la construcción de la autonomía y la soberanía de Europa "no solo es compatible con seguir ampliando la protección social y el Estado del bienestar, es que depende de ello". "La seguridad europea se juega hoy en el terreno de la defensa, pero también en el terreno tecnológico, el de la ciberseguridad, la cohesión social y ante la amenaza del cambio climático", añade la nota.

"Estamos agradecidos por el tono empleado por ella y su equipo —indicaban desde la Moncloa—. La agenda social la compartimos. Y el mensaje de Sumar coincide con el vocabulario del presidente, que defiende un concepto amplio de seguridad, que defienda la protección frente a una diversidad de amenazas, no solo Rusia, sino también el terrorismo, los ciberataques o el cambio climático. Es nuestra posición. También hablan de un modelo de defensa disuasorio, que compartimos. Tenemos que ser comprensivos con declaraciones como las que hace Sumar en las que cuestiona el acelerar hacia el 2%. Pero Yolanda entiende que ese compromiso viene de Rajoy, que hay que cumplirlo y que dirigimos nosotros. No se sienten ofendidos por ello". Los socialistas también entienden las raíces antibelicistas de algunos de los componentes de Sumar, como IU, nacida al calor del movimiento anti-OTAN en 1986. En el círculo del líder del Ejecutivo dan por hecho, en suma, que la vicepresidenta "no va a hacer guerra en el Gobierno" por este asunto.

"Dos caras de la misma moneda"

En el equipo de Díaz insisten en que el debate ha de ser más amplio, no tanto en la cantidad de más que se destine a Defensa, sino en cómo avanzar en la autonomía estratégica de Europa frente a Trump y en cómo seguir respaldando a Ucrania. De hecho, el último punto del comunicado incide en la necesidad de seguir diseñando un proyecto de paz para Kiev y colocar los derechos del pueblo ucraniano y su soberanía "en el centro del proceso". Presidente y vicepresidenta acordaron "seguir desarrollando una propuesta conjunta en las próximas semanas". Sánchez, cuando comparezca el 26 de marzo en el Congreso, tras el Consejo Europeo ordinario de los días 20 y 21, "tampoco hablará de tanques y de armas, tirará por elevación", adelantan en Sumar.

Los dos dirigentes acuerdan "seguir desarrollando una propuesta conjunta" para la paz en Ucrania. No hay concreciones todavía de cómo se acortarán los plazos

Los dos socios, por tanto, quieren poner el énfasis en lo que les une. Es el mensaje que recalcaba la portavoz socialista en Ferraz, Esther Peña, el lunes, y el que remachaba la ministra portavoz, Pilar Alegría, este martes, revistiendo de "absoluta normalidad" la cita de los dos dirigentes. "Hablar de la paz en Ucrania es hablar también de la seguridad de Europa, porque son las dos caras de la misma moneda", indicaba la también titular de Educación.

En la comparecencia de Alegría, y en el despacho de presidente y vicepresidenta, sin embargo, no hubo detalles sobre el ritmo de gasto que quiere Defensa a partir de ahora, en qué plazo se quiere alcanzar el 2% sobre el PIB. Porque, para empezar, tampoco se conoce con exactitud el dato de partida. El estimado para 2024, según los números de la OTAN, fue del 1,28% (19.723 millones de euros de gasto), pero el Ejecutivo está sumando partidas de distintos ministerios para intentar hacer crecer ese porcentaje. La dificultad es que el PIB avanzó el año pasado más de lo previsto (hasta el 3,2%), un crecimiento que amortigua el mayor desembolso en términos absolutos.

Tampoco la titular de Defensa, Margarita Robles, concretó nada en el Senado, ni a preguntas de la oposición del PP ni de los medios de comunicación. La ministra reiteró que su departamento y las Fuerzas Armadas están comprometidos y trabajando por la paz y expresó su respeto a las opiniones de Sumar porque "cada uno puede decir lo que quiera". En Defensa, no obstante, sí se siente enfado con la vicepresidenta por cargar contra el aumento del gasto, porque precisamente esas inyecciones de los últimos años ha permitido también crear empleo.

La solidez de una coalición se mide martes a martes en el Consejo de Ministros", recuerda un integrante del Ejecutivo del ala socialista, satisfecho con la reunión

La reunión de Sánchez y Díaz "salió bien, más de aproximación que de otra cosa", según fuentes de Sumar. La satisfacción en el Ejecutivo era palpable. Nunca hubo riesgo de quiebra interna, pero la cita sirvió para afianzar la alianza, pese a las diferencias, que obviamente siguen ahí. Lo resumía así un ministro socialista: "La solidez de una coalición se mide martes a martes en el Consejo de Ministros". Y eso es lo que cuenta para las dos partes, para PSOE y Sumar.